Ooho, un envase comestible
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Un recipiente en forma burbuja biodegradable fabricado con materiales naturales que permite encapsular agua y zumos y puede comerse tras beber su contenido, podría ayudar a reducir la contaminación causada por las botellas plásticas.
¿Ya se ha bebido el líquido? ¡Ahora cómase el envase!. Así puede resumirse el funcionamiento de la nueva botella comestible, que puede masticarse e ingerirse en vez de ser arrojada a la basura, un contenedor de reciclaje o “en cualquier parte” contaminando el ambiente como las botellas plásticas.
Esta innovación podría ayudar a evitar que, cada año, lleguen a los ríos y océanos millones de botellas de plástico, una vez convertidas en residuos, y a que se emitan a la atmósfera 300 millones de kilogramos de dióxido de carbono (CO2), como resultado de su fabricación, de acuerdo a los inventores de este envase.
La botella Ooho ha sido desarrollada por el diseñador, arquitecto e ingeniero Rodrigo García González y el ingeniero Pierre-Yves Paslier, quienes han fundado Skipping Rocks Lab (SRL), que cuenta con el apoyo del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT) y un equipo de investigadores de la universidad británica Imperial College London (ICL).
“Por favor, comprenda que somos un equipo pequeño, hemos recibido un número abrumador de solicitudes y estamos tratando con ellas tan rápido como podemos”, responde a Efe Pierre-Yves Paslier de SRL, al informarnos sobre esta innovación, que se está vendiendo en eventos en Reino Unido y EU, como paso previo a su producción a gran escala.
El grupo básico de Ooho, con sede en Londres, es pequeño, ya que lo componen otros tres profesionales, además de García y Paslier, y su invento es simple en apariencia pero, según la revista de la Institución Smithsonian de Washington (EU), “puede ayudar a enfrentar una de las amenazas ambientales más preocupantes del mundo: la contaminación plástica”.
“Nuestro objetivo es proporcionar a las empresas tecnológicas y de productos de envasado, materiales de origen natural y a un bajo impacto en el medioambiente, como alternativa a los envases de plástico, aspirando a convertirnos en el “Tetrapak” del envasado sostenible”, informa Paslier a Efe.
TÉCNICA CULINARIA PARA CUIDAR EL AMBIENTE
El primer lanzamiento de SRL es Ooho, un producto para la hidratación, fabricado exclusivamente a partir de algas marinas y plantas, que permite encapsular el agua y los jugos en envases flexibles, comestibles y biodegradables, similares a burbujas gelatinosas del tamaño de una pelota de golf o tenis de mesa.
Esta especie de “botella” comestible y biodegradable está inspirada en la forma en que la naturaleza encapsula líquidos, usando membranas, y se basa en una técnica culinaria denominada esferificación, que fue ensayada con distintos ingredientes, proporciones y dimensiones, hasta encontrar la receta para crear Ooho mediante una doble membrana gelatinosa, según el EIT (eit.europa.eu).
La esferificación se usa en la cocina moderna y consiste en recubrir un alimento líquido de una membrana fina, dándole forma de esfera, al aplicarle un espesante natural basado en un derivado de las algas pardas denominado alginato de sodio y en el cloruro de calcio, que le confiere a la capa exterior del fluido una consistencia de gelatina.
Según Paslier, estas cápsulas se descomponen en contacto en elementos químicos naturales por la acción de agentes biológicos, como el sol, el agua, las bacterias, las plantas o los animales en un período que va de 4 a 6 semanas, y están hechas de un material tan natural que puede comerse, si la persona lo prefiere, en lugar de poner sus residuos en la basura, tras beber su contenido.
La producción de Ooho también requiere mucho menos CO2 y energía en comparación con la una botella o envase de plástico PET equivalente, según SRL.
Pierre Paslier describe este producto al diario británico ‘The Guardian’ como un "fruto hecho por el hombre", que utiliza una doble membrana para contener agua y explica que, aunque no es necesario hacerlo, “el hecho de que sea comestible, demuestra lo natural e inofensivo que es este material”.
Para fabricar estos recipientes biológicos, los investigadores dieron a una bola congelada de agua una capa gelatinosa al sumergirla en una solución de cloruro de calcio, luego empaparon la bola de hielo en una solución de extracto de algas pardas, encapsulándola en una segunda membrana y reforzando su estructura. Probaron miles de prototipos hasta perfeccionar la técnica, según el periódico inglés ‘The Independent’.
IGUAL QUE LA FRUTA
Paslier señala que las primeras versiones de este envase natural vienen en tres tamaños, de 20, 55 y 150 mililitros, contienen agua con distintos sabores, como menta fresca, flor de saúco, grosella negra, naranja y jengibre, y se comercializarán a menor escala en tiendas, festivales y eventos este mismo verano.
Añade que están en contacto con varias marcas para encapsular sus bebidas y desarrollando una máquina comercial para producir "sachets" (bolsitas) de aguas saborizadas en grandes cantidades, más grandes y con diferentes formas, y esperan multiplicar su presencia en el mercado en 2018.
La producción de una botella PET de 1 litro consume hasta 7 litros de agua y 200 gramos de petróleo crudo, generando 30 gramos de residuos que tardarán 700 años en descomponerse y, con el peligro añadido de que, a menudo, terminan en el medio marino e incluso entran en nuestra cadena alimentaria a través del consumo de pescado, según SRL.
Asimismo, más del 30 por ciento de estas botellas son de 500 mililitros o menos, lo que genera una cantidad considerable de residuos, según Paslier.
“En Ooho se descomponen en el entorno en el mismo tiempo que tarda en hacerlo una pieza de fruta. Además, como es comestible, puede dársele sabor y color, tiene una vida útil de varios días y requiere para ser fabricada 5 veces menos CO2 y 9 veces menos energía que una botella de PET convencional, además de ser más barata que el plástico”, enfatizan sus desarrolladores.
“Nuestro objetivo es proporcionar la comodidad de las botellas de plástico limitando el impacto ambiental”, según Paslier, quien concluye que estos envases esféricos flexibles también puede llenarse con otros líquidos, como bebidas sin alcohol, licores y cosméticos.
DESTACADOS:
-- El envase Ooho se descompone en el entorno en el mismo tiempo que tarda en hacerlo una pieza de fruta y requiere para ser fabricada 5 veces menos CO2 y 9 veces menos energía que una botella de plástico, según sus fabricantes, Skipping Rocks Lab (SRL).
-- “Aunque no es necesario comérselo, el envase, precisamente por esa posibilidad, demuestra lo natural e inofensivo que es el material del que está compuesto”, explica el ingeniero Pierre Paslier cofundador de SRL, junto con el también ingeniero Rodrigo García González.
-- Estas “botellas” comestibles se crean mediante la adaptación de una técnica culinaria llamada esferificación, consistente en convertir la capa exterior de un líquido en gelatina, al aplicarse un espesante natural basado en algas y plantas, de acuerdo a SRL.
Por Daniel Galilea/EFE-Reportajes