El eslabón que une la Caja Libertad con los Zetas

Nacional
/ 16 agosto 2020

La Procuraduría General de la República ordenó congelar las cuentas de su grupo Gasolinero México (GGM) por la compra de hidrocarburo robado a Pemex

MADRID, ESP.- Para huir de las autoridades mexicanas, el empresario Francisco Javier Rodríguez Borgio es pieza clave en la operación fraudulenta de la Caja Libertad huyó a España, donde contactó a Fernando García Alonso, presunto contacto del representante de los Zetas y Europa, el Mono Muñoz.

Rodríguez Borgio quería saber si estaba vigente en España la ficha roja de la Interpol para detenerlo y extraditarlo a México, el empresario alardeaba en sus comunicaciones telefónicas y mensajería ante García Alonso del enorme poder que tenía su abogado mexicano, al que se refería familiarmente como “Juanito” o como Juan Collado.

Y explicaba que también Collado era el abogado de “El Águila” en alusión al entonces presidente Enrique Peña Nieto. Lo que no sabía, era que la policía española tenía intervenidas las comunicaciones de García Alonso por considerarlo hombre de confianza de Juan Manuel “El Mono” Muñoz Luévano, prominente enlace de Los Zetas en Europa, capturado en marzo de 2016 en Madrid.

Las versiones anteriores fueron extraídas de las comunicaciones entre García Alonso y Rodríguez Borgio intervenidas por orden judicial y forman parte de un informe de la Brigada de Investigación de Blanqueo de Capitales y Anticorrupción de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional sobre la red de “El Mono” Muñoz y sus operaciones de narcotráfico con fecha de julio de 2014.

Sobre Rodríguez Borgio y su hermano Óscar pesaba una orden de aprehensión en México por la falsificación de una licencia de la Dirección Adjunta de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación, querían sumar otros casinos a su honding Big Bola.

La Procuraduría General de la República ordenó congelar las cuentas de su grupo Gasolinero México (GGM) por la compra de hidrocarburo robado a Pemex, pues había la sospecha de que las ganancias de las gasolinas robadas eran lavadas a través de los casinos Big Bola y de Libertad y laCaja Libertad.

No se pudo comprobar la relación de Rodríguez Borgio en actividades de narcotráfico o blanqueo de capitales en la red de “El Mono” Muñoz, sólo la urgencia de conocer si existía una ficha roja de la Interpol. (Con información la revista de Proceso )

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