Azteca ingresa al Olimpo
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Dos magnos eventos en menos de una semana dejaron claro que el Azteca sería siempre recordado en la historia del fútbol
México.- El campo del Estadio Azteca ha sido testigo de momentos tan épicos que se pueden resumir en pocas palabras: “El Partido del Siglo”, “El Gol del Siglo”, y “La Mano de Dios”.
Ningún otro estadio ha servido como tarima para que dos de los mejores jugadores de la historia levanten el trofeo de campeón mundial, como lo hicieron Pelé y Maradona.
La semifinal de 1970 entre Alemania Occidental e Italia fue el primero de los grandes momentos que albergó el Azteca. Karl-Heinz Schnellinger salvó a los alemanes anotando el 1-1 al minuto 90 para mandar al duelo a tiempo extra. El caluroso clima y la motivación de llegar a la final produjeron un final caótico. Se anotaron cinco goles, hubo tres cambios de delantera en el marcador y Beckenbauer, el capitán alemán, siguió en el campo a pesar de dislocarse el hombro.
Cuando Italia finalmente se erigió con una victoria de 4-3, el encuentro quedó tan marcado que se designó un recuerdo para instalarse fuera del estadio. “El Estadio Azteca, rinde homenaje a las selecciones de: Italia (4) y Alemania (3) protagonistas en el Mundial de 1970, del ‘Partido del Siglo”, lee la placa conmemorativa.
Pocos días después, Italia y Brasil disputaron la Final. Y pese a la neutralidad del país sede, los mexicanos tenían a un equipo favorito.
“Después que México se descalificó, todos los mexicanos pasaron a apoyar a Brasil”, relató Pelé en una entrevista. “Parecía que estábamos jugando en el Maracaná todos los partidos. Fue maravilloso”.
El apoyo fue bien justificado. Brasil ganó la final por 4-1, y Pelé fue el eje de ataque, anotando el primer gol del encuentro para guiar a su país a un tercer título.
Dos magnos eventos en menos de una semana dejaron claro que el Azteca sería siempre recordado en la historia del futbol.
Cabe destacar también que la imponente arquitectura vertical del inmueble, así como su grandísima capacidad para albergar aficionados y las condiciones atmosféricas de la Ciudad de México (está a 2 mil 250 metros sobre el nivel del mar), otorgan a la selección mexicana una ventaja casi inigualable.
En 54 años, El Tri ha perdido apenas dos partidos de eliminatorias mundialistas allí, y conquistó la Copa Confederaciones de la FIFA en 1999, así como la Copa Mundial de la FIFA Sub17 en 2011.
Antes: Apenas construido para los Juegos Olímpicos de 1968, el Coloso de Santa Úrsula solo era venerado a nivel local.
México 1970: El inmueble alberga el “Partido del Siglo” entre Italia y Alemania Occidental, y sirve como escenario para que Pelé levante el tercer trofeo de Brasil como campeón.
Después: El Azteca se suma a estadios como Maracaná y Wembley entre los templos del futbol, y luego serviría como escenario para que Diego Maradona levante el trofeo en la final de 1986.