La gran crisis del entretenimiento

1.- Hace un par de días cimbró a todos los amantes de la música la cancelación del Machaca Fest en su edición 2020. Por medio de un comunicado, los organizadores dijeron, literalmente: “Raza, hemos estado monitoreando de cerca esta situación sin precedentes y teníamos la esperanza de poder ofrecerles el mejor Machaca este 27 de junio, con gran tristeza comunicamos que no será posible que el festival se lleve a cabo este año. Sin embargo, les tenemos excelentes noticias…”

2.- Además de tratar de sonar muy cercanos dirigiéndose al público como “raza”, de inmediato trataron de minimizar la gravedad de su comunicado de prensa, girando hacia “excelentes noticias”. Ellos se referían a que tenían confirmada la participación de Slipknot (una banda de metal alternativo, muy famosa a principios de siglo) para el 26 de junio ¡de 2021! Para los fanáticos de este grupo podría ser una “excelente noticia” pero, señores, por mucho entusiasmo que muestren, aquí no hay noticia alguna que pueda ser catalogada ni como “buena”.

3.- Repasemos el punto. La industria musical ya había sufrido un revés histórico –que casi la destruye– cuando llegaron los reproductores de mp3 y todos dejaron de comprar música en formatos físicos. Entonces, los músicos y empresarios se concentraron en hacer presentaciones cada vez más espectaculares para mantener lo que se había convertido en su fuente principal de ingresos: los conciertos. Cuando todo parecía haber encontrado un nuevo equilibrio, llegó lo que nadie vió venir: la pandemia del coronavirus.

4.- La cancelación, aparentemente temporal, de todos los espectáculos en vivo, incluyendo conciertos, festivales de música, obras de teatro y hasta alfombras rojas, representa una crisis para mundo del entretenimiento mucho más profunda de los que en estos momentos podríamos imaginar. Las consecuencias se empezarán a ver en el mediano plazo. Hoy, los artistas multimillonarios están haciendo cuarentena en sus mansiones, pero los músicos, cantantes o actores que viven al día, la están pasando muy mal.

5.- La diferencia es muy clara. Los integrantes de OV7 cancelaron la gira para celebrar su aniversario número treinta que pretendían iniciar el pasado 30 de abril. Justamente ese día publicaron un video donde todos, excepto Kalimba y cada uno desde su respectiva residencia, agradecen al público la paciencia y comparten anécdotas. Pero en el otro extremo, algunos actores de teatro, quienes en tiempos normales podían haber ganado 500 pesos por función, empezaron a vender comidas a domicilio o a hacer otras actividades comerciales. Una actriz, conocida mía, ahora hace y vende cubrebocas.

6.- ¡Bien por ellos! No se quedaron sentados esperando a que todo se resolviera mágicamente. Pero el punto es que, en realidad, no sabemos cuándo regresaremos a disfrutar de los espectáculos en vivo y ellos vuelvan a tener trabajo. Al decir verdad, ni siquiera podemos contar con que en el futuro se puedan hacer concentraciones multitudinarias de personas como lo hacíamos hasta hace muy poco. Los organizadores del Machaca Fest ya han dado muy seguros una fecha del verano del próximo año para presentar su famoso festival. Pero no saben con certeza si esto podrá llevarse a cabo.

7.- No se trata de ser apocalípticos y pronunciar oscuras profecías. Lo importante es ver la situación en su conjunto, con la cabeza fría y a largo plazo. En estos momentos es sencillamente imposible siquiera imaginar ir a un concierto con miles de asistentes. Y mientras no haya una vacuna contra el COVID-19, me parece que no será prudente exponerse. ¿Qué va a hacer la industria del entretenimiento? ¿Dedicarse exclusivamente a presentarse en línea? Deberíamos reflexionar de manera más profunda al respecto.