Somos chavos y actuamos

Por Myrna Flores

¡Juventud divino tesoro! Decía Rubén Darío en su poema Canción de Otoño en Primavera, evocando la etapa en que todo se vive con más apasionamiento. Las desventuras de la juventud fueron retomadas en 1953 por el dramaturgo mexicano Héctor Mendoza, en la comedia de tres actos y un entremés Las Cosas Simples, que el grupo de teatro de la Universidad Autónoma del Noreste presentó el pasado 29 de noviembre en dos funciones.

El público esperaba la tercera llamada, mientras dos personajes en convención con el ambiente de cafetería ofrecían de beber a los asistentes. Algunos incluso tuvieron la oportunidad de obtener una mesa en el escenario y formar parte de la representación.
Muchachas de vestidos con el largo hasta las rodillas y chicos de chamarras de cuero y tenis negros, escenificaron un cuadro de la vida de los años cincuenta en México, una historia sobre exámenes, amoríos, envidias y travesuras juveniles.

La premisa de la obra se despliega a partir de la costumbre de los estudiantes de preparatoria de la época, que frecuentaban estos establecimientos despues de clases. Es en uno de ellos que se vive la historia de Catalina (Liliana Carrillo) una mesera de 17 años cuyo mayores sueños son asistir a la escuela, tomar unas vacaciones del trabajo y poder estar junto al muchacho del que está secretamente enamorada, Ricardo (Ignacio Moreno).

Por su parte Ricardo no deja de pensar en una mujer 13 años mayor que el, Sue (Frida López) quien se gana la vida como prostituta y que prefiere comprometerse con David (Rodrígo Fuentes) un norteamericano que la saca de su difícil situación. A la par se desarrollan subtramas en dónde conocemos a personajes como Elsa (Nancy Jáquez) la chica popular a la que todos quieren por nterés, Matilde la chismosa que es molestada en su salón, Alma (Mariann Martínez) y Alfredo (Gerardo Trimmer) una pareja de novios con problemas, la adivina María (Paola Franco) y Lupe (Ximena García) que quedó loca tras la muerte de un gran amor.