Derechos Humanos de Querétaro despidió a empleada por sufrir derrame cerebral
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La Defensoría no sólo terminó la relación laboral, sino que desconoció los 12 años de antigüedad y resolvió que la mujer no tenía derecho a una liquidación
Por Paris Martínez (@paris_martinez) para Animal Político
Luego de trabajar 12 años para la Defensoría de los Derechos Humanos del Estado de Querétaro, Mayela fue despedida sin liquidación y sin que se le reconociera ningún derecho laboral. La razón: haber sufrido un derrame cerebral.
“Yo era empleada de la Unidad Administrativa de la Defensoría de Derechos Humanos –narra Mayela–, y luego fui asignada a la Visitaduría General, siempre como auxiliar administrativa, pero el 22 de septiembre de 2015 sufrí un derrame y pasé un mes inconsciente, en el hospital, y luego estuve varios meses más bajo incapacidad médica, en rehabilitación.”
Mayela fue atendida por especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social, que la dieron de alta el 22 de agosto de 2016. “Entonces, yo me presenté a laborar a la Defensoría, pero cuando llegué, me dijeron que no me podían asignar funciones ni horarios, porque no existía relación laboral.”
Mayela no lo sabía, pero a principios de ese año, el gobierno estatal de Querétaro y la Defensoría de Derechos Humanos de la entidad convinieron una reestructuración de la nómina de este organismo, y en esa reestructuración la plaza de esta empleada administrativa fue eliminada.
Pero la Defensoría no sólo dio por concluida la relación laboral, sino que asumió que ésta nunca había existido, y que Mayela no tenía derecho a una liquidación por sus 12 años de antigüedad.
“Aunque mi plaza fue eliminada desde enero de 2016, en el Seguro Social me siguieron atendiendo, porque por ley no pueden suspenderte un tratamiento, pero desde inicios del año pasado dejé de recibir mi salario. Yo presenté una demanda laboral en febrero de 2016, pero fue hasta agosto, cuando me dieron el alta médica, que pude acudir a ver qué pasaba, por qué me habían dejado de pagar.”
El de Mayela no es un caso aislado. Al menos una decena de personas, la mayoría mujeres, fueron despedidas injustificadamente por la Defensoría de Derechos Humanos de Querétaro, durante la administración de Miguel Nava Alvarado, por motivos tales como estar embarazadas o negarse a ampliar el horario de trabajo (sin remuneración) a otros empleados.