Un altar para un perro sin dueño

Vida
/ 4 noviembre 2020

Al momento de conocer un reporte sobre un animalito en peligro, el proceso para auxiliarlo requiere de mucho esfuerzo y trabajo, no obstante no siempre el rescate de un animalito es logrado con éxito, Brigada Rescate dedica esta carta a los lomitos a los cuales su ayuda llegó demasiado tarde...

Estuviste ahí durante mucho tiempo, no sé exactamente de donde venias, la calles que  recorriste o los caminos que atravesaste, por tu estado físico pude notar que no habías sido cuidado antes, tus costillas mostraban que nadie te alimento, tenías heridas que nadie curo, tu piel estaba lastimada, pero tu estado emocional es lo que más me impacto, ver cómo huías de mí cuando yo quise acercarme a ayudarte, sentirte lleno de angustia y de miedo me envolvió en un mar de emociones, tan solo pensar lo que tuviste que pasar para aterrorizarte de un humano, sin embargo estaba motivada porque tal vez yo podría ayudarte. Con temor a tu reacción, me acerque, quizá con algún bocadillo que tenía a mi alcance para llamar tu atención, pero tú ya no confiabas en eso, después de algunos intentos te diste cuenta que yo no te quería lastimar, yo  solo pretendía ayudarte y con las pocas fuerzas que te quedaban movías tu colita ,cambiaste tu mirada como si nunca te hubiesen hecho daño antes, me dejaste cargarte y me di cuenta que estabas cansado pero no rendido, buscabas seguir luchando. Fui lo más rápido que pude al veterinario con la ilusión que te brindara la mejor atención posible, en el camino me mirabas y yo te acaricié y te dije que todo estaría bien, en ese momento sentía que aunque no podías sentir lo que estaba pasando, sabías que estabas a salvo y cuando por fin llegamos hablé con el veterinario explicándole tu estado, te hizo una revisión y me dio la peor noticia que un rescatista puede escuchar: Ya no podíamos hacer nada por ti. Tu estado de salud era grave, habíamos llegado demasiado tarde, así que tomamos la mejor decisión posible de dormirte para siempre. No te conocí bien Lomito pero sé que te has ganado tus pequeñas alas peludas, lamento tanto que en la tierra no hayas podido envejecer con un mejor amigo humano, que no hayas sido alimentado todos los días, lamento también que en lugar de caricias recibiste patadas y piedras, que no tuvimos la oportunidad de darte el hogar que te merecías, espero estés en el cielo disfrutando de hermosos paisajes, que todo tu dolor y sufrimiento hayan desaparecido y que hayas recuperado la vitalidad que siempre debiste tener, no pienses que nadie te recuerda, te llevo presente porque eres un ejemplo de lo que todos deberíamos hacer, esforzarnos por ser buenos y puros hasta el último momento. Me despido de ti haciéndote saber que en mi corazón también hay un lugar para ti, gracias porque me confiaste a mí tu último suspiro, me hubiese gustado hacer más por ti, pero la paz que tienes ahora es mi mejor regalo.

Agradecemos tu apoyo con el que hacemos posible auxiliar la vida de animalitos en peligro. Los perritos de Brigada Rescate cuentan contigo para encontrar un hogar con mucho amor. Esperamos que sigas leyéndonos y que nos sigas en nuestras redes sociales
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#JuntosDejamosHuella
GABRIELA NAVARRO
Brigada Rescate

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