Brexit, el camino al aislamiento

Politicón
/ 31 marzo 2017
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En junio de 2016 los habitantes del Reino Unido acudieron a las urnas para decidir si se mantenían como miembros de la Unión Europea o bien si preferían iniciar el proceso de desincorporación. Por un ajustado margen de menos de cuatro puntos porcentuales ganó la opción de salida. Así que el 29 de marzo comenzó formalmente el proceso formal de salida de Reino Unido a la Unión Europea, el cual se extenderá hasta por dos años.

Estas son malas noticias tanto para la Unión Europea, como para Reino Unido, ya que, si bien los votantes eligieron, lo cierto es que la decisión contraviene la tendencia que ha seguido el mundo en los últimos años, donde las fronteras, la soberanía y el enfoque proteccionista han perdido mucho terreno.

Las fronteras cada vez son menos importantes, gran parte del comercio mundial sigue sus propias reglas y hoy basta una buena conectividad de internet para adquirir casi cualquier producto, no importa que el mismo se encuentre al otro lado del mundo o que se trate de un bien que hace unos años era considerado exótico, ahora lo puedes tener en días en la puerta de tú casa.

Por ejemplo, el Brexit pondrá pequeñas trabas que no existían al flujo de personas, capitales y productos entre Gran Bretaña y el resto de los países de la Unión Europea, lo que a su vez se traducirá en un aumento en los precios de miles de bienes y servicios.

También puede haber importantes consecuencias políticas para Reino Unido, por ejemplo, hay una posibilidad real de que Escocia busque iniciar de nuevo su proceso de independencia, ya que en la votación para el Brexit la opción de permanecer en la Unión Europea ganó con el 62% de los votos en Escocia y la Ministra Principal Nicola Sturgeon ha declarado su intención de que Escocia se independice de Reino Unido y garantice su permanencia en la Unión Europea, aún cuando esa opción tenga importantes obstáculos administrativos a vencer. 

De hecho, también se presentó un escenario similar al de Escocia en Irlanda del Norte, donde casi el 56% de los electores pidieron quedarse en la Unión Europea. Además, se debe considerar que en las zonas protestantes ganó la opción de salir de la comunidad, mientras que en las católicas el apoyo fue para permanecer, lo cual muestra la polarización que persiste en dicha región, derivada de los conflictos religiosos. 

Dicho de otra forma, Reino Unido a través del Brexit está propiciando un proceso que lo llevará a perder competitividad frente a muchos países y que a la larga tendrá profundas consecuencias en el desarrollo económico y político de la isla.

En resumen, el Brexit es una medida que puede mantener contenta a una parte del actual electorado británico, pero dudo mucho que la aceptación de esta decisión se mantenga con buenos números conforme se empiecen a sentir los efectos negativos de la misma, que asumo comenzarán a surgir una vez que se haya dado la separación definitiva de la Unión Europea.

victorsanval@gmail.com
@victorsanval

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