En la colonia 'La Palma' de Saltillo, se respira el miedo
Luego de ser victimado uno de los miembros de ‘Los Gavilanes’, la pandilla se encargó de aterrorizar a los colonos, hecho que originó que varias familias abandonaran la colonia
A través de la cortina, Juventino vio a su hijo tirado, rodeado en la calle por un grupo de cinco pandilleros enardecidos cuya furia incrementaba conforme el sol aparecía. Con su metro 60 de altura, “don Juve” se olvidó del asma y der sus 77 años de vida.
Luis Alberto habría sido perseguido por enésima vez desde que llegó a la colonia La Palma, llevaba meses siendo “cazado” por la pandilla y esta vez los números a su favor cambiarían. El récord de salvarse de asaltos y persecuciones terminó para Luis Alberto a sus 38 años de edad; esta vez pudo más la fuerza de “Los Gavilanes”, relatos indican que lo “cazaron” en grupo hasta hacerlo caer.
Patadas, puñetazos e insultos. El ritmo del ataque sirvió para alertar a las familias que permanecían ocultos en silencio mientras el ciclo se repetía: patadas, puñetazos e insultos.
Entre los que salieron estuvo don Juventino Macías. Los supuestos gritos para que “Los Gavilanes” se calmaran, sirvieron para que éstos fijaran su vista en él. El objetivo había cambiado.
Sin ventanas de vidrio que los protegieran, pedazos de tela improvisados de cortina apenas ocultaron a la familia en su interior: una niña de seis años, un bebé de cuatro meses, su madre y la esposa de don Juventino: una mujer de avanzada edad, como él.
Superado en número y fuerza, Juventino recurrió a la única arma que le ayudaría a dar guerra a los “animales enardecidos” (descripción hecha en sus propias palabras durante la comparecencia).
El hombre que hoy se encuentra bajo vigilancia en el Hospital Geriátrico, apostó para que la condición física que le queda trabajando en obras como albañil, le ayudara para hacer valer su experiencia como guardia de seguridad.
El portón de la casa 125 en La Palma se meció con la fuerza de “Los Gavilanes” y desde el interior, Juventino, —según corre la historia por el lugar— asomó el brazo, apuntó al aire su arma calibre .25 y disparó.
Material para contratacar
Pero “Los Gavilanes” encontraron en los dos lotes baldíos que colindan con la casa, material suficiente para contraatacar. El alambre que servía para sujetar el portón de la casa cedió a la embestida.
El único hombre entero en la familia Macías arrastró el refrigerador hacia la única puerta que da acceso a la casa, pero ellos —la pandilla— fueron “peor que animales” (compareció Juventino) fueron con todo.
Dos detonaciones más retumbaron en la calle Cola de Pescado. El brazo asomado del anciano, a través de la cortina recibió un golpe. Fuentes allegadas a la investigación informaron que el impacto fue crucial para desviar el destino de la bala que tuvo consecuencia fatal en el estómago de “El Roly”, miembro de “Los Gavilanes”, acogió el proyectil.
“Un tal desvoketador Gvl TC” describe su perfil de Facebook, se llenó de menciones y recuerdos de sus andadas. Después de que compañeros recogieran su cuerpo para subirlo a un auto y huir del lugar, “El Roly” murió, así se corrió la voz de su última hazaña.
Mientras “Los Gavilanes” recibían la noticia, don Juventino fue detenido. Subió a la unidad 1331 de la Policía Municipal, con la parcial tranquilidad de que su familia se habría mantenido a salvo. Luis Alberto su hijo, fue encontrado inconsciente pero con signos vitales y fue trasladado al Hospital General.
Hacen de La Palma un ‘Infierno’
Doce horas después “Los Gavilanes” se encargaron de convertir la colonia La Palma en “Un Infierno” no solo para la familia Macías, sino para toda la cuadra. A las 6:00 de la tarde se reportó un incendio en dos casas, una de estas donde fue el pleito.
Vecinos fueron testigos de nueva cuenta del ataque de una de las 333 pandillas en Saltillo. Esta vez no fue un perro Pitbull muerto la respuesta o represalia, esta vez además del fuego vinieron las amenazas.
Más rápido corrió el terror del mensaje que el tiempo marcado para anochecer. Incluso, en plena madrugada llegó una tercer visita de “Los Gavilanes” al lugar, de nueva cuenta gritos, de nueva cuenta las amenazas.
El martes por la mañana, familias comenzaron a salir de lugar. Primero fue la panadería cerrada, después la tienda de abarrotes. Negocios de la colonia cerraron sus puertas.
En menos de 24 horas nueve familias se llevaron todo. Cuentan las vecinos, —entre susurros— que cargaron con todo, algunas pidieron asilo a sus familias, otras con amigos pero muchas como pudieron salieron.
La huída vino acompañada de un operativo especial de la policía, a pesar del constante patrullaje la mudanza seguía.
Cualquier mirada extraña no es bienvenida, vecinos sienten que alguien los vigila. Mientras en La Palma se respira miedo, “Don Juve” lo afrontó.
El miércoles al medio día a la carpeta 4423/2017 se integró la declaración del hombre de 77 años.
En comparecencia, “don Juve” alegó defensa propia, en primer lugar por que su espacio fue invadido y en segundo por dos menores y mujeres de la familia que había de defender.
La causa penal número 1128/2017, integra y continuará integrando la historia de un anciano que a sus 77 años, sorteó su asma y quizá él no sabe pero sacó energía para defender a toda su familia.