¿Solución o riesgo?: Los betabloqueadores y la ansiedad
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Aunque parezcan una solución práctica a los incómodos síntomas que puede provocar la ansiedad, los doctores advierten que deben tomarse con precaución.
Por: Christina Caron
¿Ansioso por una entrevista de trabajo? ¿Te preocupa hablar en público? ¿Nervios en la primera cita?
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La solución, sugieren algunas empresas emergentes digitales, es un betabloqueador, un tipo de medicamento que puede ralentizar el ritmo cardíaco y bajar la presión arterial, ocultando algunos de los síntomas físicos de la ansiedad.
Por lo general, es necesario acudir a la consulta del médico para obtener una receta, pero en EE. UU. varias empresas están poniendo en contacto a pacientes con médicos para realizar visitas virtuales rápidas y enviar la medicación a domicilio.
“Se acabaron los ‘temblores y sudores’”, prometía un anuncio en línea. “Completa un sencillo formulario de admisión en 15 minutos”.
Esa velocidad preocupa a Yvette I. Sheline, profesora de psiquiatría de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.
“La primera pregunta es: ¿qué le pasa a esta persona?”, dijo Sheline. ¿Está deprimida además de ansiosa? ¿Tiene ansiedad crónica o es solo un caso temporal de pánico escénico? “No queremos acabar recetando algo equivocado”, añadió.
Además, aunque los betabloqueadores suelen considerarse seguros, los expertos afirman que pueden tener efectos secundarios desagradables y deben utilizarse con precaución.
¿Qué son los betabloqueadores?
Los betabloqueadores, como el clorhidrato de propranolol, han sido aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos para el dolor en el pecho, la prevención de migrañas, los temblores involuntarios, los ritmos cardíacos anormales y otros usos.
Algunos se siguen recetando para la hipertensión, aunque ya no se consideran el tratamiento preferido, principalmente porque otros medicamentos son más eficaces para prevenir accidentes cerebrovasculares y la muerte.
Los betabloqueadores pueden aliviar los síntomas físicos de la respuesta de “lucha o huida” al estrés, como temblores, palmas sudorosas o corazón acelerado, pero no están aprobados por la FDA para tratar los trastornos de ansiedad.
Durante décadas, los médicos las han recetado para usos distintos de los aprobados, incluidos problemas como el pánico escénico. En los últimos años, famosos como Robert Downey Jr. y Khloé Kardashian han afirmado que estos medicamentos les ayudaron a superar la ansiedad de presentarse en público.
¿Cómo actúan?
Cuando empezamos a sentir ansiedad o estrés, nuestro cuerpo produce adrenalina, que nos prepara para responder al peligro percibido. Esta hormona acelera los latidos del corazón y estrecha los vasos sanguíneos para dirigir la sangre a órganos importantes como el corazón y los pulmones. La respiración se acelera y empezamos a sudar.
Los betabloqueadores funcionan “bloqueando” los efectos de la adrenalina. Hacen que el corazón lata más despacio y con menos fuerza, lo que ayuda a bajar la presión arterial.
Pero si te sientes especialmente ansioso, “tu mente seguirá acelerada, seguirás rumiando y preocupándote”, dijo Regine Galanti, psicóloga de Cedarhurst, Nueva York, que trata a personas con trastornos de ansiedad.
En otras palabras, los betabloqueadores no van a abordar la raíz de tus miedos. “Si se convierte en algo semanal, ‘Ay, lo estoy pasando mal en este curso. Me tomaré un betabloqueadores cada vez que me toque’. Yo diría: ‘¿Cuál es el objetivo a largo plazo aquí?”, añadió.
Según Joseph Bienvenu, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, a los pacientes solo se les suelen recetar unas pocas pastillas para situaciones concretas en las que podrían experimentar ansiedad frente a alguna tarea. Pero algunas empresas de venta por internet reparten hasta 48 a la vez.
¿Tiene efectos secundarios?
Sí. Los betabloqueadores pueden provocar mareos. Otros posibles efectos secundarios son fatiga, manos o pies fríos, problemas para dormir y pesadillas. También pueden causar problemas estomacales como náuseas o diarrea y, con menos frecuencia, dificultad para respirar.
Por eso, algunos médicos dicen a sus pacientes que eviten tomarlos por primera vez el día de un evento importante.
Bienvenu aconseja a los pacientes que prueben primero la medicación el fin de semana, o “cuando no tengan nada más que hacer”. “Solo quiero que la gente sepa cómo le va a afectar”, dijo.
¿Está bien tomarlos para una tarea potencialmente aterradora, como una gran presentación? Posiblemente. Pero los expertos sugieren visitar primero al médico de cabecera.
Los betabloqueadores pueden no ser aconsejables para algunas personas con diabetes, presión arterial baja o bradicardia, es decir, latidos cardíacos lentos, o personas con asma u otra enfermedad pulmonar. Además, algunos medicamentos, como los del colesterol o los cardiovasculares, pueden interactuar con ellos.
Arthur Caplan, profesor de bioética de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, dijo que los médicos en línea no disponen de tu historial médico completo ni te han examinado en persona.
Sin un examen físico, algunos pacientes podrían no saber que tienen un problema subyacente, como un ritmo cardíaco irregular, añadió. Y puede que no sepan a quién llamar si tienen preguntas después de recibir una receta.
“Hay que controlar este tipo de fármacos”, señaló.
Para quienes se enfrentan a menudo a tareas que provocan ansiedad, como hablar en público, según los expertos, lo más beneficioso puede ser probar técnicas de respiración o terapia de exposición, que consiste en enfrentarse directamente a lo que nos produce ansiedad para romper un patrón de miedo y evitación.
“Ocultar los síntomas de ansiedad no va a enseñarte a controlarlos”, dijo Galanti.