Día de la Tierra, un llamado urgente a la reflexión y al cambio
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El 22 de abril se conmemora el Día de la Tierra, una fecha oficial a nivel internacional que promueve la consciencia ambiental, el cuidado de los recursos naturales y la educación para la sostenibilidad. En 2020 se celebra el 50º aniversario de este decreto.
Este año, la Tierra parece tener un respiro obligado por la pandemia del Coronavirus, la dinámica acelerada se detuvo. La producción de millones de bienes y servicios ha quedado en suspenso, las compras que antes eran por placer y poder, ahora se limitan a lo esencial, la movilidad casi ilimitada de personas y productos se detuvo. El consumismo se frenó de golpe, reubicándonos en lo esencial.
Los cambios en las formas de convivencia y movilización durante este tiempo de aislamiento social ha tenido visibles efectos en la naturaleza y en las ciudades del mundo. Conforme transcurre la cuarentena en todo el mundo, imágenes de cómo la naturaleza se reapropia lentamente de su espacio inundan las redes sociales: tortugas anidando en playas turísticas y mayores avistamientos de ballenas, manadas de elefantes atravesando calles, cóndores sobrevolando áreas urbanas, entre muchos otros.
Esto nos obliga también a reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones. Pareciera que la naturaleza deja de sentirse amenazada y temerosa de la humanidad. Pero estas muestras son pequeños ápices de recuperación, llevamos muchos años saqueando de forma indiscriminada a la Tierra para que logre recuperarse en unos días. El calentamiento global sigue generando impactos catastróficos e irreversibles. El pasado mes de marzo se registró como uno de los más calurosos registrados y la extinción de animales y plantas sigue siendo alarmante, más de 30 millones de especies en peligro.
Más que un respiro, necesitamos un cambio profundo y permanente. Mañana es Día de la Tierra y nos toca reflexionar y actuar sobre la forma en que producimos, compramos, vendemos, en cómo buscamos nuestro desarrollo y bienestar social y económico. Pensemos verdaderamente en cómo lograremos hacer realidad el discurso de sustentabilidad, por el bien de las personas, de la economía, de las ciudades, de la salud y también del planeta.
Reconexión Natural
Gabriela De Valle