Michael Kors compra Versace por 2 mil mdd
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Donatella Versace, hermana del desaparecido diseñador y fundador del grupo (asesinado en 1997 en Miami) continuará siendo la directora creativa de acuerdo al contrato de compra venta.
Versace, una de las más icónicas casas italianas de moda y que tiene 40 años en el mercado será absorbida por uno de los gigantes del negocio de la moda en Estados Unidos: Michael Kors.
La oferta de la empresa estadounidense, anunciada en un comunicado conjunto publicado este martes, valora a la casa fundada por el diseñador italiano Gianni Versace en 1978 en 2 mil 120 millones de dólares.
No es una novedad que los conglomerados de moda estadounidenses como Michael Kors y Tapestry -dueño, entre otras, de Coach y Kate Spade- hagan operaciones como esta con la idea de entrar en un mercado de alto calibre liderado por los europeos.
A fin de cuentas, los principales nombres en la industria de la moda de alta costura son de Italia y Francia principalmente.
Precisamente con el objetivo de consolidarse, el emporio de Michael Kors (mayormente conocido por sus bolsas de cuero) en 2017 absorbió a la firma británica Jimmy Choo por la cantidad de mil 200 millones de dólares.
Pero, ¿qué buscan exactamente los conglomerados estadounidenses de la industria de la moda en las exclusivas casas europeas?
CALIDAD VS. CANTIDAD Para Asanyah Davidson, directora del Instituto de Moda del Miami-Dade College, en Florida, no se trata solamente de una cuestión de negocios.
Aunque evidentemente se debe pensar en las marcas como lo que son, participación en el mercado y oportunidades de diversificación, existe una razón que parece pasar por un filtro un poco menos tangible, pero esencial para la industria de la alta moda: la idea de la exclusividad.
"Kors está comprando una marca que ya está establecida como de lujo y exclusiva. Tiene un cliente, un precio y un espacio comercial que equivale a una mayor cuota de mercado", dice Davidson.
Y agrega la cuestión "cantidad vs. calidad", que diferencia a la mayoría de las marcas estadounidenses de las europeas. Las primeras tienden a ser vistas como pertenecientes a "un mercado más masivo" mientras las segundas son percibidas como más "personalizadas".
Para los clientes informados esta diferencia es relevante: ¿la ropa la fabrica un artesano en un atelier o la cosen sin demasiado cuidado miles de trabajadores en miles de máquinas de coser de una factoría?
"Esto es algo que las compañías estadounidenses de moda están tratando de traer de vuelta, pero los mercados laborales baratos realmente han socavado a nuestros hábiles artesanos", señala Davidson.
"Las marcas europeas están asociadas a una historia de larga tradición y eso agrega valor", dice.