El 23.5% de latinoamericanos vive en “tugurios”: ONU-Habitat

Internacional
/ 30 abril 2016

De acuerdo con cifras del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), en el caso de México, la proporción de población que vive en condiciones precarias dentro de las ciudades alcanza poco más del 10 por ciento.

CIUDAD DE MÉXICO.- En América Latina y el Caribe se estima que al menos 111 millones de personas viven en asentamientos irregulares, lo que representa el 23.5 por ciento de la población urbana de la región.

De acuerdo con cifras del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), en el caso de México, la proporción de población que vive en condiciones precarias dentro de las ciudades alcanza poco más del 10 por ciento.

El organismo multinacional señala que pese a la reducción de la desigualdad en el ingreso de los habitantes urbanos de la región desde los años 90 del siglo XX, al menos un tercio de las ciudades latinoamericanas vio incrementarse la población que vive en condiciones precarias, mientras que en 15 por ciento no tuvo variación alguna.

En su informe “Construcción de ciudades más equitativas. Políticas públicas para la inclusión en América Latina”, alerta que pese a la aplicación de políticas públicas para el combate contra la pobreza, la reducción de la desigualdad, que limita el acceso a diversos servicios, entre ellos el espacio urbano, no se ha tenido los mismos resultados.

“Además de abatir rezagos, crear seguridad, reducir carencias y aumentar capacidades, las urbes también deben ampliar oportunidades y distribuir los beneficios del desarrollo a fin de reducir la brecha que separa a los ricos y a los pobres”, afirma el informe.

La población que habita en “tugurios” –asentamientos irregulares o barrios marginales—alerta ONU-Habitat, enfrentan un menor acceso a sistemas de transporte y servicios domésticos de calidad. Estas condiciones, destaca, conllevan mayores costos y tiempo para acceder a fuentes de empleo y mayores obstáculos para acceder a fuentes de agua de calidad.

A esto se suma que los asentamientos precarios también son “invisibles” a la seguridad de la tenencia de la tierra, pues se estima que entre el 20 y 30 por ciento de los habitantes de América Latina y el Caribe, viven sin documentos legales sobre la propiedad.

Agrega que las carencias y problemas sociales vinculados con los barrios marginales, como el hacinamiento, la falta de seguridad y la violencia, afecta principalmente a mujeres y jóvenes, pese a que se estima que para 2030, el 80 por ciento de la población menor de 18 en la región vivirá en las ciudades.

Otro de los factores asociados a la generación de tugurios, señala ONU-Habitat, es la segregación espacial y la desigualdad. En las ciudades latinoamericanas la segregación, afirma, “no sólo radica en que ciertas minorías étnicas o nacionales se ubiquen en espacios diferentes, sino que esos espacios están estratificados en términos de servicios, seguridad y prestigio”.

Advierte que este fenómeno se ha impulsado por un creciente desarrollo urbano que tiende a dividir y separar las ciudades. Destaca el caso de los condominios cerrados o urbanizaciones privadas, frente a los barrios de pobreza y la creación de zonas urbanizadas alejadas de la periferia de las urbes, pues “suelen ser generadores de nuevas desigualdades”.

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