Ford, ¿te acuerdas cuando te sacamos de la crisis?

Dinero
/ 6 enero 2017

En su columna, Barbara Anderson detalla como la decisión de la armadora de retirarse, no es una casualidad

Por Barbara Anderson para Milenio 

El martes, Felipe Calderón tuiteó “En la crisis de 09, las automotrices americanas @Ford, @GM, @Chrysler estaban prácticamente quebradas. Sus inversiones en México las salvaron.”

Me acordé entonces de una entrevista que le hicimos en la revista Expansión ese año al por entonces director general de Ford México, Eduardo Serrano. Era el mes de mayo y presentaba ante los 2 mil 500 empleados de la planta de Hermosillo el Ford Fusion 2010, uno de los modelos con los cuales querían remontar la crisis de la industria automotriz en Norteamérica. ¿Se acuerdan? Sí, en 2009 las grandes armadoras (sobre todo GM y Chrysler) se morían. El gobierno de Obama las rescató con un cheque de 80 mil mdd y si bien Ford no recibió los billonarios préstamos de sus competidoras, sí puso sus barbas en remojo con un plan para ser más eficiente y rentable frente a un mercado constreñido.

Serrano explicaba que, bajo el nombre ‘Way Forward’, se habían tomado una serie de decisiones para bajar costos y optimizar operaciones, un proyecto en el que “Ford México juega un papel fundamental”, decía en aquel momento.

Las plantas mexicanas de Hermosillo (para el Fusion) y en Cuautitlán (Fiesta) le daban la flexibilidad para abastecer a Norteamérica y al resto del continente; comenzaron a producir motores diésel y a ampliar el área de estampado de su planta de Chihuahua e hicieron una joint venture con Getrag para fabricar transmisores en Irapuato. Solo en 2010 Ford invirtió en México 3 mil mdd y creó 6 mil 600 empleos.

¿Quién estaba a cargo del proyecto ‘Way Forward’? Mark Fields, el actual CEO de Ford Motor Co., que por esos años llevaba el timón de la unidad de Norteamérica tras una exitosa temporada en Mazda. Ese año, en una entrevista al Wall Street Journal, Fields afirmó que en Ford creó “la sensación de crisis, pero no de pánico”, y explicó algo que tal vez termine de hacernos entender su sonrisa socarrona del martes cuando anunció que clausuraba sus planes de inversión en México: “el miedo es un buen motivador”. 

Los primeros días de diciembre, Donald Trump tuvo una reunión a puertas cerradas (y Twitter) con Alan Mulally, ex CEO de Boeing (¿recuerdan que luego consiguió un descuento para el nuevo Air Force One?) y ex CEO de Ford, uno de los que con Fields capotearon aquella crisis y quien conocía a la perfección los planes de Ford hasta 2020, incluida la planta de San Luis Potosí.

Mulally era uno de los fichados por Trump para ser secretario de Estado.

Esta reunión fue solo 25 días antes del anuncio de abandonar el proyecto mexicano.

Ya estamos grandes para creer en las casualidades.

barbara.anderson@milenio.com
Twitter: @ba_anderson
Directora de Innovación Editorial en MIlenio

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