Comidas de Navidad, no podrán contigo
No nos limitamos a celebrar los cinco días festivos sino que el marcado carácter social de estas fiestas hace que las comidas copiosas y fuera de casa se extiendan a lo largo de dos o tres semanas
Control. Esa es la principal recomendación para no dejarnos arrastrar por los excesos gastronómicos de unas fiestas navideñas que pasan factura en la salud y en la báscula. Y para eso es necesario seguir una serie de pautas: desde planificar el menú hasta elegir la forma de cocinar más saludable.
La Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), un año más, facilitan recomendaciones para evitar que estos excesos en la mesa sigan provocando problemas digestivos.
Pero, además, no nos limitamos a celebrar los cinco días festivos (Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes) sino que el marcado carácter social de estas fiestas hace que las comidas copiosas y fuera de casa se extiendan a lo largo de dos o tres semanas con cenas de empresa, reuniones con amigos o simplemente comiendo al día siguiente las sobras de los manjares de los días principales.
Una de cada 5 personas hace hasta seis o más comidas durante las Navidades, según refleja otro de los datos de las encuestas que ha contado con una muestra de 2.400 personas. Este año, los principales festivos caen en fin de semana algo que, para los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, es una oportunidad para evitar extender los excesos gastronómicos a los días ordinarios.
Unos kilos de más
Pero aún así, si no controlamos, el 7 de enero nos podemos encontrar con unmínimo de 2 kilosmás por haber ingerido de una sola sentada menús que superan las mil calorías, a lo que hay que sumar las bebidas alcohólicas. Esto supone consumir en una sola comida más de la mitad de la energía requerida de media para todo el día.
“El sobreexceso de calorías se acaba acumulando en forma de grasa sin apenas gasto energético puesto que se tiende al sedentarismo”, apunta Andrea Calderón, nutricionista de SEDCA.
La experta recomienda evitar alimentos que se presenten en crudo o poco cocinados porque “son difíciles de masticar y por tanto de digerir” y evitar platos grasos, como sopas o consomés, los que estén muy condimentados, picantes o ácidos y los flatulentos como las coles, repollo o legumbres.
Los abusos en la mesa derivan en una sobrecarga digestiva y síntomas como hinchazón, ardor y dolor de estómago, náuseas, vómitos y diarreas, pero también elevación de los niveles de colesterol y triglicéridos o hipertensión además de alteraciones del sueño, ansiedad y aumento de peso, explica el doctor Juan Carlos Ocaña profesor clínico de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Alcalá y miembro del Grupo de Fitoterapia de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).