Demócratas piden al Congreso que investigue las denuncias por acoso contra Donald Trump
COMPARTIR
Al menos 17 mujeres han acusado públicamente a Trump de acoso sexual por besarlas y tocarlas sin consentimiento en las últimas décadas
El huracán contra el acoso sexual en Estados Unidos entró de lleno la semana pasada en el Congreso, con la dimisión de tres legisladores, y amenaza ahora a Donald Trump. Más de un centenar de demócratas de la Cámara de Representantes han firmado una carta que pide a un comité del Congreso que investigue las acusaciones por acoso sexual contra el presidente. Esa es la petición que habían lanzado el lunes tres mujeres que han denunciado a Trump.
La iniciativa no tiene viso alguno de prosperar dado que los republicanos ostentan la mayoría de la Cámara y, salvo un viraje ahora inimaginable, la bloquearán. Pero la carta es sintomática del momento que vive EE UU. En las últimas semanas, un reguero de personalidades han sido despedidas tras ser denunciadas por acoso a mujeres. Este contexto ha rescatado las acusaciones de varias mujeres contra Trump, que surgieron en la recta final de la campaña electoral de 2016, y que el republicano niega.
“Los americanos se merecen la verdad”, afirmó este martes en una rueda de prensa la congresista por Florida Lois Frankel, impulsora de la carta, que respaldan más de la mitad de los miembros demócratas de la Cámara. “El movimiento #metoo (yo también) está diciendo alto y claro que las acusaciones de abuso sexual deben tomarse seriamente, las víctimas deben ser escuchadas y los perpetradores deben rendir cuentas”.
Al menos 17 mujeres, señala la misiva, han acusado públicamente a Trump de acoso sexual por besarlas y tocarlas sin consentimiento en las últimas décadas. Algunas de las acusaciones son que el multimillonario neoyorquino empujó a una mujer a una pared y la besó forzosamente, que intentó subir un vestido o que tocó los genitales de otra.
La mayoría de las denuncias surgieron después de que se difundiera, en octubre de 2016, una grabación de Trump en 2005 en que afirmaba que, cuando eres una “estrella”, las mujeres te dejan hacer “cualquier cosa”, como agarrarlas “por el coño”.
La cinta puso contra las cuerdas la campaña electoral del republicano, que se disculpó por esas palabras aunque las minimizó y negó las acusaciones de acoso. Este martes volvió a hacerlo. En un mensaje en Twitter, las atribuyó a una estrategia demócrata de “acusaciones falsas e historias fabricadas de mujeres que no conozco y/o nunca he visto”.
Pero en su intento de apaciguar un fuego, Trump lo volvió a avivar al desatar una tormenta por su ofensiva contra la demócrata Kirsten Gillibrand, una de los seis senadores que piden la dimisión del presidente por las denuncias de acoso. En otro de sus tuits incendiarios ante cualquier crítico, llamó a la senadora por Nueva York un “peso ligero” e hizo un comentario sobre Gillibrand que se puede leer en clave sexista: “Alguien que venía a mi oficina ‘mendigando’ para [conseguir] contribuciones de campaña no hace tanto tiempo atrás (y que haría cualquier cosa por ellas)”.
La senadora respondió calificando esas palabras como un intento “sexista” de silenciarla. “No seré silenciada en este asunto. Como tampoco las mujeres que se alzaron contra el presidente ayer”, subrayó en referencia al evento del lunes. Gillibrand ha sido de las legisladoras más activas en combatir el acoso sexual en el Congreso, que en las últimas semanas ha quedado señalado por su opacidad en este asunto en el pasado.