Demanda Natascha Kampusch al autor de un libro sobre su cautiverio
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Kampusch fue víctima de las sádicas maquinaciones de Wolfgang Priklopil, un técnico de comunicaciones que en opinión de la policía quería educar a una "compañera ideal".
El drama de Natascha Kampusch conmovió al mundo: fue secuestrada de camino a la escuela cuando tenía diez años y permaneció encerrada ocho años en un pequeño sótano convertido en calabozo. A partir de mañana se enfrenta en un juicio contra la publicación de un nuevo libro sobre su cautiverio.
Kampusch fue víctima de las sádicas maquinaciones de Wolfgang Priklopil, un técnico de comunicaciones que en opinión de la policía quería educar a una "compañera ideal". A mediados de agosto de 2006 logró huir y ahora, con 28 años, trata de llevar una vida normal y conservar el control sobre su propia historia.
Por eso se opone a la publicación del libro "Der Entführungsfall Natascha Kampusch - Die ganze beschämende Wahrheit" ("El caso del secuestro de Natascha Kampusch - Toda la vergonzosa verdad"), de la editorial alemana Riva y escrito por Peter Reichard.
En el epílogo de la obra se incluyen sin su consentimiento una descripción de los videos que Priklopil grabó entonces en su casa. Kampusch exige ante el tribunal regional de Colonia que la obra no se pueda difundir en su formato actual.
La joven tiene previsto publicar un libro propio en el décimo aniversario de su huida, bajo el título "10 Jahre Freiheit" ("Diez años de libertad"), para mostrar a los lectores "la verdadera Natascha Kampusch", no la imagen pública difundida por los medios.
Poco después de haber escapado de su calabozo, Kampusch dio sus primeras entrevistas. No quería esconderse más ni convertirse en víctima por segunda vez. Durante un breve tiempo presentó su propio "talkshow", escribió una autobiografía y dio su consentimiento para rodar una película sobre su martirio.
Todo ello no siempre fue bien recibido por el público: Kampusch tuvo que encajar muchas críticas debido a sus apariciones, en las que aparentaba mucha seguridad en sí misma, y acabó por retirarse de nuevo.
Su rutina hoy día se parece a la de una persona de 70 años, dijo recientemente. "Ya he vivido tanto que tengo que exhalar, tocar tierra y llegar a la tranquilidad", relató en el programa de televisión austriaco Puls 4. Con sus padres mantiene una relación difícil. Hace algunos años compró la casa de su captor y mandó tapiar el calabozo del sótano. En el futuro, quiere recuperar el tiempo perdido: sacarse la prueba para el acceso a la universidad alemana y dedicarse a proyectos caritativos.
El pasado la alcanza sin embargo una y otra vez, no solo a nivel emocional. En torno a su caso giran constantemente teorías conspiratorias. El hermano de un antiguo jefe policial puso una denuncia a finales de febrero en la que afirma tener la sospecha de que el secuestrador no se suicidó, sino que había sido asesinado. En su informe final de abril de 2013 la policía no mostró ninguna duda de que Priklopil se había quitado la vida.