Berlinale busca recuperar su lugar entre los festivales de cine

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/ 13 febrero 2018

Este año, por la alfombra roja del Berlinale Palast desfilarán desde Robert Pattinson a Joaquin Phoenix, Isabelle Huppert, Bill Murray, Willem Dafoe (que será distinguido con Oso de Oro de honor por su trayectoria).

Si bien sus directores la niegan, la guerra entre festivales existe: la puja por los títulos entre los tres grandes -Cannes, Berlín y Venecia- es un hecho y la primera cita del año, la Berlinale, no es la excepción.

Su director, Dieter Kosslick, se encuentra bajo fuerte presión después de que hace poco casi 80 cineastas alemanes, entre ellos "pesos pesados" como Volker Schlöndorff o Maren Ade, criticaran que el festival que este jueves abre el telón en la capital del país había perdido brillo ante sus competidores.

Este año, por la alfombra roja del Berlinale Palast desfilarán desde Robert Pattinson a Joaquin Phoenix, Isabelle Huppert, Bill Murray, Willem Dafoe (que será distinguido con Oso de Oro de honor por su trayectoria), el mexicano Gael García Bernal, el hispano-alemán Daniel Brühl y hasta el cantante y compositor británico Ed Sheeran, quien presentará un documental sobre su último disco, "÷" ("Divide"). Sin embargo, la lista parece menos rutilante que en otras ediciones, cuando asistieron George Clooney o Meryl Streep.

En total, el jurado encabezado por el cineasta, actor y compositor alemán Tom Tykwer ("Corre Lola Corre") deberá seleccionar entre 19 títulos al ganador del Oso de Oro a la mejor película. La sección oficial, con otros cinco films fuera de concurso, tendrá una vez más un fuerte sesgo europeo, con 13 películas provenientes del "Viejo Continente", dos de Asia, dos de Estados Unidos y dos de América Latina.

El telón del festival abrirá con "Isle of Dogs", del imaginativo y siempre deslumbrante director estadounidense Wes Anderson, que se lanza de nuevo a la animación después de "Fantastic Mr.Fox" (2009). "Isle of Dogs", será, además, la primera película de animación que inaugurará el Festival de Berlín en sus 68 años de historia.

Las abanderadas latinas serán la mexicana "Museo", de Alonso Ruizpalacios, basada en el robo de valiosas piezas del Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México en 1985 por parte de dos jóvenes de clase acomodada (Gabriel García Bernal y Leonardo Ortizgris), y la ópera prima paraguaya "Las herederas", de Marcelo Martinessi, sobre dos mujeres de clase alta en decadencia.

Desde Estados Unidos llegan, previo paso por Sundance, "Dont Worry, He Won't Get Far on Foot", de Gus Van Sant, drama biográfico basado en el caricaturista John Callahan (Joaquin Phoenix), que a los 21 años quedó postrado en una silla de ruedas, y "Damsel", de David y Nathan Zellner, con Robert Pattinson y Mia Wasikowska como protagonistas de este western descrito como "feminista" por Kosslick.

Entre las más de diez películas europeas a concurso destacan "Eva", del francés Benoit Jacquot, thriller psicológico protagonizado por la ganadora del Oscar a la mejor actriz el año pasado, Isabelle Huppert, quien se pone nuevamente en la piel de una femme fatale asociada a un impostor (Gaspard Ulliel).

La suplantación de identidad es también el eje de "Transit", del alemán Christian Petzold ("Phoenix"), quien esta vez renuncia a su actriz fetiche Nina Hoss y pone en el centro de la escena a Paula Beer (la novia viuda en "Frantz", de Francois Ozon).

En tanto, la alemana Emily Atef recrea en "3 Tage in Quiberon" ("Tres días en Quiberon") la entrevista que le hiciera un periodista de la revista alemana "Stern" a Romy Schneider en la ciudad francesa en 1981, a donde la protagonista de la saga sobre la emperatriz "Sissi" se había retirado un año antes de morir.

Por su parte, otra leyenda del cine alemán, quien fuera la actriz fetiche de Rainer Werner Fassbinder, la ya septuagenaria Hanna Schygulla, forma parte junto al español Alex Brendemühl y el joven Anthony Bajon del elenco de "La prière", de Cedric Kahn, acerca de un muchacho de 22 años que busca escapar de su adicción a las drogas.

En tanto, la noruega "Utøya 22. juli", de Erik Poppe, lleva a la gran pantalla la masacre de 2011 con 69 muertos, la mayoría de ellos adolescentes, perpetrada por Anders Breivik en Oslo y la isla Utøya.

De Asia se podrán ver la iraní "Khook", de Mani Haghighi y "Ang Panahon ng Halimaw", del filipino Lav Diaz, de casi cuatro horas ("apenas" la mitad que su film "Hele sa hiwagang hapis", de ocho).

Fuera de competencia se estrenará "7 Days in Entebbe", del director brasileño José Padilha, quien ganó el Oso de Oro con "Tropa de Élite" en 2008. Se basa en el secuestro, en 1976, de un avión de Air France que viajaba de Tel Aviv a París, con Daniel Brühl y Rosamund Pike. Por su parte, "Black 47" (Lance Daly) se ambienta durante la gran hambruna en Irlanda en 1847 y cuenta con Hugo Weaving y Stephen Rea.

A ellas se suman "Unsane", de Steven Soderbergh, con la británica Claire Foy, de la serie "The Crown", en el papel de una mujer internada en un instituto psiquiátrico, y el documental "Eldorado", del suizo Markus Imhoof, sobre el drama de los refugiados.

