Casa Alameda: Arde en llamas un sueño
La antigua casona ubicada en la esquina de Purcell y Ramos frente a la Alameda fue sede, los pasados tres años, de un centro cultural y un café, cuya pérdida ha impactado a la comunidad artística
En septiembre del 2016 Casa Alameda abrió sus puertas al público saltillense como un espacio dispuesto a recibir las propuestas artísticas y culturales de cualquier interesado en darlas a conocer, con el Café Mucho Gusto dándole presencia en el ámbito culinario.
Por casi tres años este lugar fue sede de obras de teatro, conciertos, recitales de piano, espectáculos de danza árabe y de otras disciplinas, además de decenas de exposiciones artísticas en su Galería del Lago; pero la madrugada de este jueves 18 de julio el sueño de darle cabida a estas expresiones culminó con un incendio que consumió el lugar.
La antigua casa roja fue construida a principios del siglo 20 con un estilo de chalet francés aparentemente por e ingeniero Francisco Salas López, fue hogar del gobernador Ignacio Cepeda Dávila, donde se suicidó en 1943, sede de la Escuela Superior de Música de la UAdeC en sus inicios y actualmente el centro cultural del colectivo Casa Alameda que aspiraba a convertirse en asociación civil.
Por ello, con este siniestro, se pierde no sólo una pieza del patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad, sino también de uno más de los recintos del arte y la cultura, uno que, como han señalado en redes sociales, estuvo siempre dispuesto a recibir propuestas de los más jóvenes artistas, donde en otros lugares no habrían encontrado la misma acogida.
La casa de las artes
Este lugar fue sede de decenas de actividades artísticas, principalmente de creativos que apenas se estaban adentrando en el mundo cultural local y que desde ahí partieron hacia otros espacios, como el caso del fotógrafo Antonio Ortiz, quien presentó su serie fotográfica “De Profundis” y de la cual se desprendieron otros proyectos que ha expuesto en lugares como Galería Albricci.
También llegaron artistas con más trayectoria como Evgeny Souza y David Nava, quienes mostraron su arte escultórico y de dibujo, con temas ecológicos y de conciencia social, así como la serie “Conexiones” de David Miguel Herrera, esculturas de alambre y juegos de luz.
En la música también hubo presencia, con noches de jazz con David Alberto Dávila Inda, conciertos de guitarra y bandas locales y fueron fuertes promotores del talento del pianista Eric Valdés Marines, joven de 16 años que presentó un recital y dio a conocer el progresos de sus proyectos como gestor cultural en este espacio.
Asimismo el teatro no se quedó atrás, con la puesta “Voces espectrales” de José Palacios, así como una corta temporada de “Los demonios detrás de la pared” de Carlos Cadena, además de talleres sobre esta disciplina.
La danza fue una de las más presentes con sus noches de Tablao Flamenco, con la participación de Cristina Vera y sus alumnas y el guitarrista Jorge López, sin mencionar sus noches de belly dance y danza árabe Hafla, también con unos cuantos talleres al respecto y hasta becas para apoyar este arte. También se llevaron a cabo presentaciones de libro como “Sigue latiendo” de Didi Mena, la poesía de Claudia Luna Fuentes y Mercedes Luna Fuentes y talleres de escritura y narrativa con el objetivo de apoyar a los aspirantes a escritores en la ciudad.
Aunado a todo lo anterior llevaron a cabo eventos especiales como “Códice” un juego tipo “escape room” que planeaban expandir, mercados artesanales, kermesses, y fueron parte del colectivo que comenzó con el Desfile Xantolo en el Día de los Muertos, que pasó a formar parte del Festival Almas del Desierto en 2018, entre cientos de actividades más.
Buscaban proteger el patrimonio
En entrevista con VANGUARDIA Josafath Benavides, director de Casa Alameda, señaló que estaban formalizando por medio de una asociación civil proteger el patrimonio que “aunque no era nuestra única causa de estar ahí, sí era nuestro primer pretexto para poder hacer algo para la ciudad”.
“No sé qué vaya a pasar a partir de ahora, es muy lamentable el hecho y no sé qué siga aún”, agregó y dijo que nunca contaron con apoyo del gobierno, municipal, estatal o federal, para el cuidado o restauración del inmueble.
Lamentan la pérdida
La pérdida del patrimonio arquitectónico sumada a la del centro cultural y su ímpetu para apoyar a la comunidad local generaron una serie de opiniones en solidaridad con los encargados del lugar y lamentaron el hecho.
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