Francia despide con los máximos honores su expresidente Jacques Chirac
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El expresidente de Francia Jacques Chirac recibió honores militares antes de un funeral de Estado con jefes de gobierno pasados y actuales.
Francia rindió este lunes un último homenaje a su expresidente Jacques Chirac, fallecido el pasado jueves, con una jornada de luto nacional y una doble ceremonia religiosa que culminan el baño popular ofrecido por la ciudadanía a lo largo del fin de semana.
El adiós del país a quien fue su jefe de Estado entre 1995 y 2007 comenzó a primera hora de la mañana con un servicio religioso reservado para la familia en la catedral Saint-Louis de los Inválidos, el mismo lugar al que este domingo cerca de 7,000 personas se acercaron para expresarle su cariño.
Chirac falleció a los 86 años en su domicilio parisino. Físicamente mermado tras sufrir un accidente cerebral en 2005, su ausencia reciente de la vida pública no ha impedido que sea junto con Charles de Gaulle el presidente de la V República más apreciado por sus conciudadanos, según un sondeo de "Le Journal du Dimanche" realizado tras su muerte.
Su oposición a la guerra de Irak en 2003 pese a la presión del entonces mandatario estadounidense Georges Bush, la supresión del servicio militar obligatorio o su alegato en favor de la defensa del planeta le valieron una popularidad reflejada estos días en las calles, y un respeto también manifestado este lunes por líderes internacionales.
Hasta París viajaron para despedir al político conservador cerca de medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno en ejercicio o ya retirados, incluidos el presidente ruso, Vladímir Putin, el alemán Frank-Walter Steinmeier y el italiano Sergio Mattarella.
El ex presidente estadounidense Bill Clinton, el antiguo presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero o el príncipe Alberto II de Mónaco participaron igualmente en el servicio solemne, organizado en la iglesia de Saint-Sulpice ya que la catedral de Notre Dame permanece cerrada al público tras su incendio de abril.
La dirigente de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, ante las reservas expresadas la familia a su presencia, fue la ausencia más destacada de la política nacional, en la que Chirac ocupó durante décadas las principales esferas del poder.
Ministro y primer ministro en varias ocasiones entre 1974 y 1988, alcalde de París durante 18 años, hasta su llegada al Elíseo, y presidente durante dos mandatos (1995-2007), su longeva trayectoria hizo que su rostro fuera una constante en la vida nacional.
"Seré el presidente de todos los franceses", dijo Chirac en mayo de 1995 tras su victoria en las presidenciales, sentando las bases de una cercanía que superó sus problemas con la justicia, que en 2011 le valieron una condena, la primera a un exmandatario, por una serie de empleos ficticios durante su etapa como regidor parisino.
Su féretro, envuelto en la bandera francesa, llegó hasta Saint-Sulpice en un cortejo procedente del Palacio de los Inválidos, donde el actual mandatario francés, Emmanuel Macron, le ofreció un homenaje militar.
La viuda, Bernadette, también de 86 años, solo participó en la ceremonia privada, y dejó la representación familiar en manos de su hija menor, Claude, que ayer agradeció personalmente el apoyo a los franceses que hicieron largas colas para despedir a su padre.
La inhumación será privada y Chirac será enterrado este lunes en el cementerio parisino de Montparnasse, en el mismo nicho en el que reposa su hija Laurence, fallecida en 2016.
Macron, por su parte, recibió tras la misa a los invitados internacionales en el Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia francesa, con una comida a la que Putin ya había adelantado que no iba a poder asistir.
Un minuto de silencio a las 15.00 hora local (13.00 GMT) y las banderas a media asta en los edificios oficiales completan la jornada de duelo en memoria del exmandatario, que según indicó Macron este jueves, "supo representar a la nación en su diversidad y complejidad".
* Líderes franceses y extranjeros rinden homenaje a Chirac
El expresidente de Francia Jacques Chirac recibió honores militares antes de un funeral de Estado con jefes de gobierno pasados y actuales.
El actual presidente, Emmanuel Macron, se alzó con solemnidad en la tibia y soleada mañana para presidir una ceremonia en el patio del Monumento a los Inválidos, cerca de la tumba de Napoleón. Una marcha militar tocó “La Marsellesa”, el himno nacional, antes de que Macron pasara revista a las tropas. El féretro de Chirac, cubierto por una bandera tricolor, fue trasladado después hasta el centro del patio.
Macron, que no hizo declaraciones, también tenía previsto asistir al funeral en la iglesia de Saint-Sulpice, en el centro de París, junto con docenas de políticos franceses y extranjeros, como el presidente de Rusia, Vladimir Putin; el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, el excanciller alemán Gerhard Schröder y el rey Abdalá II de Jordania.
Más tarde se celebraría un funeral privado en el cementerio de Montparnasse.
Antes del acto militar hubo un servicio religioso privado para la familia, y las escuelas y edificios públicos guardaron un minuto de silencio en todo el país, en un día de luto oficial por el exmandatario.
Chirac, que fue una figura clave de la política francesa durante cuatro décadas, sirvió como alcalde de París, legislador, primer ministro y presidente del país entre 1995 y 2007. Fue el último jefe de Estado de Francia que completó dos mandatos completos. Falleció el jueves a los 86 años.
Conocido por defender la idea nacional de la grandeza de Francia, a Chirac se le recuerda de forma positiva pese a sus fracasos políticos y a una condena por corrupción en 2011 relacionada con sus casi dos décadas como alcalde de París.
Como presidente fue un diplomático consumado, aunque no reformó la economía francesa ni desactivó las tensiones entre policía y jóvenes pertenecientes a minorías, que estallaron en disturbios en todo el país en 2005.
Pese a haber recibido en su día el apodo de “Súper mentiroso”, su popularidad se disparó cuando dejó el cargo. Miles de dolientes acudieron el domingo a presentar sus respetos a Los Inválidos, donde se celebró una capilla ardiente la víspera del funeral. También se reunió gente ante la iglesia de Saint-Sulpice antes del funeral.
“Fue un gran hombre que tenía una clase absolutamente fantástica en todas las circunstancias”, dijo una de las personas que acudió al lugar, Nadine Prevost. “Sabía cómo hablar con todo el mundo, con sencillez y grandeza”.
Con información de The Associated Press