Lo que se sabe hasta ahora de los cuatro terroristas de Bruselas
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Al menos tres suicidas, dos de ellos hermanos, participaron en los ataques yihadistas
Cuatro hombres centran hasta el momento el foco de la investigación sobre los atentados de Bruselas. De esos cuatro sospechosos, dos están identificados —pero muertos— y otros dos permanecen en la nebulosa. Se sabe, eso sí, que uno de ellos se hizo estallar en el aeropuerto y el otro ha huido.
Con estas premisas, Bélgica ha resuelto ya una parte crucial de la investigación: identificar a dos de los terroristas suicidas, los hermanos El Bakraoui. Pero le queda la más compleja: hallar al fugitivo de los atentados de Zaventem (no identificado) y descubrir quién es el tercer kamikaze del aeropuerto (este miércoles se divulgaron algunas pesquisas, aún por confirmar). De la inquietante foto con los tres presuntos terroristas del aeropuerto empujando sus respectivos carritos en la zona de salidas, solo existe certeza, por tanto, sobre el individuo del centro.
No es el primer caso de hermanos de sangre que se convierten en hermanos de la yihad. Chérif y Saïd Kouachi perpetraron el ataque contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo, en enero de 2015 en París, y los hermanos Tsarnaev organizaron el ataque de la maratón de Boston de 2013. Estos son los datos que se conocen hasta ahora de los cuatro sospechosos:
Ibrahim el Bakraoui. Es un belga de 30 años que saltó por los aires en el aeropuerto de Zaventem. Se trata del hombre del centro de la foto captada por las cámaras de seguridad del aeródromo y divulgada por la policía. Tanto él como su hermano Khalid tenían “fuertes antecedentes policiales no ligados al terrorismo”, según confirmó este miércoles ante la prensa el fiscal general belga, Frédéric van Leeuw.
En el caso de Ibrahim, algunos medios precisaron que esos antecedentes consistían en un intento de atraco a una sucursal bruselense de Western Union en 2010. Fue condenado a nueve años de cárcel, aunque se desconoce por qué estaba en libertad.
De los dos hermanos, es este el que ofrece el perfil más completo. Gracias al taxista que el martes lo transportó, junto a los otros atacantes, hasta Zaventem, la policía pudo rastrear la casa de la que partieron y sus alrededores. Fue precisamente en una papelera cercana a ese edificio, un bloque de cinco plantas situado en el barrio de Schaerbeek, donde los agentes hallaron una especie de testamento que lo liga, presuntamente, al principal terrorista vivo —y ya capturado— de los atentados de París: Salah Abdeslam.
El testamento era un documento de audio alojado en un ordenador presuntamente de Ibrahim. En él afirma: “Me están buscando por todos sitios, ya no sé qué hacer y no quiero encontrarme en una celda a su lado”. Se sospecha que en esa frase el supuesto terrorista alude indirectamente a Salah Abdeslam, detenido el pasado viernes en Bruselas tras cuatro meses huido.
Khalid el Bakraoui. Es el único de los sospechosos que no aparece en la foto del aeropuerto. Porque Khalid, de 27 años y hermano de Ibrahim, murió en la explosión que supuestamente él mismo provocó en el segundo vagón del metro de la línea 1, a su paso por la estación de Maelbeek, muy próxima a las instituciones europeas. Como su hermano, también Khalid recibió su propia condena a cinco años de prisión en 2011, por asaltos. Algunos medios belgas aseguran que, cuando fue detenido, él y sus cómplices portaban fusiles Kaláshnikov.
Suicida desconocido. El hombre de negro que aparece a la izquierda en la foto del aeropuerto aún no ha sido identificado oficialmente. Aun así, varias fuentes policiales citadas por las agencias France Presse y Belga aseguraban que se trata de Najim Laachraoui, precisamente la persona que en un primer momento se dio por huida. De confirmarse, la participación de Laachraoui constituiría el principal vínculo de los ataques belgas con los perpetrados en París el pasado 13 de noviembre. Porque su ADN fue identificado en el material explosivo utilizado en los atentados de la capital francesa.
Este sospechoso fue controlado por la policía en la frontera austrohúngara a principios de septiembre, cuando viajaba en compañía de Salah Abdeslam. Antes, por tanto, de la masacre de París. Entonces adoptaba la falsa identidad de Soufiane Kayal. Junto a ellos viajaba también Mohamed Belkaid, argelino de 35 años abatido por la policía belga en la operación que realizó, hace pocos días, en el distrito de Forest, cuando buscaba vínculos terroristas con lo ocurrido en Francia. Una prueba más —de momento, sin confirmar por la fiscalía— de la conexión entre los atentados de París y de Bruselas.
Sospechoso fugitivo. La confusión reinó este miércoles respecto a este cuarto individuo, que aparece en la imagen del aeropuerto cubierto con un gorro negro y vestido con ropa clara y que desde el primer momento se convirtió en el sospechoso más buscado por las autoridades. En principio se le identificó como el que ahora parece el tercer kamikaze: Najim Laachraoui. Pero su identidad es aún una incógnita. “El tercer sospechoso, vestido con chaqueta clara y sombrero, se ha dado a la fuga y se le busca activamente”, reiteró este miércoles el fiscal. Sí se sabe, no obstante, que llevaba una maleta grande, que la abandonó en el aeropuerto y que después huyó. “Esa maleta contenía la carga explosiva más importante”, reveló el fiscal. El equipaje estalló antes de que llegaran los artificieros, “afortunadamente sin que hubiera heridos”, añadió.