Madrid expone la obra de Hiroshi Sugimoto, el último fotógrafo artesano
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Artista multidisciplinar, gran amante de la arquitectura, el teatro y la literatura, considerado como el último fotógrafo artesano, Sugimoto cree que "la historia de la fotografía ha terminado ya debido al acoso del mundo digital".
"No importan cuán falso sea el tema: una vez fotografiado, es como si fuera real". Esta frase de Hiroshi Sugimoto define las series fotográficas del artista japonés que se exhiben en la sala de exposiciones de la Fundación Mapfre en Madrid.
Artista multidisciplinar, gran amante de la arquitectura, el teatro y la literatura, considerado como el último fotógrafo artesano, Sugimoto (Tokio, 1948) cree que "la historia de la fotografía ha terminado ya debido al acoso del mundo digital".
Cuando se inventó la fotografía, "la gente creía que todo lo que se fotografiaba era real; incluso la policía aceptaba las fotografías como pruebas. Cuando entra la manipulación, se acaba la fotografía", consideró Sugimoto durante la presentación de esta miniretrospectiva formada por 41 obras de gran formato, pertenecientes a cinco series.
Algunas de estas series continúan abiertas, como "Paisajes marinos", que comenzó en 1980 y a la que ha vuelto después de diez años. "Tuve que interrumpirla sobre todo tras los atentados del 11 de septiembre, que se extremaron las controles de seguridad en los aeropuertos. Estos controles eran dañinos para mis materiales, pero ahora utilizo AXA-100, que no se daña".
Esto le ha permitido reanudarla y el pasado mes de enero viajó a Tasmania, donde estuvo trabajando en una serie que durará toda su vida, afirmó.
En ella se muestran fotografías de paisajes de mar y cielo que fusionan representación y abstracción, tomadas en diversos lugares del mundo. Son escenas, según el autor, que un hombre primitivo hubiese podido reconocer, en las que propone reflexionar acerca de lo que nosotros compartimos hoy con aquellas visiones.
Hiroshi Sugimoto bromeó con el hecho de que su exposición tiene que competir con la de Caravaggio, que se exhibe en el Thyssen-Bornemisza, y con la del Bosco, en el Prado. "Compartir espacio con ellos es un gran honor, he aprendido mucho de ambos".
La exposición es el resultado de un largo compromiso del comisario Philip Larratt-Smith con la obra de Sugimoto. "Es un repaso concentrado pero completo de sus series más conocidas y algunas de las más recientes, como la de 'Campos de relámpagos'".
Creadas sin cámara, las fotografías de esta serie registran los efectos que las descargas eléctricas producen en negativos fotográficos, experimentos que realiza en el cuarto oscuro.
El recorrido, según el comisario, ofrece una visión bastante completa "de cómo se hizo fotógrafo Sugimoto, quien ocupa un lugar singular en el mundo del arte contemporáneo. Es un tradicionalista que práctica las copias manuales y, a la vez, es un artista conceptual. Ahí esta el misterio de su trabajo”.