Blanca Navidad: entre la religión y el consumismo

POR Redacción / FOTOS Héctor García

No es extraño escuchar por ahí: “la Navidad me estresa”. Un comentario extraño, porque por su naturaleza, esta fecha debería hacernos sentir lo opuesto al estrés.

Si hacemos caso a las cifras al uso, poco más de 170 países de los casi 200 que reconoce la ONU, celebran el nacimiento de Cristo, bueno lo celebran entre comillas, pues con el paso del tiempo, cada vez está más lejos, más a la orilla, el recuerdo del festejado… y al centro la fiesta, las comilonas y los regalos.

La Navidad, de un tiempo a la fecha, es muy criticada por emparentarse más con el consumismo y menos con la religión.

Aún hay grupos de gente muy espiritual, que se reúne en fechas señaladas para acercarse más a Dios, pero incluso ellos al final sucumben a los placeres de la compra.

Esto tiene su lado positivo, si algo habla bien de una economía es su consumo interno. Por lo pronto, en Saltillo, nuestra ciudad, se espera un repunte de un 60% en las ventas, que en los primeros días de diciembre ya reportaban un incremento de 20%.

Las calles del centro de la ciudad, las plazas comerciales que están en los alrededores, los mercados ambulantes que se instalan en las colonias más periféricas, son la mejor prueba del frenesí de compra que se apodera de los saltillenses.

Solos o acompañados, en familia o con amigos, vemos a los viandantes con sus bolsas cargadas. Juguetes, ropa, calzado son los artículos más buscados, muchos adquiridos a crédito.

La relación que se le ha dado a esta época del año con los regalos, la ropa nueva, los decorados de las casas y las grandes cenas y fiestas, ha traspasado la frontera de lo religioso y se ha convertido en una época de consumismo.

El gasto de las familias alrededor del mundo se dispara con la llegada de esta fecha, debido a que se ha conseguido instaurar en las cabezas de los consumidores la idea de que para celebrar la Navidad es ineludible ir de compras.

Lo negro
> La asociación de comerciantes del centro de Saltillo dio una cifra inquietante. Durante la temporada decembrina el robo se incrementa en un 5%.

> Las farderas, esas mujeres que se dedican a sacar productos sin pagar entre su ropa, son las que más problemas le dan al comercio.