¿Cómo saber si tu hijo (a) fue víctima de abuso sexual?
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El 60 por ciento de las agresiones sexuales contra menores, son cometidas por familiares
Después de que 2 niñas de 12 años denunciaron a su entrenador de atletismo por presunto abuso sexual, VANGUARDIA se dio a la tarea de indagar sobre cómo la Fiscalía General del Estado investiga este tipo de casos, y no solo eso, sino cuáles son las recomendaciones de los expertos para detectar acoso, abuso o cualquier delito sexual desde casa.
El Protocolo de Michigan es una técnica desarrollada en Estados Unidos en 1992 y adoptada desde hace años en México para realizar las entrevistas forenses con menores tratados como presuntas víctimas de algún tipo de agresión sexual.
Esta técnica forense de entrevistas se aplica cuando se busca llegar al fondo de un caso que incluye a menores en peligro, regularmente los padres dan una autorización escrita para que psicólogos forenses apliquen el protocolo, las declaraciones sean grabadas y así, el experto determina si el menor sufrió o no, una agresión sexual de cualquier tipo: desde acoso, hasta una violación.
Según datos oficiales, en México el 60 por ciento de las agresiones sexuales hacia un menor se dan por personas de su núcleo familias (padre, padrastro, tío, abuelo) y el 40 por ciento corresponde a abusos realizados por personas de otros grupos sociales (como clubes deportivos, templo, escuela y cualquier ámbito recurrente).
La directora de Control y Gestión de la FGC explicó que además de las técnicas marcadas para ejecución de los especialistas, el Protocolo de Michigan incluye diversas señales psicológicas y físicas que los padres deben monitorear y revisar bajo la sospecha de algún abuso sexual.
Cómo detectarlos
Los síntomas que presentan los menores víctimas de ataques sexuales, son varios.
PSICOLÓGICOS:
1. Agresividad: Los niños y niñas al deprimirse no lo expresan con tristeza o cansancio, sino con actitudes de enojo, furia y de forma agresiva con quienes los rodean.
2. Aislamiento: El polo opuesto seria que el menor de repente se aparte de sus círculos sociales y quiera estar solo sin razón aparente.
3. Terrores nocturnos: El insomnio y llanto a la hora de dormir es un factor muy común entre los niños o niñas que sufrieron agresiones sexuales, pues a la hora de ensimismarse proyectan los hechos en su interior.
4. Pesadillas: Al conciliar el sueño los menores transforman su realidad y la llevan al inconsciente en forma de pesadillas que dificultan el descanso.
5. Necesidad de asearse hasta lastimarse: Si se detecta este aspecto, que podría parecer un Trastorno Obsesivo Compulsivo, puede ser señal de alguna anomalía, pues se obsesionan con la idea de limpiarse por que se sienten sucios.
FÍSICO:
1. Infecciones: La depresión causa que el sistema inmunológico se debilite por lo que es común que de un paso psicológico se pase al punto físico.
2. Lesiones corporales: Si bien en casos con menores no hay mucha violencia corporal pues los delitos los cometen personas conocidas que manipulan a la víctima, en algunos casos sí es perceptible la presencia de moretones, rasguños y contusiones.
3. Cambio de apetito: La ansiedad puede externarse por la ausencia de apetito, o al contrario, la ingesta incontrolable de alimento, un cambio que es visible y que es una de las señales más perceptibles en los menores.
4. Aumento o disminución de peso: Debido a lo anterior, el cambio físico de aumento o disminución de peso pueden llevar a la depresión del menor, y a su vez, desatar múltiples enfermedades.
Por lo general, las señales se presentan en conjunto, por lo que la recomendación de los expertos forenses es atender primero, en terapia con psicólogos infantiles que podrían hacer un primer diagnóstico sobre la situación.
En México, las estadísticas reflejan que las mujeres/niñas, siguen siendo el grupo más vulnerable, pues de cada 10 menores atendidos, 9 son mujeres.
Así mismo ocurre en la atención médica a víctimas, ya que por un niño que es atendido, se recibe a siete mujeres que sufrieron algún tipo de ataque sexual.