Aunque en muchas ocasiones los primeros tres meses pueden ser los más pesados, es posible disminuir el malestar y la náusea con el yoga.
Estos ejercicios están diseñados para aquellas que no pueden salir de la cama y necesitan algo ligero.
Chequen estos ejercicios que, en total, solo te tomarán 15 minutos máximo.
Posición de rodillas flexionadas
Dobla las rodillas hasta que el torso se quede entre tus muslos y extiende las manos hacia delante. Estira los brazos hacia delante dejando tu frente en el piso. Respira lentamente unas 10 veces.
Variación de pliegue de pie delantero
Comienza por mantenerte derecha, para luego tomar aire profundo levantando ambos brazos. Una vez que exhales, dobla tu espalda como si fueras a tocarte los tobillos. Sostente los codos, balanceándolos (si te siente cómoda) de un lado a otro. Presiona los dedos de los pies y levanta el trasero al techo. Respira tranquilamente unas 5 a 10 veces.
Cuello delantero de pies separados con abridor de hombro
Con los pies separados, cierra las manos detrás de tu espalda, e inhala inflando el pecho. Luego, exhala para doblarte hacia delante dirigiendo tu cabeza al suelo. Trata de no encogerte de hombros y mantener los codos lejos de las orejas. Respira profundamente unos 5 a 10 veces.
Guerrero, segunda posición
Comienza haciendo un arco, para luego colocar tu rodilla derecha cerca de la nariz y colocar el pie entre tus manos. Luego gira el talón izquierdo hacia abajo con el pie ligeramente inclinado hacia fuera. Los brazos se abren atrás y delante de la estera y las palmas hacia bajo. La rodilla se mantiene en un ángulo recto, en línea con el tobillo derecho. Respira aquí para luego repetir en el otro lado.
Giro torcido revertido
Desde una elevación alta con pie derecho hacia delante, inhala para enderezar las piernas y levantar los brazos. Al exhalar, vuelve a bajar hacia arriba, alzando el brazo izquierdo hacia delante y el brazo derecho hacia atrás. Al inhalarán pasarán su mano derecho hacia tu muslo izquierdo. Respira en esa posición unas 5 a 10 veces y luego procede al otro lado.
Diosa reclinada apoyada
Sentada en el suelo con piernas extendidas, utilizando los omóplatos detrás de tu nuca formarás una especie de bloque. Dobla las rodillas y coloca tus pies en el piso. Usando tus brazos, muy lentamente levántate para apoyarte en el “bloque”. Junta tus manos detrás de tu cabeza para permitir a tus codos apoyarse en el piso. Mantente así respirando unas 10 veces.