Presenta el escritor mexicano Eloy Urroz en España su novela surrealista "Demencia"
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Urroz, miembro de la llamada generación del “Crack”, movimiento literario mexicano de fines del siglo XX, estuvo en España hace unos días para presentar su reciente novela, “Demencia”.
Adentrándose en la esquizofrenia pero cuidando la gran enseñanza que dejó el llamado “boom” latinoamericano, de que una novela debe ser al mismo tiempo una obra de arte, el mexicano Eloy Urroz presentó “Demencia”, relato negro, surrealista y salvaje, que va más allá del thriller psicológico.
Urroz, miembro de la llamada generación del “Crack”, movimiento literario mexicano de fines del siglo XX, estuvo en España hace unos días para presentar su reciente novela, “Demencia”, el relato del violinista Fabián Alfaro, un joven artista con problemas de esquizofrenia.
Alfaro tiene que tocar públicamente las tres sonatas Opus 30 de Beethoven el 27 de junio, pero cada vez que intenta ensayar con Daniela, su acompañante al piano, aparece otra mujer: Herminia... mitad sueño, mitad bruja, posible media hermana de Daniela.
En entrevista con Notimex, el escritor, nacido en Nueva York pero nacionalizado mexicano, indicó que una de las partes principales de la novela se la contaron en Madrid hace algunos años y era la historia de las tres hermanas Ricart, que se enamoran del mismo chico.
“A mi me lo contó alguien a quien le pasó, estuvo de novio de una, se enamoró de la otra y con la tercera tuvo relacione sexuales; estaba involucrado con tres hermanas y a mi me pareció insólito, me pareció que eso no podía pasar más que en una novela y ese fue el origen”, explicó.
Sin embargo, para Urroz eso no bastaba, por lo que luego vino la historia del violonista, Fabián Alfaro, “de quien me obsesionaba la idea de que fuera un personaje del cual tenemos que desconfiar porque tiene una visión de la realidad, alterada, no sabemos si está enfermo, si tiene esquizofrenia, o si realmente están pasando las cosas que cuenta”.
En la entrevista, indicó que ei desafío principal era mantener esta ambigüedad en la novela y en el lector, donde no quede nunca aclarado que está pasando realmente en su imaginación desquiciada y que está pasando realmente.
En “Demencia”, todo gira alrededor de tres amigos Rodrigo, el economista; Néstor, el escritor y Fabián el violiista, lo que les va pasando en un período muy corto de tiempo, en unos cuantos días y a esto hay que agregar un doble crimen que ocurre en lo que el autor llama el Parque de los Muertos, pero es el Parque Hundido de la Ciudad de México.
“Mi idea era crear todo un mundo, más que fantasmagórico, transfigurado, presentar una ciudad de México transfigurada, donde pasan cosas muy locas pero que pueden ser realistas, aunque manteniendo una idea surrealista, onírica”, manifestó.
Sin embargo, resaltó que “no es una novela fantástica, no apelo al realismo mágico, simplemente es algo esquizofrénico donde siempre está en duda si esto obedece a la mente de Fabián, o si es algo inherente a la realidad misma de la ciudad de México”.
Consideró que si uno logró inyectar de esos contenidos terroríficos mentales a sus personajes, enriquece terriblemente a la novela, que en el caso de “Demencia”, también es un homenaje a (Fiodor) Dostoievsky.
Urroz enfatizó que él no escribe novelas policíacas o de detectives, porque por ejemplo, en el caso de “Demencia”, al final el lector no sabe nunca claramente qué pasó, pero escribirla sí le generó varios retos.
“Esta novela es de lo que yo llamo el thriller coral, hay cantidad de puntos de vista, cantidad de narradores, todo mundo está dando su punto de vista y su opinión de los sucesos que están pasando, pero además, era muy importante la verosimilitud”, acotó.
“Eso fue difícil si consideras qué tan verosímiles pueden ser los puntos de vista de Fabián, un esquizofrénico, pero no deja de ser verosímil por eso, de hecho las cosas que le van pasando a Fabián son al mismo tiempo las de un esquizofrénico y también veraces”, agregó.
Hizo hincapié que para él era importante la creación de espacio, la creación de atmósfera, “y el poder crear una realidad así, como cuando te has tomado unos mezcales o tequilas, alterada”.
Siendo un miembro de la generación del “Crack”, Urroz señaló que “yo creo que nunca hubo tendencias literarias tan fijas, ni siquiera en el boom, pues cada quien escribía lo mejor que podía”.
No obstante, aseguró que “lo más importante que nos dejó la estela o la impronta del boom a muchos, es el tema de la forma, es decir entender que no simplemente se trata de escribir una novela y ya, no se trata del mensaje sino que la forma es lo más importante”.
Insistió en que no solamente se trata de contar una historia o contar un crimen, “eso lo puedes leer en un periódico o en una revista cualquiera”, sino que lo más importante es la voluntad de forma, la conciencia que tiene el escritor de estar creando una novela que al mismo tiempo es una obra de arte.