Alonso Cueto regresa al pasado en su nueva novela
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En "La viajera del viento", Cueto narra la historia de un hombre que vive con la culpa de haber matado a una mujer diez años atrás.
El escritor peruano Alonso Cueto (Lima, 1954) afirma que siempre vuelve "al pasado porque uno no escribe de lo que le preocupa, sino de lo que no sabía que le preocupaba" y así lo hace en "La viajera del viento", la nueva novela que publicará en julio con el sello de la editorial Planeta.
Cueto, que desarrolla su última obra en el conflicto interno que afrontó Perú entre 1980 y 2000, dijo en una entrevista a Efe que su país es "ideal para ser escritor porque los conflictos, las diferencias étnicas, raciales y sociales son permanentes y toda sociedad con conflicto produce relatos e historias que son el punto de partida de cualquier obra".
En "La viajera del viento", Cueto narra la historia de un hombre que vive con la culpa de haber matado a una mujer diez años atrás cuando de repente esa mujer reaparece y a partir de ese momento, comienza "una relación entre ellos, una búsqueda", explicó.
El escritor declaró que el gran acontecimiento histórico de Perú en el siglo XX fue "la guerra de Sendero Luminoso, porque ninguno otro reveló nuestras carencias y nuestros traumas sociales".
Para Cueto la guerra es "una galería de lo que somos y siempre va a ser un tema recurrente" en la literatura.
La recurrente relación de Cueto con el pasado está presente desde su primera novela; el autor subrayó que "siempre" le ha interesado y que sus novelas son "policiales donde el principal sospechoso es el pasado" porque "uno nunca termina de librarse" de este.
El autor de "La hora azul", novela que ganó el premio Herralde del 2005, expresó que "la complejidad de la memoria y del recuerdo son esenciales en nuestras relaciones con nosotros mismos y los demás".
El novelista afirmó que el arte y la literatura "son buenas formas de hacernos preguntas" y que un escritor debe "compartir las lecciones que nos pueden dejar las heridas del pasado porque, en un sentido práctico, nos reconocemos como parte de una sociedad".
Autor de obras como "Grandes miradas" y "Mariposa negra", ha sido traducido a 16 lenguas y premiado con galardones como el Anna Seghers en el 2000, por el conjunto de su obra, y el Herralde del 2005.
Cueto también habló de un actual "boom" de las letras peruanas, con autores como Renato Cisneros y Claudia Salazar, y dijo que si bien aún no se ha escrito una novela del posconflicto sí "hay mucho que contar y el tema social es importante e incluso el de tintes autobiográficos".
Su novela "La pasajera", publicada en 2015, inspiró "Magallanes", un largometraje peruano dirigido por Salvador del Solar que fue nominado en la pasada edición de los Premios Goya a mejor película iberoamericana.
"Conversé mucho con Salvador del Solar e hizo una adaptación muy buena, de mucho criterio, y aunque para mí es extraño ver las cosas que he escrito convertidas en imágenes, él encontró una muy propia y personal", anotó.
El autor, que compagina la escritura con el dictado de clases en la Pontificia Universidad Católica de Perú (PUCP) y una columna semanal en el periódico limeño La República, declaró que vive en su país porque "me gusta estar al tanto del habla de la gente, conversar y mirar de cerca todo lo que pasa".
Sobre el papel que ha tenido la cultura en la campaña para las elecciones presidenciales del próximo 5 de junio, que disputarán Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, lamentó que la política "no recoja esa identidad cultural de los peruanos", a pesar de que el país "ha ofrecido al mundo una cultura propia de pintura, literatura y música, más allá de la gastronomía".
Cueto dijo que es "un desperdicio" no asumir esta herencia, aunque señaló que el partido de Kuczynski, Peruanos por el Kambio, "sí lleva un programa cultural, pero el de Keiko Fujimori (Fuerza Popular) no".
El autor también valoró que su compatriota Mario Vargas Llosa le haya dedicado su última novela, "Cinco esquinas", y consideró que se trató de "un acto de generosidad" del premio Nobel de Literatura del 2010, con quien mantiene una relación que se remonta a su infancia.
"Mis padres vivían en París cuando él estaba allí en 1959 y ellos me cuentan que Mario pasó unas navidades en casa y me cargó, siempre digo que a partir de ahí decidí ser escritor", refirió.