XXVII Congreso Internacional de la Mujer, ‘Metanoia’
Este concepto, poco utilizado, debería usarse para referir a una persona que vívidamente se ha decidido, de manera radical, por Dios; es decir, desde lo más profundo del alma
En recuerdo de mi padre.
“Metanoia” es una palabra poco usada, pero que encierra un trascendental y extraordinario significado. Solo basta decir que, en griego, el sentido original de la palabra “conversión” se denomina metanoia.
En infinidad de ocasiones metanoia se utiliza para hablar de un cambio de actitud, de la manera de vivir, pero la realidad es que este concepto debería usarse para referir a una persona que vívidamente se ha decidido, de manera radical, por Dios; es decir, desde lo más profundo del alma. Desde sus mismísimas raíces.
¡POR FIN!...
“¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!”, estas son las palabras de San Agustín que, en el ámbito de la religión católica, posiblemente, su caso sea la transformación, la conversión, por excelencia, que ha influenciado a infinidad de personas, como a la mismísima Santa Teresa que en su “Libro de la Vida”, manifestó la influencia de la lectura del libro “Confesiones”, de San Agustín, tuvo en su propio proceso de conversión: “Como comencé a leer las Confesiones, paréceme me veía yo allí. Comencé a encomendarme mucho a este glorioso santo. Cuando llegué a su conversión y leí cómo oyó aquella voz en el huerto no me parece, sino que el Señor me la dio a mí, según sintió mi corazón”.
Agustín de Hipona narra su conversión al cristianismo en su famoso libro “Confesiones”, ahí comenta que se encontraba en el huerto de su residencia de Milán, cuando escuchó una voz infantil que decía “Toma, lee”, haciendo referencia a la Biblia. Agustín interpretó aquellas palabras como si fueran un mandato divino. Abrió la Sagrada Escritura y leyó el primer pasaje que se ofreció a sus ojos: “No en comilonas y embriagueces, no en lechos y en liviandades, no en contiendas y emulaciones sino revestíos de nuestro Señor Jesucristo y no cuidéis de la carne con demasiados deseos”.
Agustín afirma: “No quise leer más, ni era necesario tampoco, pues al punto que di fin a la sentencia, como si se hubiera infiltrado en mi corazón una luz de seguridad, se disiparon todas las tinieblas de mis dudas”.
En este contexto metanoia, para el catolicismo, significa transformación profunda de corazón; representa una conversión, precisamente como esa realidad que Agustín de Hipona experimentó y lo hizo cambiar luminosamente hasta el final de sus días, legando a la humanidad una sabiduría fuera de serie.
REVELACIÓN
Solo basta vernos frente al espejo para sabernos que, en todo sentido, la tierra inexorablemente es nuestro principio y nuestro fin. Somos seres de acción, pero también somos “humus”, génesis de lo humilde y el ser humano que desconozca esto, puede caer en actitudes vanidosas en las que se pueda ensalzar, engrandecer hasta llegarse a engañarse, pues estaría ignorando sus propias limitaciones y bajezas; por ello, para experimentar la metanoia es necesario someterse a un proceso personalísimo de reflexión en donde la humildad, silenciosamente, empieza a provocar una inédita transformación interior, tan profunda que a cualquier persona le obliga a bajar de esas fatuas torres de marfil que el mundo moderno le ha impuesto, para luego, pausadamente, situarla al servicio de los “otros”: haciéndola mirar su propio rostro, en los rostros de esos “otros”.
De pasada comento que hoy, la gran protagonista de la vida es necesariamente la humildad ya que, como nunca, los humanos de esta generación, intempestivamente, hemos arribado a ella debido a esta terca pandemia que nos ha forzado a reconocernos frágiles, enfermizos y mortales.
La metanoia es como una epifanía, como esa revelación que a San Agustín le provocó una transformación real en su mente y corazón; es un cambio en la percepción, en la visión del mundo, en la jerarquía de valores y la manera de comprender la vida. Sería como pasar de lo finito y temporal al afán de ser encontrado por el sentido de la vida, por la eternidad, por el propósito último de nuestro peregrinar, asumiendo la responsabilidad de vivir, siendo creadores de nuevas posibilidades y constructores de esperanza.
¿Qué implica este cambio? Entre otras cosas, girar significativamente en la dirección, en la actitud y en nuestro comportamiento de vida; es decir, elevar el nivel de la inteligencia para poder llegar a un estado superior de entendimiento que, generalmente, se dirige a un propósito eterno.
CONGRESO INTERNACIONAL
Lo anterior viene a colación porque desde hace 27 años, todos los años (a pesar de la pandemia), se realiza en nuestra localidad el Congreso Internacional de la Mujer, en esta ocasión se realizará de manera virtual los días 21 y 22 de octubre, y precisamente, el título del Congreso de este año es “METANOIA, transformación profunda del corazón y mente”, que pretende que los participantes reflexionen para retomar las experiencias vividas y reconocer la fuerza interior que los habita y así lograr plenitud de vida.
Los conferencistas que el día 21 de octubre estarán en este evento son: el reconocido doctor Jorge Aguirre Sala, con el tema “Explicación a la palabra metanoia”; El conferencista internacional David Montalvo con el tema “Si te caes... Me invitas: el lado positivo de la adversidad”, en la cual se reflexionará sobre el hecho que todo en la vida es aprendizaje, que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Posteriormente, Álex Rovira, reconocido internacionalmente por sus planteamientos sobre la mejora y transformación humana individual y colectiva, dictará la plática “Las 7 llaves”.
El viernes 22 de octubre, le corresponde hablar a la escritora Adriana Urdiain sobre el tema “Mujeres echadas pa’ delante”, quien analizará las fortalezas que ayudan a crecer a las personas y las impulsan a seguir siempre adelante. Finalmente, este mismo día, el notable conferencista Ángel Espinosa abordará el tema “Metanoia, cambio profundo de corazón y mente de las personas”.
La inscripción a este Congreso se puede hacer en: www.familiaunida.org/metanoia (teléfono: 844 416 08 58).
Cabe mencionar que el acceso es gratuito, y la cooperación voluntaria (pero no hay que olvidar que siempre es bueno aportar por lo aprendido).
Creo que este Congreso es imperdible, pues las reflexiones derivadas del encuentro podrían significar un nuevo inicio para que las personas realmente nos decidamos a transformar para bien nuestras vidas, especialmente considerando los retos y las experiencias que la pandemia continuamente nos propone y de las cuales aprendemos.
Indudablemente, el aprendizaje obtenido será un bálsamo para recobrar las fuerzas y robustecer nuestro sentido de vida en estos aciagos tiempos y así poder caminar por la senda de la “antifragilidad”.
“Metanoia” significa ver todo con “ojos de eternidad”; razón por la cual, toda persona, al ser creadora de posibilidades, puede ser la definición “andante” de este hermoso y magnífico concepto... ¡Sí, tal como lo fue el terrenal y humanísimo Agustín de Hipona!
cgutierrez@tec.mx
Programa Emprendedor
Tec de Monterrey
Campus Saltillo