Rufino Tamayo supo combinar temas autóctonos con la vanguardia europea
COMPARTIR
TEMAS
Pintó más de mil 300 óleos, entre los que se encuentran los 20 retratos de su esposa Olga, 465 obras gráficas, como litografías.
El pintor Rufino Tamayo, uno de los artistas más relevantes del México del siglo XX, quien aprovechó la Escuela Mexicana de Pintura para desarrollar un lenguaje propio y universal, nació el 26 de agosto de 1899.
El creador, cuya obra es muy valorada en el mercado internacional de las artes plásticas, inició su formación como pintor en la Academia de Bellas Artes de San Carlos; en su estilo artístico se destacó por combinar temas autóctonos con la vanguardia europea.
Fue nombrado jefe de la sección de Dibujo Etnográfico en el Museo Nacional de Arqueología de México, suceso que habría de determinar su toma de conciencia sobre el arte mexicano, de acuerdo con información de la Secretaría de Cultura federal y del sitio “rufinotamayo.org.mx”.
El pintor participó en la revolución plástica de Europa a principios del siglo XX, en el sentido de integrar el arte de las civilizaciones prehispánicas y el popular.
Pintó más de mil 300 óleos, entre los que se encuentran los 20 retratos de su esposa Olga, 465 obras gráficas, como litografías, las cuales resultaron para Tamayo una técnica adecuada para su sensibilidad, así como un campo de innovación.
De igual forma, realizó 350 dibujos, 20 murales y un vitral, lo mismo que recibió encargos para amplias decoraciones murales, entre ellos “Homenaje a la raza” (1952), “América” (1956), “Prometeo” (1958) y “Eclipse total “(1977).
Otros de sus murales son “México de hoy” (1953), “Homenaje a la raza india” (1952) y “La noche y el día” (1954).
Según el portal de la Secretaría de Cultura federal, el pintor habría nacido el 25 de agosto de 1899, pero le gustaba celebrar su cumpleaños el día 26, de ahí que se tome esta fecha como la de su nacimiento.
Al respecto, la página del Museo Tamayo establece la fecha como el 26 de agosto de 1899.
En 1926 realizó su primera exposición, y tuvo tal reconocimiento que lo llevó a exhibir sus obras en el Art Center de Nueva York.
Fue un pintor siempre reconocido, que se incorporó de inmediato a las grandes galerías, a las colecciones importantes y a los acervos de los museos.
Entre 1926 y 1938 Rufino Tamayo pintó naturalezas muertas y paisajes urbanos en línea con Paul Cézanne. Otras telas de esa misma época se basaron en una inspiración más libre y lírica, que define la exaltación del color y los temas de la vida cotidiana, según la fuente.
En estos trabajos incorporó también sensualidad y exotismo con un cierto primitivismo. Para entonces su labor gráfica alcanzó presencia internacional, y en 1964, después de seis años de residir en París, Tamayo y su esposa, Olga, regresaron definitivamente a México.
Fue en su país natal donde realizó seis murales, entre los que se encuentra “Dualidad”, detalló el portal del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, el cual fue inaugurado en 1981, resultado del impulso del artista y su esposa.
La colección inicial de pintura contemporánea del acervo de dicho museo se integra de unas 300 piezas, que el propio artista oaxaqueño coleccionó sobre todo en la década de los años 70 del siglo pasado.
A mediados del año 70, Tamayo empezó a ensayar con un nuevo proceso hasta lograr, junto con Luis Remba, director del Taller de Gráfica Mexicana, la mixografía; ambos diseñaron nuevas herramientas y maquinaria especial para integrar color y textura al papel convirtiéndose en sustancia y parte del mismo.
Rufino Tamayo ingresó en El Colegio Nacional el 12 de mayo de 1991; fue nombrado Doctor Honoris Causa por las universidades de Manila, en 1974, Nacional Autónoma de México, en 1979, y la de San Francisco, en 1982.
Se le otorgaron, además, el Premio Nacional de Artes en 1964 y el Colouste Gulbekian, por el Instituto de Artes de París, en 1969; la Legión de Honor de Francia (1970), y el grado de comendador por la República Italiana (1971).
En 1990 terminó su último cuadro, “El muchacho del violín”. Murió el 24 de junio de 1991 y sus restos fueron depositados en el museo de arte contemporáneo que fundó en la Ciudad de México y que lleva su nombre.