Estábamos muertos en vida... la terrible historia de los 21 esclavos del Cártel de Sinaloa que cultivaban mariguana y amapola

Nacional
/ 19 julio 2019

Con una vigilancia permanente de hombres fuertemente armados pertenencientes al Cártel de Sinaloa, las víctimas eran obligadas a trabajar de sol a sol y a dormir en una cueva, bajo la amenaza de que serían asesinados en caso de que intentaran escapar

Las personas estaban bajo vigilancia permanente de un supuesto grupo de narcotraficantes quienes, con engaños, los contrataron y obligaron a sembrar amapola y mariguana.

En un predio de difícil acceso de la sierra de Chihuahua, 21 hombres reclutados en distintas partes del país eran utilizados como esclavos en la siembra y cultivo de mariguana y amapola.

Con una vigilancia permanente de hombres fuertemente armados pertenencientes al Cártel de Sinaloa, las víctimas eran obligadas a trabajar de sol a sol y a dormir en una cueva, bajo la amenaza de que serían asesinados en caso de que intentaran escapar.

Tras una investigación que duró poco más de un año, elementos de la Fiscalía del Estado los rescataron el jueves en el lugar conocido como 'La Gallina', que pertenece a la sección municipal de Yoquivo, en el municipio de Ocampo, un sitio recóndito de la sierra Tarahumara.

De acuerdo con la información, el operativo corrió a cargo de al menos 50 elementos de la Agencia Estatal de Investigación adscritos a la Fiscalía de Distrito Zona Occidente, en coordinación con la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas.

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Los engañaron con falsas ofertas de trabajo El pasado 12 de julio, la Fiscalía General de Justicia de Chihuahua dio a conocer la liberación de las 21 personas, quienes declararon que inicialmente fueron contratadas para labores agrícolas, pero después fueron retenidas y eran obligados a trabajar en campos de cultivo de mariguana y amapola.

Según reporta el noticiero En Punto, de Televisa, las investigaciones indicaron que este campamento era buscado por las autoridades desde el año pasado, cuando recibieron las primeras denuncias.

Salud Ochoa, del Diario de Chihuahua, habló con uno de los hombres que fueron rescatados, quien describió cómo fue engañado, las condiciones en las que estaban y cómo incluso pensó en suicidarse.

Lorenzo cuenta que la noche del 25 de marzo, en Cuauhtémoc, Chihuahua, vio la posibilidad de trabajo y ahí cambió todo.

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“Miré a la persona ahí abordando gente para trabajar. Me ofreció el trabajo de ir a levantar un cerco a San Juanito por un mes. [Ofrecían] 250 pesos al día, comida, hospedaje y todo. Éramos nueve en ese grupo”.

 

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De inmediato comenzaron los maltratos Los malos tratos contra ellos comenzaron una vez llegando al terreno que trabajarían, enclavado en la Sierra Tarahumara. Ahí fueron obligados a cultivar amapola por presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa.

“Ahí dejaron a otro trabajador encargado, con el pistolero […] que se llama “Chonche”, ya tenía sus 5 o 7 víctimas pos pa’ golpear, pa’ pegar, pa’ ofender. Yo era una de sus principales víctimas. Mandaba a otro encargado a escoger una raíz y pegarnos con ella. Yo miré on mis ojos cómo le metieron 20 litros por la boca a otro trabajador por nada, por baquetón nomás, por huevón”.

Lorenzo es caballerango en Villa Juárez, Durango. Estaba a punto de casarse y como cada año salió hacia Chihuahua para mejorar económicamente, pero ni él ni sus compañeros recibieron paga alguna. Dice que vivieron sometidos.

“Eran cuevas, todos así amontonados. si hubiéramos tenido esta entrevista exactamente hace una semana, se desmaya, todo el mundo aquí se desmaya de lo feo que olíamos, hasta miedo dábamos”.

El pasado 12 de julio fue rescatado por elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones, en una operación donde no hubo detenidos. Días antes, Lorenzo confiesa que no podía más.

“Te da miedo, coraje, hambre. Llegó el momento que pensaba matar a uno de mis compañeros para comérmelo. Intenté suicidarme dos veces. Una me quise ahorcar en otra me quise aventar de un barranco, nomás que no me animé. Yo me comparaba con los zombies or la forma en que nos traían vestidos y mugrosos. Estábamos muertos en vida”.

Con información de SDP Noticias y El Financiero

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