“Tengo tres patrias: Cuba, mi lengua y el trabajo”: Padura

Vida
/ 24 octubre 2015

El galardonado reconoció que "ser escritor nunca ha sido fácil". "Muchas horas he dedicado a mi oficio en una lucha terrible por vencer miedos e incertidumbres que lo abarcan todo", señaló.

El escritor cubano Leonardo Padura hizo un homenaje a sus "tres patrias" al recoger en España el Premio Princesa de Asturias de las Letras de manos del rey Felipe VI: "Cuba, mi lengua y el trabajo".

"Soy cubano por mis 64 costados. A Cuba, a su cultura y a su historia debo casi todo lo que soy profesional y humanamente", dijo en la ceremonia celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo (norte) y presidida por los reyes de España.

En un discurso ofrecido ante más de un millar de personas y el resto de galardonados, Padura recordó sus orígenes en Mantilla, el barrio de la periferia de La Habana donde sigue residiendo en la casa en la que nació.

"Pertenezco profundamente a la identidad de mi isla, a su espíritu forjado con tantas mezclas de etnias y credos, a su vigorosa tradición literaria, a su a veces insoportable vocación gregaria, al amor insondable que le profesamos al béisbol", dijo.

El galardonado reconoció que "ser escritor nunca ha sido fácil". "Muchas horas he dedicado a mi oficio en una lucha terrible por vencer miedos e incertidumbres que lo abarcan todo", señaló.

Padura expresó su agradecimiento a sus padres, a sus compañeros de estudio y de profesión, a la editorial Tusquets, que permitió que sus libros fueran leídos "en todo el ámbito de la lengua y traducidos", a su esposa, Lucía López Coll, y a España, país con quien reconoció tener "una impagable deuda de gratitud".

"Este país me abrió puertas que me han permitido avanzar y estar donde estoy", dijo el escritor, el segundo cubano - después del atleta Javier Sotomayor- que logra este galardón otorgado por la Fundación Princesa de Asturias, que en esta 35 edición cambia de denominación adoptando la de la nueva heredera del trono español, la princesa Leonor.

Al término de su discurso, ofrecido ante el resto de premiados -entre ellos el cineasta estadounidense Francis Ford Coppola o el filósofo español Emilio Lledó-, Padura mostró una pelota de béisbol y quiso compartir la felicidad experimentada en este día "de vino y rosas" como lo hacía hace más de medio siglo con sus amigos del barrio.

 

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