El COVID-19 ha cambiado los encuentros amorosos
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El encierro no es una limitante, los obstáculos los pone la falta de creatividad e imaginación, afirma el sexólogo Julián Alcalá
Leonor estaba tan aburrida en la cuarentena que para pasar el rato decidió bajar por primera vez la aplicación de citas Tinder. De inmediato se dieron los match (cuando dos participantes se gustan) y los candidatos comenzaron a acumularse. Charló con varios y los más arrojados le propusieron romper el confinamiento para conocerla.
Su negativa era contundente. Pensaba que eran unos idiotas por querer salir a pasear y exponerse sólo para conocer a alguien que contactaron por Tinder. Pero con uno de ellos tuvo una conexión diferente –que hasta ahora no puede explicar– y la hizo cambiar de idea. Tras 15 días de intercambiar mensajes durante horas, quedaron para verse en un parque público. Eran los últimos días de abril.
Fue una cita muy victoriana. Nos sentamos en una banca, a dos metros de distancia. No nos dimos ni la mano, sólo hablamos por horas. Llevamos vino en termos y la pasamos bien.
La falta de opciones en las calles orilló a que la segunda cita se diera en el departamento de esta economista de 31 años. La cuarentena abrevió el ritual de la seducción y lo inevitable pasó. Se enamoraron y ahora seis de los siete días de la semana la pasan juntos.
El confinamiento obligado por la pandemia de Covid-19 ha trastocado los procesos de ligue. Millones de personas en el mundo buscan la manera de vivir el amor (y el sexo) en los tiempos del coronavirus.
El encierro no es limitante, los obstáculos los pone la falta de creatividad e imaginación, afirmó Julián Alcalá, sexólogo del departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Enfatizó que el ejercicio de la sexualidad no se acota a la genitalidad, hay múltiples opciones para disfrutarlo: la masturbación, el filtreo a través del Internet, el sexting, la pornografía, las llamadas hot line, el cibersexo, entre otras.
Una sexualidad plena es fundamental para enfrentar estos tiempos de estrés, angustia e incertidumbre, apuntó el especialista.
Impacientes por tener relaciones
Julia María ha tenido otro tipo de experiencias, bastante inesperadas. Muchos de sus ex amantes, incluso algunos con los que ya no tenía ninguna comunicación, la han buscado para “un affaire de cuarentena”, le han pedido fotos y le envían mensajes cachondos en un intento por llegar a los juegos de seducción.
“Siento mucha testosterona guardada y la necesidad de liberarla. Lo veo en el parque, en las app, con amigos. La gente está impaciente por tener relaciones”, aseguró esta promotora cultural de 39 años.
Situación muy parecida vive Iván, un profesor universitario cuarentón, a quien varias de sus ex alumnas le han escrito con un interés sexual. “Hay mucha actividad virtual. Creo que muchas chicas están aburridas y, aprovechando que tienen más tiempo libre, le escriben al ex, al profesor, al amigo. En mi caso empieza el coqueteo y a veces les sigo el juego, pero cuando les digo que quedemos para vernos se arrepienten”.
Para otros, el confinamiento ha sido sólo el agravante a una relación de años y los ha llevado a no tolerarse ni en la convivencia ni en la intimidad.
Tania tiene 40 años y 18 de ellos casada. Es madre de un pequeño de ocho años y desde hace mucho ella y su esposo olvidaron sus encuentros sexuales.
De repente se daban, pero con el Covid-19 ni siquiera lo beso. El encierro me ha hecho aceptar que esto hace mucho se rompió.