Familia deja huir al 'Demonio', adolescente que mató a su novia de 11 años
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Familia deja salir al adolescente que en 2016 mató a su novia de 30 puñaladas en Monclova, Coahuila; una niña de 11 años
MONCLOVA, COAH.- Una de las tres medidas dictadas al menor de edad —que asesinó a su novia de 30 puñaladas en Monclova—, habría sido omitida por su familia ante la incertidumbre de vecinos y opacidad de las autoridades.
El fin de semana, la mamá de Javier informó que su hijo no se encuentra en Monclova debido a la decisión de enviarlo con unos familiares; lo anterior como respuesta al revuelo causado en redes sociales por vecinos, informando sobre la presencia del menor con una supuesta arma blanca rondando por las calles de la ciudad.
En la Procuraduría General de Justicia del Estado se informó que con las medidas dictadas por el juez se concluyó con las labores del equipo de investigación, siendo esto la última información en sus manos.
Al haber sido puesto a disposición de la Pronnif y esta dependencia a su vez lo canalizó al Centro de Atención para que fuera evaluado, serían los encargados de conocer la situación actual del menor.
La Comisión de Seguridad y la Unidad Desconcentrada de Ejecución de Penas y Reinserción Social acataron lo dictado por el juez al momento de turnar al menor a disposición de la Pronnif, por lo que desconocen su paradero.
A mediados de febrero, Javier fue declarado culpable por asesinar a su novia de 11 años de edad de más de 30 puñaladas el mes de abril de 2016.
Como parte de la sentencia, el juez indicó que Javier debería permanecer bajo vigilancia por un plazo de tres años, recibir atención especializada en el Centro de Prevención y Adicciones, así como la prohibición explícita de salir del domicilio, por un plazo mínimo de tres años, falta en la que la familia habría incurrido.
La tragedia
Diana era una niña de 11 años y en la escuela le decían “Pepe Nariz” porque tenía la nariz muy grande. Un día, ella le contó a Javier O., su novio, que la molestaban mucho por eso.
Javier, de 13 años, comenzó a esperar a quienes la buleaban afuera de la escuela para golpearlos y amenazarlos. Él no estudiaba. Lo habían expulsado de dos escuelas...
Ambos vivían en la colonia Guerrero; ella se sentía de algún modo protegida.
Diana no consumía ni alcohol, ni drogas, pero supo que Javier sí lo hacía, y por miedo decidió tronar con él.
La noche del jueves 21 de abril Javier abrió la puerta blanca de la casa marcada con el número 1017 sin llamar. “Aventé la puerta. Entré a la casa. Ella me gritó que me fuera. Que no quería verme, que me fuera con mi novia Naomi.
“Mientras yo tomaba agua, ella me amenazó con un cuchillo; me quiso poner uno, pero estaba bien mensa, la estiré y se cayó, se pegó en la nuca y me subí arriba de ella. No sé como salió el otro cuchillo, pero ya traía dos, y le di en el cuello, bien feo, como 30 cuchillazos.
“Me acuerdo que había chorros de sangre, había en el piso como un litro, se había desangrado toda, de volada. Cuando vi toda la sangre corrí, pero vi mi pantalón lleno de sangre, me quité la sangre como pude, me fui a mi casa, enterré la ropa, porque sabía que si me veían iban a decir por qué traía eso.
“Como dos horas antes yo me había metido dos tabletas de Clonazepam (pastas), inhalado resistol. Me había tomado tragos de alcohol (caguamas), y un churrote (mariguana) que conseguía con mis camaradas”, dijo para una entrevista hace un año.
¿Y la vigilancia?
-Tres medidas de restricción dictó el juez:
-Permanecer bajo vigilancia por un plazo de 3 años.
-Recibir atención especializada en el Centro de Prevención y Adicciones.
-Prohibición explícita de salir del domicilio durante 3 años.
-La familia no cumplió con esta última encomienda.