Hoy definen situación legal de Rosa Nelly, acusada de asesinar a su esposo en Monclova; abogado exige su libertad
Su abogado, Javier Liñán, dice que no hay pruebas del uso del martillo y se perdieron los peritajes irreproducibles, como la orina del occiso, con la que se determinó que fue sedado
Monclova, Coahuila.- En la recta final del juicio en contra de Rosa Nelly Luna Cisneros por el delito de homicidio calificado con ventaja y tormento, el abogado Javier Liñán exigió su libertad tras desacreditar las pruebas que presentó el Ministerio Público a las que llamó ilícitas e irregulares.
La señora Rosa Nelly fue detenida en enero del 2016 y vinculada a proceso por el homicidio de su esposo el notario público Raúl Alton Garza, cuyo cuerpo fue encontrado semienterrado en el domicilio conyugal.
Este miércoles a las 10:00 horas, inició la etapa de alegatos de clausura para que la representación social en conjunto con el asesor jurídico de la familia de la víctima, así como la defensa de la imputada, intervengan por última vez ante el Tribunal de Juicio Oral antes de emitirse un fallo.
Los primeros en participar fueron los integrantes del Ministerio Público, quienes aseguraron que durante el desarrollo del juicio se pudo acreditar con elementos y declaraciones de testigos que Raúl Alton Garza era un hombre tranquilo que no tenía enemigos y amaba a su esposa e hijo.
Con las evidencias y datos de prueba señalaron que el notario público, quien tenía unos meses separado de Rosa Nelly, avisó a su madre el 16 de enero del 2016 que iría a visitar a su esposa e hijo para comer pizzas y ver películas.
Pese a que la madre le pidió no asistir a la cita porque en ocasiones anteriores había sido amenazado de muerte por Rosa Nelly, el notario público decidió no hacer caso a las advertencias y fue a encontrarse con su familia, ya que tras siete años de matrimonio tenían alrededor de dos meses separados y vivía con su madre.
Raúl condujo su vehículo hasta la colonia Tecnológico de Monclova, en donde lo esperaba Rosa Nelly en su auto para llevarlo al domicilio del fraccionamiento Bugambilias. La unidad del notario se dejó en una de las calles de la colonia Tecnológico, estacionado en sentido contrario.
La representación social indicó que esa noche Rosa Nelly habría sedado con benzodiacepinas a Raúl para posteriormente torturarlo con uno o dos martillos que fueron encontrados en el sitio del crimen.
El médico legista de la Fiscalía General de Justicia, declaró que el notario público recibió más de 20 golpes en todo el cuerpo con un objeto contundente, incluida el área de los genitales mientras seguía con vida, y presentaba traumatismo craneoencefálico.
Luego de fallecer, el cuerpo se enterró en el jardín y para ocultarlo se colocó encima un brincolín para niños.
Se dio a conocer que Raúl llevaba 50 mil pesos en efectivo que le había exigido su esposa, ya que 20 mil pesos se destinarían para la fiesta de cumpleaños de su hijo.
El 19 de enero del 2016, luego de hablar con el abogado Javier Liñán, Rosa Nelly se comunicó con agentes de la Fiscalía y solicitó su presencia en la casa para dar a conocer que Raúl Alton estaba muerto y enterrado.
Su versión fue que el 16 de enero llegó con Raúl a la casa del fraccionamiento Bugambilias en donde dos hombres ya lo estaban esperando. Le pidieron que se encerrara con su hijo en una de las recámaras y optó por subir el volumen de la televisión para evitar que el niño escuchara.
Dijo que posteriormente los hombres le hablaron y la obligaron a cavar un pozo en el patio para enterrar a su esposo, y que por amenazas de muerte no reportó lo sucedido a las autoridades o familiares.
En el turno de la defensa de Rosa Nelly Luna, el abogado Javier Liñán solicitó al Tribunal dejar en libertad a su cliente tras asegurar que las pruebas que presentó el Ministerio Público son ilícitas e insuficientes por falta de exhaustividad y por violentar flagrantemente los derechos de la acusada.
Mencionó que Rosa Nelly fue autoincriminada y que el Ministerio Público presentó testigos que sólo narraron conflictos maritales porque con ninguno de ellos se demostró qué fue lo que pasó.
Liñán agregó que no hay pruebas del uso del martillo y se perdieron los peritajes irreproducibles, como la orina del occiso con la que se determinó que fue sedado, además, consideró ilegal de la detención de la acusada a la que estigmatizaron como una mujer celosa.