La piratería y sus consecuencias

Saltillo
/ 12 enero 2018

    La piratería se refiere a actos contra la propiedad sin el consentimiento expreso de los autores o propietarios de los bienes. De conformidad con la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra los Derechos de Autor y la Propiedad Industrial de la PGR, estos actos delictivos ocasionan la pérdida de miles de fuentes de trabajo, llegando incluso a afectar la salud de los usuarios de medicamentos piratas. 
      
    En este sentido, cabe mencionar que la legislación busca normar actividades de las personas en beneficio de la sociedad. Así, con la finalidad de prevenir, evitar y perseguir la falsificación, reproducción y comercialización de productos, algunas leyes y disposiciones derivadas de ellas, buscan evitar la elaboración, almacenamiento, transportación y comercialización de productos que generan negocios ilegales por miles de millones de pesos, y la consecuente evasión fiscal millonaria al Estado.

    Para ello, vale considerar un estudio presentado hace un par de años por la American Chamber of Commerce of Mexico (Amcham) y realizado por el Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (CIDAC), cuyo objetivo consistió en mostrar la magnitud del consumo de productos piratas en México y analizar los hábitos de consumo, arrojó resultados graves para ser tomados en cuenta. 

    Existe la percepción alta que a pesar de saber que es ilegal y que tiene efectos negativos para el país, existe una aceptación social generalizada; que en el imaginario colectivo se resume como “ilegal pero no grave”; que la mayoría de los consumidores no es consciente de la incidencia adversa que tiene el consumo de productos pirateados en su bienestar individual ni de las consecuencias legales que tiene; y, que entre el 40% y el 63% de los entrevistados opinó que la mayoría de la gente en México incurre en conductas ilegales o poco éticas, como tirar basura en la calle, dar sobornos, pasarse un alto (saltarse los semáforos), estacionarse en lugares prohibidos y manejar bajo la influencia del alcohol.

    Probablemente, ver en calles de las ciudades, incluso algunas cerca de las oficinas gubernamentales, que se ofrezcan productos piratas y que los infractores no sean sancionados legalmente, puede conducir a la reflexión simple que tales hechos no son graves, por ende, las autoridades no requieran castigarlos.

    Sin embargo, es innegable en mercados competitivos, más dentro de la globalización, que la propiedad intelectual y derechos de autor de productos genera una ventaja competitiva a sus propietarios, mediante la cual se busca potenciar beneficios y adquirir mayor porcentaje del mercado consumidor.

    Aunque los productos piratas presenten similitud funcional, carecen de las garantías serias de los productos originales, amén de poder producir efectos negativos cuando se utilizan en los productos originales.

    Analizando el fenómeno de la piratería desde la óptica de los mercados, cabe resaltar que su existencia obedece, entre otros aspectos a: falta de capacidad económica para adquirir los originales; desconocimiento de su ilegalidad; percepción de impunidad en los piratas; creencia los bajos daños ocasionados; e, inaccesibilidad a productos originales.  

    No obstante, la actualidad de este fenómeno socioeconómico, existe similitud con esos piratas que desde los etruscos asaltaban a lo largo del Mediterráneo a poblaciones griegas hasta más allá de 1800 en América, quienes además de dificultar el intercambio del comercio exterior, dañaban la economía y traficaban productos a los cuales no se tenía acceso, practicaban el contrabando con lugareños con la complacencia de autoridades. A quienes posteriormente se sumaron los bucaneros y filibusteros, asaltando comunidades costeras con el encubrimiento de gobiernos británico, francés y neerlandés. 

    Igualmente, otros de importancia relevante fueron los corsarios, quienes a través de un contrato, denominado Marca o Patente de Corso expedida por algún gobernante o monarca y sujetándose a reglas previstas por la legislación de los gobiernos que la autorizaban, perseguían, capturaban o atacaban barcos de países enemigos, quedándose con las presas capturadas o parte de ellas, como lo fue Sir Francis Drake.   

    Por consiguiente, actualmente resulta imperioso analizar creencias, necesidades y acciones de productores, consumidores y autoridades, con el objetivo de comunicar las implicaciones graves que afectan la economía, empleo, educación, salud y otros ámbitos de la sociedad, ya sea a corto o largo plazo. 

    En consecuencia, es urgente canalizar responsabilidades a quienes las tienen y evitar un paralelismo histórico, y más que estar frente a piratas, sea estar ante corsarios.

    roberto.adame@cemefi.org
    *Coordinador de Atención y Servicios de RSE en el Centro Mexicano para la Filantropía roberto.adame@cemefi.org Este texto es parte del proyecto de Cemefi en coordinación con VANGUARDIA, para la difusión de la Responsabilidad Social Empresarial.

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