Detenciones devuelven a los soberanistas el ímpetu por el independentismo en Cataluña
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Movilizados por la indignación ante lo que consideran "presos políticos", los independentistas cerraron con un discurso unificado y convocatorias a huelgas y manifestaciones una semana que había comenzado torcida por la intervención de la autonomía catalana.
Las duras medidas judiciales contra los responsables del desafío independentista en Cataluña, incluido el encarcelamiento de buena parte del ex Gobierno regional, sirvieron paradójicamente para devolver a los soberanistas el ímpetu que habían perdido. Y eso justo cuando vuelve a haber elecciones a la vista.
Movilizados por la indignación ante lo que consideran "presos políticos", los independentistas cerraron con un discurso unificado y convocatorias a huelgas y manifestaciones una semana que había comenzado torcida por la intervención de la autonomía catalana, el cese del "Govern" de Carles Puigdemont y su extraño viaje a Bélgica.
"Tras cinco años de proceso soberanista (...) habíamos recuperado cierta paz social", opinó hoy el diario catalán "La Vanguardia". "Esa paz ha sido barrida de nuevo. (La elección del) 21 de diciembre se afrontará ahora con los sentimientos a flor de piel y con el riesgo de que lo sucedido contribuya a engrosar las filas más radicales”.
La inflexión entre ambos escenarios se produjo el jueves, cuando la Audiencia Nacional de Madrid envió a prisión a nueve ex consejeros del "Govern" de Carles Puigdemont imputados por presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación -castigados con hasta 30 años de cárcel- vinculados al plan independentista.
La reacción fue inmediata: miles de personas se reunieron ante el "Parlament" en Barcelona entre gritos de "¡Viva la república catalana!" o "¡Libertad!". Diversas fuerzas políticas nacionalistas, pero también formaciones de izquierda como Podemos, consideraron a los encarcelados "presos políticos”.
Las caceroladas volvieron a oírse en la noche de varias ciudades catalanas y las entidades civiles independentistas Òmnium y Asamblea Nacional Catalana (ANC) -cuyos dos líderes están también en prisión por un presunto delito de sedición- convocaron protestas tras semanas de calma, incluida una "gran manifestación" el 12 de noviembre.
"Nos quieren humillados y destruidos. No podrán", dijo Jordi Sánchez, líder de ANC al que hoy se le negó un recurso para salir en libertad, citado en un tuit de la entidad. "No tienen suficientes prisiones. La democracia ganará. El 21 de diciembre el mundo lo verá", añadió en alusión a las elecciones autonómicas.
El ánimo combativo contrasta con el clima de incertidumbre y agotamiento que dominó el sector independentista hasta el jueves.
Tras meses de tensión en aumento, el ala más dura del soberanismo logró que el "Parlament" aprobara el viernes 27 de octubre una resolución para crear una república soberana. El Gobierno de Rajoy respondió ese mismo día interviniendo la autonomía de la región y convocando elecciones en Cataluña el 21 de diciembre.
La intervención, inédita en 40 años de democracia, incluía el cese fulminante de todo el "Govern" de Puigdemont, que en un sorprendente giro de guión se desplazó en secreto a Bélgica y ofreció el martes una rueda de prensa en la que explicó que no había huido, sino que buscaba llevar el "conflicto" al corazón de Europa.
El ánimo independentista se enfrió definitivamente. Cientos de miles de personas marcharon por Barcelona el domingo en defensa de la unidad con España y la intervención del Gobierno avanzó sin problemas. Mientras en Cataluña las distintas fuerzas se posicionaban ante las elecciones del 21 de diciembre, Puigdemont incomodaba al Gobierno belga y su situación era calificada de "circo" en Europa.
Lo más parecido a la calma que vivió Cataluña en semanas duró poco y la contundente actuación de la Audiencia Nacional volvió a tornar los ánimos al alimentar el imaginario nacionalista de un Estado español "opresor" que persigue a los catalanes con "juicios políticos”.
Las consecuencias podrían verse en las elecciones. "El Periódico", el otro gran diario de Cataluña con "La Vanguardia", dio por hecho que las detenciones alentarán una candidatura soberanista unitaria y reducirán la posibilidad de captar voto moderado por parte de fuerzas como los socialistas del PSC. "En fin, una operación tan torpe como humillante", criticó el diario.