Mi casa son los libros y el cine es una casa a la que voy de visita: Sacheri
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"La noche de la Usina" es la obra con la que Sacheri obtuvo el Premio Alfaguara
Aunque le va muy bien con el cine, el escritor argentino Eduardo Sacheri considera que su casa son los libros mientras que las películas "son la casa de alguien que te invita, a la que vas de visita y luego vuelves a dormir a la tuya", asegura a Efe el reciente ganador del Premio Alfaguara de novela.
"La noche de la Usina" es la obra con la que el pasado abril obtuvo el Premio Alfaguara, un galardón que -dice- ha supuesto una legitimación "estrictamente literaria" a su escritura, después de haber sido conocido en Argentina por sus cuentos sobre fútbol que se leían en la radio y más famoso a raíz de la adaptación de su primera novela en la película ganadora de un Óscar "El secreto de sus ojos".
Sacheri (Buenos Aires, 1967) empezó a escribir para "matar el insomnio", recuerda, y tras graduarse, se dedicó a los cuentos, un género muy seguido en Argentina, relacionados con otra de sus pasiones, el fútbol, que empezaron a difundirse por la radio.
"Y la radio hizo lo que hoy haría internet", señala el autor, que en 2000 publicó su primer libro de cuentos, mientras que su primera novela tuvo el espaldarazo del cine, un medio también extraliterario, explica.
Además de triunfar en los Óscar y los Goya con "El secreto de sus ojos", su siguiente incursión en el cine, "Metegol", de la que también realizó el guion, volvió a ganar en los premios del cine español, en este caso como la mejor cinta de animación.
Ahora prepara un guion para una serie televisiva sobre una novela de Isabel Allende y otro guión original para el cine.
"Ojalá que 'La noche de la Usina' sea llevada al cine, siempre y cuando yo pueda participar en el guión. No me gustaría vender los derechos y que hagan algo que yo sienta que no tiene que ver con mi historia", asegura.
"La noche de la Usina" transcurre en O'Connor, un pueblo perdido de la Pampa, durante la crisis económica de 2001 que desembocó en el corralito bancario.
Un grupo de vecinos se propone reunir el dinero necesario para llevar a cabo un proyecto que podría ser una salida de su pobreza, pero, en medio de la incautación general de los ahorros, sufren una estafa, que los lleva a idear un método para recuperar lo perdido.
"Me suele pasar que mis protagonistas tienden a ser buena gente. Me identifico más con la buena gente que con los villanos", señala el autor, que recupera en esta novela tanto el pueblo como alguno de los personajes que protagonizaron una obra anterior, "Araóz y la verdad".
Es un pueblo de la Pampa, "un pequeño mundo en medio de la nada", donde se crean círculos cercanos y al que Sacheri quería volver.
Sus protagonistas son 7 u 8 personas comunes del pequeño pueblo, que componen una curiosa "banda de asaltantes", dice.
"La buena gente es la que pone en juego los valores que detienen a nuestra monstruosidad, que la tenemos todos", dice el autor, quien considera que la moral "es poner un freno a nuestras pulsiones más agresivas, a no llevar a cabo algo aunque lo desees".
Según Sacheri, que asegura que en su libro hay "revancha" más que venganza, la buena gente "puede imaginar la venganza, pero no es lo mismo que ejecutarla".
Aunque la crisis y el corralito de 2001 son el fondo de la novela, no aparecen políticos o poderosos importantes sino que los personajes son "a escala" de este lugar, incluido los villanos.
Sus protagonistas no pueden ser considerados perdedores. "Si por perdedor entendemos gente común a las que les cuesta conseguir las cosas, entonces casi todos somos perdedores".
Sacheri elige los temas de sus novelas dependiendo del libro del que viene, porque quiere evitar "esa zona de confort y seguridad" creada por su obra anterior. Por eso ahora tocaba una de suspense y para el próximo año tiene prevista una de amor.