Es momento de un homenaje a la Pinal

1.- Hace un par de días los mexicanos contuvieron el aliento al saber que Silvia Pinal había sido ingresada a un hospital de la Ciudad de México para ser intervenida de emergencia. A medida que fue dada a conocer la información, se supo que la actriz y productora había resbalado con un tapete en su recámara, dando como resultado una fractura de cadera que tenía que ser reparada de inmediato. Sin restar importancia al hecho, sus admiradores respiraron al saber que había sido un accidente y no un padecimiento grave.

2.- En el segundo capítulo de esta miniserie de la vida real Silvia Pasquel, la hija mayor de la matriarca de la dinastía Pinal, se convirtió en la vocera de la familia solicitando, primero que nada, donadores de sangre y pidiendo calma al público. También informó que ella no podía hacerlo (“porque soy adulto mayor”, dijo) y que su hermana Alejandra Guzmán se encuentra en Huatulco sin posibilidad de viajar debido a las circunstancias actuales. Total que, la operación a la actriz, le tocó a la familia vivirla por separado.

El único autorizado por los médicos, y quien se encuentra a cargo de Silvia Pinal en estos momentos, es su hijo Luis Enrique Guzmán. El único hijo varón de la productora de Mujer, casos de la vida real, fue quien informó, en el momento que concluyó la operación de su madre, que “...le fue muy bien...no sabemos bien cuántos días estará aquí, todo depende de su recuperación”. También aseguró que la diva estaba fuera de peligro y que ya podían estar relativamente tranquilos.

¿Por qué el reemplazo de una cadera de Silvia Pinal por una nueva de titanio puso de cabeza a todos y se robó los titulares de todos los medios? Por dos razones principales. En primer lugar porque, con 88 años de edad, cualquier procedimiento, por sencillo que sea, podría poner en riesgo su vida. Y es evidente que un cambio de cadera no es lo mismo que una limpieza facial. Por otro lado, ser sometida a una operación mayor en medio de la pandemia del coronavirus, implica un grado de dificultad mucho más complicado.

Por alguna razón, esta fue la primera vez que pensé en la posibilidad de que Silvia Pinal efectivamente pudiera morir. Pareciera que siempre ha sido percibida como inmortal junto al eterno Chabelo quien, por cierto, me pregunto cómo estará lidiando a su edad con la pandemia. Volviendo a la Pinal, en realidad es la última gran diva de su categoría y perfil. Una mujer que conoció y trabajó con grandes figuras históricas como Pedro Infante y Luis Buñuel, por mencionar solamente a dos. Perderla a ella es perder el último vínculo que tenemos con aquellas personalidades.

Por otro lado, viendo que la reina Isabel II del Reino Unido tiene 94 años recién cumplidos y que su esposo, el príncipe Felipe, este año cumple ni más ni menos que 99 años de edad, podríamos pensar que Silvia Pinal apenas es “una chiquilla” de 88 años y que todavía le queda una vida por delante. Pero enfrentando la realidad como es, a doña Silvia no le quedan 25 años por delante y habría que hacerle un buen homenaje en forma en Bellas Artes y todo. En cuanto recupere la salud y se acabe la actual pandemia.

Un buen homenaje que ella pueda disfrutar antes de retirarse del mundo para siempre. La bioserie que hicieron, por cierto con una magnifica producción y extraordinaria recreación de la épocas por parte de Carla Estrada, fue una excelente primera parte de ese tributo que habría que rendirle. No hay que esperar a llenar de flores su ataúd cuando a ella ya ni le importe ni lo vea. Ojalá las autoridades vean en esto una buena oportunidad para reconocer a una persona que representa una gloriosa época del entretenimiento que ya está en los libros de Historia.