Fallece la poeta nicaragüense Claribel Alegría a los 93 años
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Poeta, novelista, ensayista y traductora de poesía, Alegría (Estelí, Nicaragua, 12 de mayo de 1924) dejó más de 30 libros publicados entre poemarios, cuentos y testimonios.
La poeta nicaragüense Claribel Alegría, galardonada en 2017 con el premio Reina Sofía de España, falleció ayer a los 93 años, informaron a dpa sus familiares.
Su hija Patricia Flakoll declaró que la autora de "Anillo de silencio", "Acuario" y "Amor sin fin" murió esta mañana en su casa en Managua, rodeada de sus cuatro hijos.
La poeta comenzó a sentirse mal hace una semana y "su estado general se fue complicando" hasta que este jueves ocurrió el deceso, explicó su hija.
"Pero se fue tranquila y nos esperó a todos. Sus cuatro hijos estuvimos a su lado. Es tan duro, ¿sabes? La creíamos inmortal", agregó.
Poeta, novelista, ensayista y traductora de poesía, Alegría (Estelí, Nicaragua, 12 de mayo de 1924) dejó más de 30 libros publicados entre poemarios, cuentos y testimonios.
Su vasta obra literaria ha sido traducida a 14 idiomas y le mereció importantes premios internacionales, como el Casa de las Américas, en Cuba (1978) y el Gabriela Mistral, en Chile (2010).
Su último gran galardón, el premio Reina Sofía, lo recibió en noviembre pasado en el Palacio Real de Madrid, convirtiéndose en la primera poeta mujer de Centroamérica en obtener la distinción.
El jurado decidió otorgarle el premio por "la proyección internacional" de su "sólida trayectoria poética dominada por el optimismo y su vitalidad", según se anunció entonces.
De padre nicaragüense y madre salvadoreña, Claribel Alegría publicó en 1948 su primer libro, "Anillo de silencio", al que siguieron 18 poemarios que vieron la luz en distintos países de América Latina durante siete décadas.
Su última obra, publicada a mediados de 2017, fue "Amor sin Fin", un nostálgico poema de 65 páginas dedicado a su añorado esposo, el escritor y traductor estadounidense Darwin "Bud" Flakoll, fallecido en 1995.
Alegría vivió su niñez en El Salvador y parte de su juventud en Estados Unidos, donde fue discípula del español Juan Ramón Jiménez, quien influyó desde un inicio en su larga carrera de poeta, marcada también por la obra del alemán Rainer María Rilke, según contó en distintas ocasiones.
El fallecimiento de la poeta, a quien sus colegas, lectores y admiradores llamaban "Su Majestad", causó consternación en el mundo literario nicaragüense y centroamericano.
"Claribel tenía dos cualidades extraordinarias: una capacidad humana de amistad, de cariño, y una gran alegría de vivir que se reflejaba en la música de su poesía, que yo denominé 'clarilegio'", declaró a dpa la reconocida poeta Gioconda Belli.
"Además de la precisión del lenguaje y su forma de estructurar la poesía, hablaba sin anuncios de trompetas ni artificios. Fue una mujer muy dulce que también tuvo posiciones fuertes contra la indiferencia, las dictaduras y la codicia", agregó.
También la organización internacional de escritores PEN-filial Nicaragua, que nominó a Alegría para el Premio Reina Sofía, deploró su fallecimiento.
Por su parte, la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, dijo a medios oficiales que Alegría "pasó a otro plano de vida después de una intensa, fructífera existencia. Deja legado, deja huella…".
La declaración oficial fue inesperada debido a que el Gobierno mantuvo un absoluto silencio frente a la entrega del Premio Reina Sofía. Tampoco comentó el Premio Cervantes otorgado al escritor Sergio Ramírez y anunciado también en noviembre pasado.
"Nuestro abrazo solidario a la familia de Claribel y (...) a la comunidad literaria, artística, cultural de Nicaragua y de El Salvador", agregó Murillo, que en su juventud también fue poeta.
Al igual que Ramírez, quien fue vicepresidente durante la revolución de la década de 1980 pero luego se separó de los sandinistas, Alegría mantenía una posición muy crítica del actual gobierno de Daniel Ortega.