Cirujano fetal ha salvado casi 300 bebés en México

Vida
/ 8 febrero 2016

En más de tres años de realizar estas cirugías, únicas en el país e incluso en el continente, el médico ha intervenido a más de 300 fetos con enfermedades que impedirían el nacimiento. Ha logrado llevar a buen término 80 por ciento de los embarazos, y sólo 3 por ciento de los bebés han presentado problemas neuronales.

Querétaro, Querétaro. Los gemelos Rafael y Uriel, de tres años y ocho meses de edad, tienen nombres de arcángeles porque nacieron gracias a un milagro de la ciencia médica.

Poco después de las 12 semanas de gestación, los fetos presentaron un problema común en embarazos gemelares: la transfusión feto-feto, es decir, un desequilibrio en la cantidad de sangre que recibía cada producto: uno absorbía muy poca y el otro en exceso, lo que imposibilitaría el nacimiento.

Sus padres, Aracely Gutiérrez y Jesús Gómez, buscaron con desesperación todos los medios para salvar a sus bebés: acudieron al Instituto Nacional de Perinatología e incluso buscaron ayuda internacional. Por Internet lograron hacer contacto con el doctor Eduard Gratacós, jefe del equipo de medicina fetal perinatal del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer, en Barcelona, España.

Gracias al especialista catalán, los Gómez Gutiérrez entraron en contacto con un joven médico de 36 años, Rogelio Cruz Martínez, investigador clínico del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) campus Juriquilla. El especialista tenía unos meses de haber regresado a México tras realizar su doctorado y entrenamiento clínico en la Universidad de Barcelona con el propio Gratacós, donde obtuvo el grado de cirujano fetal, el único en México con ese título.

Gracias a la intervención fetal e intrauterina de Cruz Martínez (que descarta abrir el vientre de la madre), los gemelos lograron vivir y el embarazo concluyó felizmente.

En más de tres años de realizar estas cirugías, únicas en el país e incluso en el continente, el médico ha intervenido a más de 300 fetos con enfermedades que impedirían el nacimiento. Ha logrado llevar a buen término 80 por ciento de los embarazos, y sólo 3 por ciento de los bebés han presentado problemas neuronales.

Para el especialista universitario el feto debe ser considerado un paciente, pues algunos productos presentan diferentes males desde que se encuentran en el vientre materno.

Las anomalías más comunes, explicó Cruz Martínez, son el síndrome de transfusión feto-feto y problemas en los pulmones, ambas con incidencia en el país de alrededor de mil casos, de los cuales el equipo del universitario atiende alrededor de 10 por ciento.

En México no hacen falta por el momento más centros de cirugía fetal; (más bien) necesitamos fortalecer primero el diagnóstico y cambiar la conciencia de las madres, que, además de ir por supuesto al ginecólogo, ante cualquier riesgo deben acudir con un experto en medicina fetal que haga una evaluación y diagnóstico y, en caso de hallar alguna enfermedad, sepa que existe una esperanza de vida gracias a la intervención fetal.

La Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del Instituto de Neurobiología de la UNAM, con sede en el Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer de Querétaro, se creó con la colaboración de la máxima casa de estudios, el Conacyt y el propio nosocomio. Cuenta con el equipo de ultrasonido más avanzando para realizar estas cirugías. En principio varias empresas prestaron la tecnología, pero hace poco la UNAM otorgó los recursos para la comprarla.

Las intervenciones se realizan a través del útero, con la guía de equipos de ultrasonido de alta resolución. Una vez dentro se utilizan cámaras miniendoscópicas de entre uno y 2 milímetros de diámetro y se operan los órganos dañados del feto. Tras la cirugía, la madre guarda reposo de 24 horas y una vez dada de alta el embarazo es monitoreado periódicamente.

El equipo de científicos, la mayoría con doctorado en el extranjero, ha atendido casos de 29 entidades, tanto en instituciones públicas (80 por ciento) como privadas (20 por ciento). No somos los primeros médicos que han salido del país a prepararse, pero sí los primeros en regresar y unirse en equipo.

Tras una crisis diabética, a Juana Pascual Blas, indígena ñañú de la comunidad San Ildefonso Amealco, Querétaro, un doctor particular le dijo que el feto presentaba hidrocefalia (líquido en el cerebro). Buscó varias opiniones e incluso un médico le aconsejó abortar. Luego de un largo viacrucis llegó con Cruz Martínez, quien realizó tres intervenciones. Desafortunadamente, Pascual Blas llegó demasiado tarde con el especialista de la UNAM y su hijo Damián Alexis nació con un problema neuronal. Creo que si los doctores lo hubieran detectado a tiempo, mi niño tendría menos daño.

Otro caso fue el de Alejandra Pruneda y sus gemelas Amelia y Adriana: una de las bebés se alimentaba con 80 por ciento de la placenta y la otra sólo con 20, por lo que presentaban diferencia de peso de casi dos a uno. Esto podría generar que ambas perdieran la vida. Fueron atendidas por Cruz Martínez y la operación fue exitosa.

El sábado, Rafael, Uriel, Amelia y Adriana acudieron junto con sus padres a la ciudad de Querétaro para estar presentes en el congreso organizado por Cruz Martínez, en el cual se presentaron casos de éxito del equipo del especialista universitario.

Para acudir a la clínica de Cruz Martínez debe visitarse el portal medicinafeltalmexico.com.

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