La niña tonta: Crítica al sistema educativo actual

Nacional
/ 15 octubre 2018

En el mundo exponencial y disruptivo en el cual vivimos es fundamental que las personas descubran sus particulares dones y talentos, esto implica un cambio rotundo en el sistema educativo

Ken Robinson, educador y escritor británico, comparte una interesante metáfora relacionada con el talento humano: “En California, existe el Valle de la Muerte, que carece de vegetación porque nunca llueve. Sin embargo, en una ocasión una precipitación originó que ésta floreciera. Lo mismo sucede con el talento, alguno no está en la superficie sino en el fondo, no está muerto sino dormido y hay que esperar a que se den las circunstancias adecuadas en el entorno para que brote.

“En ocasiones, la propia sociedad frena su desarrollo, ya que a veces se dan por sentadas muchas formas de actuar al plantear una vida lineal, cuando debe ser activa”.

En el mundo exponencial y disruptivo en el cual vivimos es fundamental que las personas descubran sus particulares dones y talentos, esto implica un cambio rotundo en el sistema educativo: ahora los maestros tienen la encomienda de coadyuvar a lograr este descubrimiento y potenciar a sus alumnos en este sentido.

Es urgente cambiar la manera en que educamos a los pequeños porque el sistema actual, en mucho, inhibe la creatividad y oscurece el talento de aquellos niños que son diferentes"

DIBUJANDO A DIOS

La historia cuenta de una pequeña niña de primero de primaria que estaba dibujando en la clase de arte ante la atenta mirada de su profesora, en un momento determinado la maestra le pregunta “¿qué estas dibujando?”, a lo que ella contesta, “estoy dibujando a Dios”. Entonces la profesora dijo “pero eso es imposible, nadie sabe cómo es Dios” a lo que la niña responde “no se preocupe en un minuto lo van a saber”. 

Esta anécdota expresa la increíble creatividad que tienen los pequeños misma que, al paso del tiempo, la propia escuela y los adultos, si bien sin intención, la obstruyen o destruyen. 

UN MISTERIO

Comento lo anterior porque he leído un libro “El elemento, descubrir tu pasión lo cambia todo” (Grijalbo), cuyo autor es precisamente Ken Robinson quien ha puesto el dedo en la llaga: la mayoría de las escuelas matan la creatividad y la pasión de aquello que les gusta realmente a los estudiantes.

Robinson argumenta que no sabemos cómo será el mundo dentro de 5 años, por el vértigo de los cambios que en él suceden en todos los ámbitos; sin embargo, nos empeñamos a educar sin considerar a la creatividad como el motor para hacer frente a ese incierto futuro.

El cuestionamiento es sencillo: es imposible predecir y menos comprender el mañana, entonces porque nos centramos en educar basados en competencias inadecuadas para el futuro.

NACEN ARTISTAS

El autor concuerda con Picasso en el sentido que todos los niños nacen y son artistas, por tanto hay que cultivarlos en la creatividad, porque de no hacerlo consciente y deliberadamente, pueden quedar incapacitados para ejercerla.

La creatividad implica la posibilidad de equivocarse, de arriesgarse – como cualquier niño lo hace -, lo contario estriba en estigmatizar los errores y las equivocaciones y al suceder esto, al hacerles ver que nada es peor que los errores, se crece con temor y entonces nada original sucederá en sus vidas. Desgraciadamente, en este sentido, se orienta la educación escolarizada.

Es imposible predecir y menos comprender el mañana, entonces porque nos centramos en educar basados en competencias inadecuadas para el futuro"

SIN ERRORES

Robinson asegura que los sistemas educativos occidentales se basan en la habilidad académica para llenar las necesidades de la industrialización, bajo este concepto hay dos ideas rectoras: los conocimientos útiles para el trabajo son mejores (por eso se dice “si estudias  música te mueres de hambre”); el segundo punto se refiere a que la habilidad académica domina la visión de inteligencia, porque las universidades diseñan sus programas bajo este concepto, entonces personas brillantes y talentosas creen que no lo son, porque las competencias para lo que eran buenos en la escuela no solo no fueron valoradas, sino de paso fueron estigmatizadas.

El resultado es contundente: se educa a las personas para que abandonen sus capacidades creativas.

