¡Ah, Chihuahua! El tema del trasvase de las presas mexicanas tiene muchos bemoles
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El Tratado del Agua de 1944 resulta un juego de niños si lo comparamos con el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848
¿Cuántas veces nos hemos visto presionados impactados por noticias que son falsas? He llegado a creer algunas y hasta comentarlas. Hay algunas noticias que quisiera fueran falsas, como los actos que sucedieron recientemente en Chihuahua.
Que si hay un trasfondo político en la actuación de los agricultores chihuahuenses que, apoyados por el PAN, tomaron la Presa “La Boquilla” el 8 de septiembre pasado haciendo correr a efectivos de la Guardia Nacional; que si guardias dispararon a un matrimonio de campesinos dando muerte a la mujer que dejó involuntariamente huérfanos a sus tres hijos; que si el gobernador Javier Corral ya había anunciado que la sequía iba a afectar los cultivos, que si para la federación sólo tendría lugar la presencia del Fonden si la sequía afectara el consumo humano de agua… muchos mensajes que distraen.
Hay muchos elementos de orden político en esta situación en torno al uso del agua, pero lo cierto es que ya se desfogaron de las presas de Chihuahua hacia la Unión Americana mil 779.3 mm3 de agua, y antes del 25 de octubre deberá entregarse 779.3 mm3 más.
De acuerdo al respetable Cronista de la Ciudad de Chihuahua, maestro Rubén Beltrán, cito:
“Vivimos un grave y muy lamentable problema originado por un tratado internacional de aguas entre nuestro País y los Estados Unidos que fue firmado en 1944. Dicho convenio se refiere al control de las aguas de los ríos Bravo y Colorado para favorecer por igual a los dos países. El mismo tratado se refiere también a las condiciones climáticas y técnicas que puedan suspender su vigencia de manera lógica y temporal. Se da el caso que en la actualidad Chihuahua afronta una terrible sequía y requiere del agua de sus presas para salvar el ciclo agrícola de este año”.
El agua que se manda al Río Bravo sale de dos presas, “Las Vírgenes” y “La Boquilla”, se conduce hacia el Río Bravo a través del Río Conchos local. Los productores chihuahuenses reclaman que no se envíe en este momento la cuota establecida del agua.
Se abrieron hace tiempo las compuertas de las presas sin importar las protestas y propuestas de los campesinos que llegaron a tomar el Palacio de Gobierno y a cerrar la circulación en varias carreteras.
El 8 de septiembre antes citado, miles de productores se agolparon en la presa “La Boquilla” y se enfrentaron a la Guardia Nacional y al Ejército, cuerpos militares que tuvieron que retirarse después de los enfrentamientos. Los campesinos tomaron el control de la presa y cerraron temporalmente sus compuertas.
Detrás de la problemática está la presión de nuestro poderoso país vecino. El Tratado del Agua de 1944 resulta un juego de niños si lo comparamos con el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848 en el que México perdió más de la mitad de su territorio.
El tema del trasvase de las presas mexicanas tiene muchos bemoles; los campesinos tamaulipecos a quienes de manera natural podría corresponderles parte del agua desfogada dicen que a los chihuahuenses les va mejor que a ellos. Hay quienes aseguran que por parte de Estados Unidos recibe México más agua que la que le corresponde. ¿Qué pasaría si dejaran de hacerlo?
Preguntemos a los ricos de Chihuahua que utilizan el agua para regar sus grandes nogaleras apoyados con pozos clandestinos o a los empresarios de la industria del refresco y de la cerveza asentados en territorio chihuahuense, ¿cómo les va con el agua?