Naturaleza y y Arte contemporáneo convergen en el nuevo Museo Voorlinden
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El empresario y coleccionista neerlandés Joop van Caldenborg es el hombre detrás de esta nueva institución cultural que abrirá sus puertas el sábado para mostrar su colección de arte contemporáneo.
De la pared blanca cuelgan cacerolas grandes y pequeñas, antaño usadas por el Ejército saudí y ahora transformadas por la artista árabe Maha Mullah. Cerca de allí, a la izquierda, sobre una pared de cristal trepan coloridas plantas y flores silvestres. ¿Qué es arte y qué naturaleza? Esa es la pregunta que plantea el nuevo Museo Voorlinden en Holanda.
El empresario y coleccionista neerlandés Joop van Caldenborg es el hombre detrás de esta nueva institución cultural que abrirá sus puertas el sábado para mostrar su colección de arte contemporáneo. El edificio, situado en medio de una finca en Wassenaar, cerca de La Haya, ha sido concebido como un "museo jardín".
El pabellón, realizado en una luminosa piedra natural, se cuela en el verde paisaje de dunas por el que los visitantes podrán pasear o montar en bicicleta. El museo está además rodeado de viejos árboles y un jardín cuidadosamente diseñado por el paisajista Piet Oudolf.
El bufete de arquitectos holandés Kraaijvanger diseñó un museo con grandes ventanales "totalmente al servicio del arte", afirma el director de la institución, Wim Pijbes. La pasada primavera (boreal), Pijbes dio la sorpresa al anunciar que abandonaba por deseo propio la dirección del prestigioso Rijksmuseum de Ámsterdam.
"Estamos viviendo un boom museístico en todo el mundo", afirmó entonces. "Hay un gran hambre de arte". Y parte de ese hambre es lo que pretende saciar junto con Van Caldenborgh. Éste podría haber mostrado su colección en alguno de los museos existentes, "pero habría aterrizado en algún sótano", señaló. "Y quiero que todo el mundo pueda verla".
En una primera selección, el museo mostrará obras tanto abstractas como figurativas, desde Pyke Koch a Andy Warhol, pasando por Mondrian o Ai Weiwei. Podrán verse desde colillas de cigarrillos de Danien Hirst a melancólicos retratos de la fotógrafa holandesa Rineke Dijkstra.
En "Voorlinden" se puede y se debe vivir sensorialmente el arte, como, por ejemplo, con el coloso de metal "Open Ended", del escultor estadounidense Richard Serra. O la engañosa pileta (piscina) del argentino Leandro Erlich. Desde arriba se puede ver a los visitantes que caminan por debajo de la instalación, en una divertida experiencia que no sólo atrae a los niños.
Pero sobre todo, el Voorlinden invita a mirar. Por eso se ha elegido a Ellsworth Kelly para la primera exposición temporal. "Bloemlezing" es una profunda reverencia a esta pintora estadounidense que falleció en diciembre de 2015. "Hay que liberarse de la idea de querer entenderlo todo", explica el comisario Rudi Fuchs.
Las obras abstractas y de gran formato, con formas y colores claros, constituyen toda una experiencia visual. Junto con ellas se exponen también los dibujos figurativos de Kelly, en una muestra que fue concebida en estrecha colaboración con la artista y que se compone de varios préstamos de grandes colecciones procedentes de Nueva York, Londres o París.
Todo ello en un museo que apuesta claramente por la luz natural, que se cuela a través de los 115,000 agujeros del tejado del edificio. Sólo en los días más oscuros será necesario hacer uso de las lámparas de led. Y ni siquiera: la instalación "Skyspace", diseñada por el estadounidense James Turrell, es una sala de meditación con una apertura de cuatro cantos en el techo por la que pueden verse pasar las nubes.