Desmintiendo a Rogelio Montemayor y el negocio del fracking en Coahuila

Politicón
/ 23 septiembre 2018
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El pasado miércoles el ex director de Pemex, Rogelio Montemayor, inhabilitado por 20 años para ejercer el servicio público por “violación a las leyes y normatividad presupuestal”, se placeó en el Congreso de Coahuila en busca de legitimar el negocio del fracking, mismo que Gobierno del Estado ha construido a su alrededor con apoyo oficial (de 2015 a julio de 2018 su asociación civil denominada “Clúster” ha recibido 67 millones 410 mil pesos) pero no termina de cuajar.

Durante su ponencia, ante un grupo de funcionarios y diputados locales, el también ex Gobernador explicó varias falacias acerca de la controvertida técnica sin que nadie pudiese contradecirle. Irónicamente, eso sí, llamó al “debate informado” y a no usar nuestra energía “para luchar contra enemigos imaginarios”. A que nadie se oponga, pues.

Huelga decir que a propósito de la fractura hidráulica existen estudios a favor y en contra, con más o menos rigor científico (que sí provocan terremotos, que no, que sí utilizan sustancias consecuentemente cancerígenas, que no), pero suficientes para citar según se amerite, de acuerdo a nuestros intereses y conveniencia.

Sin embargo la Academia de Medicina, Ingeniería y Ciencia de Texas (TAMEST, por sus siglas en inglés), publicó a mediados de 2017 una investigación sobre impactos ambientales y sociales que ocasiona el desarrollo del Gas Shale en dicho estado.

Respaldado por 19 académicos, especialistas en aire, agua, tierra, transportación, actividad sísmica e impactos económicos (seis ramas fundamentales del tema), el trabajo académico es uno de los más importantes a la fecha por dos razones: su prestigio y exhaustividad (la TAMEST reúne a nueve premios Nobel, para dimensionar), y Texas es el modelo a seguir para Coahuila, ya que nos emparenta el ecosistema (además de ser el mayor productor de Gas Shale en Estados Unidos).

Con el documento de 204 páginas en la mano, punto por punto, se pueden desmontar fácilmente los argumentos que ha construido el ex Gobernador para justificar el incipiente negocio. Aquí voy.

Montemayor dijo que nuestra entidad está atravesada por tres fallas geológicas, que son las que explican los sismos. Y, en todo caso, los terremotos que se han podido documentar y están asociados a las perforaciones, son menores de 4 grados. “Te das cuenta un día después”.

La TAMEST, en cambio, afirma que de 1975 a 2008 hubo de uno a dos terremotos por año en Texas. Entre 2008 y 2016, ya con fractura hidráulica, la cifra se incrementó de 12 a 15 anuales. Es decir, el fracking sí los ocasiona.

Montemayor contó que “no hay una evidencia de que existan mantos freáticos contaminados por estas actividades”.

La TAMEST, por su parte, menciona que los derrames superficiales y las filtraciones de la tubería de revestimiento cerca de la superficie son las vías más probables para que las actividades de petróleo y gas conduzcan a la contaminación de fuentes de agua y daño ambiental.

Montemayor informó que son menos de 10 químicos los que se usan y la empresa que operará en Coahuila (Lewis Energy) ha dicho que son entre 3 y 7. “La mayoría de ellos son químicos que se usan para muchas cosas”.

La TAMEST, a su vez, señala que se producen emisiones de gases de efecto invernadero, contaminantes atmosféricos fotoquímicos y tóxicos del aire.

Montemayor narró que “no hay evidencia” de que la práctica del fracking ocasione cáncer ni mutaciones.

La TAMEST, más prudente, precisa que hay información limitada sobre sus correspondientes impactos en la salud. En consecuencia, es obligado investigar.

Finalmente Montemayor citó como referencias a la “Universidad Cornell” y una cosa que llamó “Instituto de Promotores de la Salud de los Niños” (lo que sea que eso signifique, si acaso existe). A éste último achacó la conclusión de que “no hay datos para documentar que existen consecuencias adversas a la salud humana como resultado de la extracción de gas por fractura hidráulica”. Al “Centro Mario Molina”, por su parte, endilgó que “a la luz de la experiencia internacional y de acuerdo a los avances tecnológicos recientes, hoy en día en México es posible desarrollar el gas y el aceite lutita de forma segura y respetuosa con el medio ambiente”.

Dichas conclusiones, cabe señalar, son vagas y laxas. Y si bien no exponía frente a un comité de tesis especializado, tampoco mostró evidencia sólida o sencillamente la omitió.

CORTITA Y AL PIE

Respecto a los países que prohíben el método para extraer Gas Shale, argumentó que estos se pueden dar el lujo, pues no tienen las reservas que nosotros tenemos.

Ni una sola palabra, por ejemplo, de la exposición de motivos que fundamenta y motiva las prohibiciones.

LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS

Por lo demás, el asunto es muy fácil: ¿a quién le cree usted?

A países del G8, como Francia y Alemania, y a estados como Nueva York, quienes han prohibido el fracking, o a un Gobernador que llegó al poder por fraude electoral y pide “no satanizar”, junto a un ex Gobernador inhabilitado hasta 2025 por la Secretaría de la Función Pública. No es tan complicado.

@luiscarlosplata

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