Workaholismo: La adicción al trabajo no te hace más productivo

Vida
/ 22 noviembre 2017

Tener una dedicación absoluta al trabajo se liga con una serie de resultados no deseados

Hace poco me tocó trabajar con una clienta a quien llamaré Bianca, y a quien le gusta autodefinirse como una workahólica. Es una emprendedora con trabajo propio y le apasiona todo lo relacionado con eso. Con gusto trabaja horas sin parar, soñando con ideas nuevas, haciendo relaciones públicas, vendiendo su propia persona y trabajando en diversos proyectos. No tiene tiempo para una relación romántica y afirma que no tiene ningún problema con eso.

Ella "vive y pervive" en su negocio y dedica por lo menos 70 horas a la semana a actividades relacionadas con su trabajo. Y no concibe que pudiera haber algo diferente.

Ahora, comparemos su caso con el de Rebecca, otra expaciente. También trabaja muchas horas como ejecutiva, pero no tantas como Bianca: apenas unas 60 a la semana. Muy seguido se la pasa obsesionada por lo que tiene que hacer y le preocupa el mantener el ritmo para atender su carga de trabajo. En consecuencia, le cuesta despegarse mentalmente del trabajo cuando llega a su casa. Aunque intente relajarse, siente que "debería" estar trabajando. Y aunque no se considera a sí misma como una adicta al trabajo, su novio sí cree que lo es y se la pasa quejándose de que le da mayor prioridad a su trabajo que a su vida personal.

Ambas mujeres dedican mucho tiempo a sus trabajos. ¿Son las dos adictas al trabajo? Para muchos, la respuesta es que sí, aunque la realidad de los efectos de su dedicación al trabajo es marcadamente diferente. En este sentido, la literatura psicológica describe a Bianca como alguien comprometida con su trabajo, en tanto que a Rebecca la define como una adicta al trabajo.

¿Qué es el workaholismo?

En un informe científico de la Asociación de Psicología de EU, Malissa Clark, una psicóloga e investigadora, apuntó que la adicción al trabajo deriva de tres aspectos:

    El paciente se siente obligado internamente a trabajar.

    Piensa repetidamente en el trabajo, inclusive cuando está en situaciones no laborales.

    Trabaja más allá de lo que se espera personalmente, a pesar de las consecuencias negativas que resultan de ello.

Lo malo de ser workahólico

Como bien podría esperarse, tener una dedicación absoluta al trabajo se liga con una serie de resultados no deseados. Por ejemplo, se vincula a conflictos familiares o a enfrentar situaciones muy competitivas y a menudo, conflictivas en las esferas profesional y privada. En consecuencia, el conflicto familia-trabajo puede afectar la satisfacción con el núcleo familiar, o con la vida en general.

Después de todo, si tu pareja o tus niños se quejan de que casi no estás en casa y, al mismo tiempo, sientes que no estás a la altura de la demanda en el trabajo, tu vida diaria podría llegar a ser muy estresante y conflictiva. Así, no te sorprendas si te digo que el trabajo en exceso está también relacionado con el agotamiento.

Por definición, la adicción al trabajo dificulta una separación psicológica de las personas y el trabajo, y puede interferir con su habilidad de recuperarse y cargar renovadas fuerzas tras una jornada laboral.

Además de sus retos psicológicos, la adicción al trabajo también tiene efectos físicos. En un estudio, por ejemplo, se sugiere que los adictos al trabajo tienen una mayor susceptibilidad de trastornos del sueño, así como de mayores riesgos cardiovasculares. En otro estudio aplicado a trabajadores de EU, Australia y Europa se encontró que las personas que trabajan más de 55 horas por semana tienden a presentar más riesgos de enfermedades cardíacas o de sufrir embolias que los que trabajaron entre 35 y 40 horas semanales.

    La adicción al trabajo dificulta una separación psicológica de las personas y el trabajo.

Si, por el contrario, simplemente estás muy comprometido con tu trabajo, y trabajas mucho porque te apasiona lo que haces, no es factible que sufras muchas de las consecuencias negativas que usualmente se relacionan con la adicción al trabajo. Por ejemplo, algunos investigadores descubrieron que los empleados que afirman que disfrutan más su empleo tienden a demostrar menores tasas de conflicto trabajo-familia y sí una mejor satisfacción con su calidad de vida y con el trabajo.

En otro estudio aplicado a mil 246 trabajadores holandeses se descubrió que individuos que se etiquetaron como "adictos al trabajo comprometidos" trabajaron más horas que los "adictos al trabajo" o los "empleados comprometidos", no mostraron los niveles más altos de agotamiento Por ello, los investigadores sugieren que comprometerte con tu empleo puede funcionar como un escudo en contra de los indeseables efectos de la adicción al trabajo.

    Los investigadores sugieren que comprometerte con tu empleo puede funcionar como un escudo en contra de los indeseables efectos de la adicción al trabajo.

Si bien el tener un empleo muy exigente puede llevarte a trabajar en exceso, con los problemas relacionados con el conflicto trabajo-familia, hay factores personales que también juegan un papel relevante en un diagnóstico de adicción al trabajo. Por ejemplo, en un estudiose descubrió que una carga excesiva de trabajo aviva los conflictos trabajo-familia. Sin embargo, esta relación se detonó por el simple hecho del trabajo en exceso.

Es decir, si tienes un trabajo que exige mucho de ti, hace que trabajes mucho a fin de que estés preparado en todo momento para lo que está por venir. Y el hecho de que estés trabajando tanto detona problemas con tus seres queridos. De cualquier forma, este estudio demostró que la carga de trabajo en sí no se relaciona de manera relevante con la obsesión con el trabajo.

Si soy workahólico saldré adelante, ¿verdad?

Si por ser adicto al trabajo tienes consecuencias negativas y crees que vale la pena, porque eres más productivo, deberás saber que, de acuerdo con algunos estudios, estás equivocado porque no hay evidencias que sugieran que ser adictos al trabajo resulta en un mejor rendimiento. Es decir, aunque te dediques mucho al trabajo y te pases horas y horas en ello, quizá no seas tan efectivo como si te tomaras algunos descansos y tuvieras una vida más balanceada.

Si te ves reflejado en este artículo y crees que es hora de hacer algo al respecto, pronto vendrá una segunda parte en la que te presentaré un plan de acción para que puedas tener una relación más sana con tu trabajo.

Este artículo fue publicado originalmente en HuffPost y luego fue traducido y editado para su comprensión.

*Este contenido representa la opinión del autor y no necesariamente la de HuffPost México.

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