Además, 12 películas forman parte de la sección "Berlinale Special", dedicada a las más recientes producciones y a grandes personalidades del cine. Entre ellas, destacan el documental "Viaje a los Pueblos Fumigados", del cineasta y senador argentino Fernando "Pino" Solanas, sobre las consecuencias del cultivo extensivo de soja en el país sudamericano y el uso de agrotóxicos, y "La librería", de la española Isabel Coixet, que acaba de ganar los Goya a mejor película, mejor directora y mejor guión.

Tras su paso por Sundance, se verá también allí "The Happy Prince", debut como director y guionista de Rupert Everett, quien también protagoniza este biopic de Oscar Wilde.

Pero como la política y los temas sociales son ya una marca registrada de la Berlinale, el festival no estará ajeno al movimiento "Me Too", surgido tras escándalos de abusos sexuales en Hollywood, por lo que habrá una serie de charlas y debates sobre el tema.

El jurado de la competencia oficial es igualitario: lo integran tres hombres -Tykwer, el ex director de la Filmoteca Española Chema Prado y el compositor japonés Ryuichi Sakamoto- y tres mujeres -la actriz belga Cecile de France, la productora estadounidense Adele Romanski y la crítica de "Time" Stephanie Zacharek.

Este espíritu, sin embargo, no se ve tan reflejado en la competencia: de las 19 películas a concurso, sólo tres - "3 Tage in Quiberon", de Atef, la italiana "Figlia mia", de Laura Bispuri y "Touch Me Not", de la rumana Adina Pintilie- están dirigidas por mujeres.

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Incertidumbre en torno al futuro de la Berlinale

En la que será la penúltima edición de Dieter Kosslick como director del Festival Internacional de Cine de Berlín cuestiones como quién será su sucesor y si se llevará a cabo una profunda renovación del certamen sobrevuelan estos días la capital alemana.

Angelina Jolie y Brad Pitt, George Clooney y Pierce Brosnan, Meryl Streep y Jane Fonda, Isabelle Huppert y Juliette Binoche son algunas de las grandes estrellas a las que "Mr. Berlinale" ha recibido en la alfombra roja ataviado con su característica bufanda en sus 17 años al frente del festival.

¿Quién sucederá a Kosslick?

El reinado del alemán de 69 años llega a su fin después de su decisión de no renovar su contrato que vence en mayo de 2019. La responsable de buscar a su sucesor, la ministra regional de cultura de Berlín, Monika Grütters, ya ha comenzado a mantener conversaciones al respecto. De acuerdo con Kosslick, la decisión se dará a conocer en julio. La principal cuestión que deberán resolver es si se mantiene la estructura actual o si se divide el puesto entre presidente y director artístico, algo que lleva años reclamando el propio Kosslick.

¿Cuáles serán los desafíos del nuevo director?

A diferencia de Cannes y Venecia, la Berlinale es el festival competitivo que mayor cantidad de público atrae. Además, tiene el segundo mayor mercado cinematográfico por detrás del de Cannes. El nuevo director deberá mantener este sello mientras lleva a cabo un análisis profundo de las secciones del certamen para ver qué se puede mejorar y cómo aumentar la atención sobre el mismo.

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¿Qué se puede hacer para recuperar el prestigio perdido que reclaman desde el ámbito cinematográfico alemán?

El Festival de Venecia, a comienzos de septiembre, es junto al no competitivo Toronto la plataforma de lanzamiento para las candidatas a los Oscar. La Berlinale no recibe estas películas porque ya es demasiado tarde y los cineastas y estrellas se encuentran en plena promoción en Estados Unidos de cara a la gala de los Oscar. La Berlinale podría beneficiarse solo de la carrera por los Oscar si se celebrara en diciembre, pero entonces perjudicaría al mercado, ya que a finales de año las cuentas de lo compradores de películas están vacías. Asimismo, el festival de Sundance, que se celebra a finales de enero y está dedicado al cine independiente, también le ha pasado factura, ya que muchas cintas se estrenan previamente allí.

¿Qué reclaman los cineastas alemanes?

A finales de noviembre, más de medio centenar de directores alemanes hicieron un llamamiento para rediseñar de arriba abajo la Berlinale en un intento por recuperar nivel también a escala internacional y pedir transparencia a la hora de elegir al sucesor de Kosslick. Un total de 79 cineastas, entre ellos, los laureados Fatih Akin, Mare Ade, Doris Dörrie y Volker Schlöndorff, criticaron en un escrito la deriva del certamen y conminaron a las autoridades germanas a acometer cambios de calado que le permitan a la Berlinale competir con otros festivales de altura como los de Cannes o Venecia.

¿Seguirá manteniendo su característico cine político y social?

Kosslick ha contribuido a que la cita por antonomasia del cine alemán se haya convertido en uno de los festivales cinematográficos más políticos. De acuerdo con Paz Lázaro, directora de Panorama -la segunda sección más importante de la Berlinale-, son los cineastas los que han generado esa distinción.

"En todos estos años lo que he aprendido es que es al revés, es a los cineastas a los que les interesan los temas políticos y quieren tomarle el pulso al mundo. Nosotros como festival, al final del día somos la ventana que muestra ese trabajo artístico", comentó a dpa, al mismo tiempo que negó que haya perdido prestigio ya que el número de películas que les llegan no ha cambiado y los cineastas siguen considerando la Berlinale como "una de las plataformas más importantes del mundo".

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