Cumbre del clima de París entra en sus 24 horas definitivas
Tras una intensa noche de negociaciones, Fabius indicó que "todavía queda trabajo", aunque "las cosas van en el buen sentido para presentar un texto conveniente".
La cumbre del clima de París entra hoy en sus definitivas 24 horas en las que 195 países intentarán forjar un acuerdo universal contra el cambio climático, que no será presentado hoy, como estaba previsto, sino mañana por la mañana.
"No presentaré el texto el viernes por la noche como pensaba sino el sábado por la mañana, temprano, y podemos tomar las decisiones necesarias (la adopción del texto) a mediados de la jornada", señaló el ministro francés de Exteriores y presidente de la cumbre COP21, Laurent Fabius, a la televisión "BFMTV".
Tras una intensa noche de negociaciones, Fabius indicó que "todavía queda trabajo", aunque "las cosas van en el buen sentido para presentar un texto conveniente".
Las declaraciones de Fabius llegan después de que anoche se presentara un último borrador sobre el que trabajar por un acuerdo.
En ese nuevo documento, en el que prácticamente han desaparecido los corchetes (apenas quedan 48 frente a los 365 que tenía anoche), ya tiene "la forma" del acuerdo legal que preven adoptar 195 países más la Unión Europea, según expertos consultados por Efe.
El texto posee 27 páginas, de las que 12 corresponden al pacto en sí y 15 a una decisión que lo desarrolla.
Para el presidente de la COP ese borrador supone "un progreso", aunque las ONG han criticado la falta de ambición del texto.
La Red de Acción sobre el Clima (CAN, por sus siglas en inglés), alianza que engloba a varias de las principales ONG medioambientales del mundo, reconoció el rápido avance en las negociaciones para alcanzar un acuerdo, pero pidió más esfuerzo en cuestiones como la financiación.
El acuerdo en sí se propone como objetivo mantener la temperatura del planeta por debajo de dos grados respecto a niveles preindustriales y perseguir que no aumente más de 1,5 para evitar los peores impactos del cambio climático.
Desaparece, sin embargo, la referencia a fijarse un objetivo de reducción de emisiones para 2050, como pretendía la Unión Europea, y también la alusión a lograr la descarbonización de las economías en 2100.
En cuanto a sus objetivos a largo plazo, los países se comprometen a "poner pico a sus emisiones tan pronto como sea posible" y a alcanzar la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero en la segunda mitad de siglo, o dicho con otras palabras, a no lanzar más gases contaminantes de los que el planeta pueda absorber.
Propone asimismo que los países deban presentar contribuciones nacionales de reducción de emisiones cada cinco años y que estas no sean menos ambiciosas que las presentadas en 2015.