Christine Lagarde es hallada culpable de negligencia, pero sin pena

Dinero
/ 19 diciembre 2016

La sentencia, que no incluye condena penal, pone en peligro su cargo al frente del Fondo Monetario Internacional

Contra todo pronóstico, la Corte de Justicia de la República (CJR) ha considerado hoy en París culpable de negligencia en el desvío de fondos públicos a Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Dadas las circunstancia de la crisis mundial que se vivía en 2007 y 2008 y dada la personalidad internacional de Lagarde, la Corte no le aplica, sin embargo, pena alguna ni la condena aparecerá en sus antecedentes penales. Un veredicto tan contradictorio obliga al organismo internacional a replantearse su opción de prorrogar el mandato de Lagarde.

Christine Lagarde no ha comparecido hoy ante la Corte de Justicia de la República para escuchar este varapalo a su gestión política cuando era superministra de Francia de Economía, Finanzas, Industria y Empleo. Había volado ya a Washington este fin de semana, donde trabaja, al frente del FMI. Su brillante carrera política queda, a pesar de la contradicción del veredicto, en suspenso.

El Director de Comunicaciones del FMI, Gerry Rice, en relación con este caso, ha realizado una declaración oficial en Washington. "El Directorio Ejecutivo se ha reunido en ocasiones anteriores para considerar los acontecimientos relacionados con el proceso judicial de Francia. Se prevé que el Directorio Ejecutivo vuelva a reunirse próximamente para analizar los acontecimientos más recientes”, se ha limitado a señalar.

Un resultado inesperado Solo la instrucción del caso en el seno de la Corte de Justicia de la República (CJR), que dedicaba gruesas apreciaciones sobre la actuación de Lagarde, y el duro interrogatorio al que le sometió la semana pasada la presidenta del tribunal, Martine Ract Madoux, presagiaban este resultado. En Francia hay cierto escepticismo hacia el CJR, un tribunal especial en el que participan los propios parlamentarios para juzgar a su pares. Según los hechos ahora sancionados, Christine Lagarde actuó de manera negligente en uno de los escándalos políticos de la época del presidente Nicolas Sarkozy que aún hoy sigue enredado en otras jurisdicciones francesas.

Lagarde, nombrada ministra de Economía en 2007, dio luz verde nada más aterrizar en su ministerio a organizar un arbitraje privado para atender las demandas millonarias del empresario Bernard Tapie, que había apoyado la campaña de Sarkozy y era amigo del recién llegado al Elíseo. Ese arbitraje privado, anulado el pasado año por la justicia, se resolvió en 2008 con la adjudicación al empresario de 403 millones de euros.

La CJR no ha condenado la decisión de ir al arbitraje. El contencioso que enfrentaba al empresario con el Crédit Lyonnais llevaba años en los tribunales de comercio y estaba costando dinero al Estado. La considera culpable de negligencia, sin embargo, por no haber presentado recurso nueve meses más tarde, cuando llegó el acuerdo de los 403 millones, porque Christine Lagarde desechó de manera precipitada presentar recurso contra el resultado, tan "nefasto" para el Estado, según ha dictaminado ahora el tribunal en su sentencia.

Dentro de la suma de 403 millones se incluyeron 45 millones, libres de impuestos, en concepto de perjuicio moral. Es una cifra "exorbitante", según el tribunal, que causó consternación a la propia Lagarde. Esta, sin embargo, no recurrió, cerró el caso antes de terminado el plazo para su examen y, además, se asesoró casi en exclusiva de quienes estaban a favor de indemnizar a Tapie.

La defensa: ignorar la amistad La defensa de Lagarde, que ha asegurado desconocer los lazos de amistad y connivencia que unían a los principales actores del escándalo, no ha convencido al tribunal, formado por tres jueces y doce parlamentarios (seis socialistas y seis conservadores). Tampoco su vibrante alegato de haber defendido los intereses de Francia y de haber sido, probablemente, víctima de la estafa de otros. Esa es la acusación que pesa sobre su entonces director de gabinete, Stéphane Richard, hoy presidente ejecutivo de Orange, entre otros. La justicia penal ordinaria investiga el caso, pero la civil ya anuló el año pasado la compensación millonaria otorgada a Tapie por las presuntas plusvalías perdidas en la venta de Adidas en 1993 en la que actuó el Crédit Lyonnais como intermediario.

Este caso contra Lagarde juzgado por un tribunal especial para aforados pone en evidencia por segunda vez en cinco años a un director gerente del FMI de nacionalidad francesa. En 2001, Dominique Strauss-Kahn tuvo que abandonar el puesto por un escándalo sexual. Le sustituyó en el cargo Christine Lagarde. En enero pasado, el FMI abrió el proceso para nombrar nuevo director gerente dado que el mandato de Lagarde expira este verano. En febrero, y a pesar de la imputación de Lagarde decretada ya en 2014, el consejo de administración decidió prorrogarlo ante la ausencia de otros candidatos. Lagarde pidió a este consejo que levantara su inmunidad para acudir al juicio que se ha celebrado en París desde el 12 de diciembre pasado y que ha terminado de manera tan perjudicial para su carrera.

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