Siguiendo este pensamiento, al estandarizar los procesos educativos bajo el criterio de pensar “dentro de la caja” “así se hace”, “esta es la historia” y “no se aceptan los errores”, se aniquila las competencias esenciales para hacer frente a los retos del futuro.

Al ritmo que el mundo se mueve,  la vida exponencial, con toda la información, la tecnología (los robots, la automatización y la inteligencia artificial) que esto implica, pareciera que, de pronto, los títulos universitarios ya no tienen el mismo valor que antaño (excepto en algunas profesiones), pues  han dejado de ser sinónimos de trabajo seguro; esto también debido a la “inflación” académica (ahora requieres maestría o doctorado para lo que antes te contrataban con el nivel universitario); ante este terremoto será  necesario voltear los ojos hacia los oficios  y nuevas profesiones.

UNA NIÑA DIFERENTE

Dice Robinson: “Gillian era una niña de 8 años, pero su futuro estaba ya en riesgo. Resulta que sus tareas escolares eran un desastre. Además causaba molestias al resto de los alumnos: se movía nerviosa haciendo ruido. 

“La conclusión de los educadores fue que Gillian tenía dificultades de aprendizaje y que debería acudir a un centro para niños con necesidades especiales”. 

 “Los padres de Gillian recibieron angustiados la carta del colegio y llevaron a la niña a un psicólogo para que la evaluara.

“Aún hoy Gillian recuerda que la hicieron pasar a una amplia habitación mientras el psicólogo hablaba y entrevistaba a su madre, sin dejar de observarla.

“Finalmente, la madre de Gillian y el psicólogo dejaron de hablar. El hombre se levantó del escritorio, caminó hacia el sofá y se sentó al lado de la pequeña y le dijo: Gillian, has tenido mucha paciencia y te doy las gracias por ello, pero me temo que tendrás que seguir teniendo paciencia un ratito más. Ahora necesito hablar con tu madre en privado.

“Gillian asintió intranquila y antes de marcharse el psicólogo encendió la radio. Ellos observaron a la niña a través de una ventana, entonces, para la sorpresa de la madre, Gillian se levantó y comenzó a moverse por toda la estancia siguiendo el ritmo de la música. Cualquiera se habría dado cuenta de que había algo natural, e incluso primigenio en los movimientos de Gillian. Y cualquiera se habría percatado de la expresión de absoluto placer de su cara”.

En el mundo que vivimos es fundamental que las personas descubran sus particulares dones y talentos, esto implica un cambio rotundo en el sistema educativo"

¡ERA BAILARINA!

“Entonces el experto dijo: ¡Su hija no está enferma, es bailarina, llévela a una escuela de danza!

“La madre siguió el consejo. Gillian entro a una escuela de danza, luego ingresó en el Royal Ballet Company donde llego a ser solista y actuó por todo el mundo.  Su trabajo la conecto con el famoso Andrew Lloyd Webber con quien produjo las obras musicales más exitosas de la historia, como Cats y el Fantasma de la Opera”.

¡Qué barbaridad! La niña cuyo futuro estaba en peligro, llegó a ser conocida en todo el planeta como Gillian Lynne, la mejor coreógrafa de todos los tiempos, mujer multimillonaria que ha dado placer a miles de personas y esto ocurrió porque hubo una persona que la miró profundamente a los ojos y descubrió lo que estaba dentro de su corazón y la clase de inteligencia que poseía, precisamente, esa que no es valorada en las escuelas.

Gillian nunca fue tonta y no requería acudir a ninguna escuela especial: Solamente necesitaba ser quien realmente era. Simplemente necesitaba que alguien descubriera su don y la impulsara.  
Lamentablemente, quizá hoy, a Gillian “la niña tonta”, le hubieran diagnosticado el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y recetado harto Ritalin o algo parecido, también le hubieran dicho que se tranquilizara, adormeciendo o matando para siempre su enrome talento.

REPENSAR

Es urgente cambiar la manera en que educamos a los pequeños porque el sistema actual, en mucho, inhibe la creatividad y oscurece el talento de aquellos niños que son diferentes, con el terrible riesgo de encadenarlos a una realidad desbastadora, aniquilando para siempre el maravilloso futuro para el cual estaban destinados, como le pudo haber sucedido a Gillian “la niña tonta”. 

cgutierrez@itesm.mx
Programa Emprendedor 
Tec de Monterrey Campus Saltillo

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