Inicia en ultramar segunda vuelta de legislativas francesas

Internacional
/ 17 junio 2017

En Saint-Pierre-et-Michelon, la ministra francesa de Ultramar, Annick Girardin, se enfrenta en segunda vuelta a su rival Stéphane Lenormand.

París. En el archipiélago de Saint Pierre-et-Miquelon, territorio de ultramar francés situado frente a la costa este de Canadá, comenzó ya la votación para la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, según confirmó hoy el ayuntamiento de Miquelon.

En Saint-Pierre-et-Michelon, la ministra francesa de Ultramar, Annick Girardin, se enfrenta en segunda vuelta a su rival Stéphane Lenormand. Los dos candidatos habían obtenido exactamente el mismo número de votos en la primera vuelta.

Debido a la diferencia horaria, los locales de votación abrieron este sábado en distintos territorios de ultramar, como las islas de Guadalupe y Martinica, en el Caribe. En el resto del territorio francés, la segunda vuelta de los comicios se celebrará el domingo.

Los resultados de la primera vuelta y los sondeos permiten augurar una victoria arrolladora de la República en Marcha, el partido del nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, y sus aliados, que habían conseguido el 32.3 por ciento de los votos en la primera vuelta. Las encuestas otorgan al bando de Macron al menos 400 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional.

Macron necesita un amplio respaldo en el Parlamento para poder llevar adelante sus planes de reformas liberales, muy cuestionados por la izquierda radical y la ultradecha.

En la primera vuelta, celebrada el pasado domingo, solo fueron elegidos por mayoría absoluta diputados en cuatro de las 577 circunscripciones electorales. En todas las demás circunscripciones fue necesario convocar una segunda ronda de votación.

Triunfó la abstención en la primera vuelta
En la puerta de un colegio en la ciudad francesa de Amiens, una nota escrita a mano anuncia los resultados de las elecciones legislativas del fin de semana pasado. Ganó, de lejos, la abstención.

Ni un tercio de los mil 803 votantes registrados en el vecindario de Saint-Maurice se molestaron en ir a votar al colegio electoral.

Los que se quedaron en casa el pasado fin de semana hablan de su desilusión con la política en un país donde la creación de empleo va despacio, y también de su frustración con unos comicios donde el resultado ya se da por hecho.

"Ya estamos hasta arriba de problemas y nunca saldremos de ellos, al menos no durante un tiempo, así que ¿qué sentido tiene ir a votar?", dijo a Reuters Amelie Leroy, de 25 años y trabajadora de una sala de maternidad.

Francia es un país donde la participación electoral es tradicionalmente alta, pero se quedó en un 48.7 por ciento en la primera vuelta de las legislativas, la concurrencia más baja en ese tipo de elecciones de la historia moderna. Una encuesta de OpinionWay apuntó el jueves a una participación aún menor, del 46 por ciento, en esta segunda vuelta.

Los sondeos predicen que los comicios del domingo darán al movimiento de Macron, La República en Marcha, y a su aliado unos tres cuartos de los 577 escaños de la cámara baja.

Eso dará al presidente una legislatura con el poder suficiente para las reformas que planea, que incluyen recortar decenas de miles de empleos del sector público y facilitar las contrataciones y los despidos.

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