La pelea que tienen ¡Todas las parejas!
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Son cientos o incluso, miles las ideas con las que nos formamos a lo largo de nuestra vida. Cuando decidimos compartir nuestro tiempo con una pareja, es natural que esos conceptos se encuentren de frente.
Los seres humanos somos muy complicados desde nacimiento. Son cientos o incluso, miles las ideas con las que nos formamos a lo largo de nuestra vida.
Cuando decidimos compartir nuestro tiempo con una pareja, es natural que esos conceptos se encuentren de frente.
Imagina el momento. Pasaron ya varios meses (o años) de relación. Están de acuerdo en que, al menos por el momento que viven, son el uno para el otro y quieren unir sus vidas ¡genial, es hora de elegir a los padrinos!
Pero, oh,oh, vienen las preguntas. ¿A quién le decimos primero, a mis padres o a los tuyos? Yo quiero que la boda sea en la playa ¿Tú también, verdad?
Según un artículo publicado en Yourtango, la gran mayoría de las parejas siempre pelearán por tener el control. Esto no debe (o al menos no debería) fragmentar la relación, es la bienvenida a una nueva vida: la vida de casados.
Pensamos que durante una discusión lo mejor es llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes; pero ya cuando se está dentro del remolino que es la pelea, la situación se convierte en una guerra de egos. No debe existir un empate. Pero tampoco una derrota. Queremos ganar. La idea con la que se nos ha formado es que si tenemos "la razón", tenemos el poder y entonces al tener ese "poder", nuestra autoestima se eleva hasta las nubes.
Pero, darse cuenta de que uno, por naturaleza, quiere "ganar" u obtener la razón en la charla, es una excelente oportunidad para analizar la conexión y química que tienen. Es importante resaltar que, en una vida juntos, van a enfrentar decenas de conflictos que necesitarán toda su paciencia y empatía para poderse superar.
El sitio La Tercera citó una investigación de Keith Sanford, psicólogo de la U. de Baylor. Sanford menciona que, luego de años de investigación de diversas dinámicas maritales llegó a diversas conclusiones.
Según Sanford, las parejas esperan que la otra deje a un lado el tema hostil, que no eleve la voz y por supuesto que no exista violencia. También apunta que si una de las dos partes nota que la otra asume un compromiso para mejorar o cambiar alguna actitud o práctica nociva entonces quiere decir que valoran la relación.
Evita los 4 sentimientos destructivos
Si bien la disputa por el poder no es extraña, tampoco se trata de estar peleándose todos los días a todas horas. El sitio Sígueme.Net citó al estudio The Seven Principles for Making Marriage Work (Los siete principios para hacer que funcione el matrimonio) de John Gottman, psicólogo de la Universidad de Washington, responsable del Laboratorio de Investigación de la Familia.
La investigación de Gottman señala que hay 4 sentimientos destructivos del matrimonio. Incluso, son más desastrozos que una pelea, sin embargo, si la discusión incorpora al menos uno de estos cuatro elementos, debes tomar con mucha seriedad la realidad que enfrentas.
Para Gottman, los 4 sentimientos destructivos, a los que llama "4 Jinetes del Apocalipsis" son la crítica, el desprecio, estar a la defensiva y encerrarse en uno mismo. ¿Te suenan conocidos?
La recomendación principal será la de mantener siempre la cordura, recuerda que, aunque todo se reduce a tener el control, muchas veces lo que vale más es tener tranquilidad con uno mismo, siempre atendiendo el respeto mutuo; con ello, reforzar los cimientos de la relación será más fácil.