Los jóvenes que fuman cigarrillos electrónicos, son propensos a ser fumadores el resto de su vida

Vida
/ 15 enero 2018

Si su hijo adolescente fuma cigarrillos electrónicos y otras formas alternativas de tabaco, podría tener el doble de chances de haber fumado cigarrillos para esta época del año que viene.

Los adolescentes podrán creer que se cuidan si fuman cigarrillos electrónicos, narguile y tabaco sin humo, pero son el doble de propensos a fumar cigarrillos dentro de un año si fumaron esos productos alternativos, según un nuevo informe.

En consecuencia, la mejoría de la salud pública por el declive del consumo de cigarrillos estos últimos años podría correr peligro si sigue aumentando el uso de estos nuevos productos, según los autores del estudio, publicado el martes en la revista académica JAMA Pediatrics.

Los investigadores de la Universidad de California en San Francisco examinaron el historial de 13.651 adolescentes inscritos en el Population Assessment of Tobacco and Health (Evaluación sobre tabaco y salud en la población), un estudio nacional que comenzaron a hacer en 2013 los Institutos Nacionales de Salud y la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés).

Al comienzo del período evaluado, los adolescentes —de 12 a 17 años de edad— no fumaban, y un año después, la mayoría seguía sin hacerlo.

Sin embargo, los que informaron que fumaban cigarrillos electrónicos u otros productos con tabaco que no son cigarrillos el primer año del estudio, presentaban al año siguiente el doble de probabilidades de haber fumado al menos un cigarrillo o haber fumado en los últimos 30 días.

Algunos de esos productos alternativos son el narguile, el tabaco sin humo y otros tipos de tabaco combustible como bidis, puros delgados, cigarros filtrados y tradicionales, kreteks y pipas.

Fumar aunque sea un solo cigarrillo durante la adolescencia es importante, afirmaron los autores del estudio, por lo rápido que se genera la adicción al tabaco.

Cerca del 90% de los fumadores adultos fumó su primer cigarrillo antes de cumplir los 18, y fumar un solo cigarrillo al mes durante la adolescencia se asocia a fumar a diario de adulto, según el informe.

“Fumar un solo cigarrillo es algo importante, dado que la dependencia de la nicotina se puede manifestar en los adolescentes poco después de la primera pitada, pero otros hitos del tabaquismo, como fumar todos los días, pueden tardar años en alcanzarse”, reza el informe. “El consumo en los últimos 30 días es la medida de vigilancia estándar sobre el uso de cigarrillos entre los jóvenes y se asocia a fumar en la adultez”.

La autora principal del estudio sostuvo que estudios anteriores comprobaron que existe un vínculo entre el consumo de cigarrillos electrónicos y el consumo de cigarrillos tradicionales en el futuro, pero este estudio es el primero que demuestra que esa asociación se aplica a todos los demás productos con tabaco.

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“Oímos hablar mucho sobre los cigarrillos electrónicos, que ahora son el producto con tabaco más usado entre los adolescentes, incluso más que los comunes. Y se habla mucho sobre los cigarrillos comunes, lo cual está absolutamente justificado. Pero al analizar otros productos, como el tabaco sin humo y los puros delgados, estos presentan el mismo nivel de relación con la práctica de fumar en el futuro”, declaró Shannon Lea Watkins, miembro posdoctoral del Center for Tobacco Control Research and Education de la Universidad de California en San Francisco.

“Incluso fumar una pequeña cantidad de estos productos puede causar adicción en los niños”, afirmó.

Estos hallazgos también son importantes porque algunos de los nuevos productos con tabaco tienen tasas especialmente altas de consumo entre los adolescentes de poblaciones vulnerables. Por ejemplo, el uso de tabaco sin humo es más elevado entre los adolescentes blancos que viven en el campo, mientras que el de puros delgados se observa más entre los adolescentes afroamericanos de ingresos más bajos, sostuvo Watkins.

Aunque el porcentaje de adolescentes que fuman viene cayendo sin parar desde hace 20 años, en 2016, unos 3,9 millones de estudiantes de secundaria usaban al menos un producto con tabaco, y 1,8 millones usaban dos o más, según el informe de JAMA Pediatrics.

Estos últimos hallazgos pueden ayudar a los funcionarios de salud pública a orientar mejor sus campañas contra el tabaco y demuestran que es importante que esas campañas incluyan todos los tipos de consumo de tabaco, no solo los cigarrillos electrónicos, afirmó Watkins.

“Deberíamos pensar en las consecuencias de esto para la salud pública en general y en la posibilidad de que esos métodos conviertan a quien no fuma cigarrillos en fumador de cigarrillos, al decidir cómo regular esos productos”, declaró.

“Deberíamos considerar no solo el daño que causa este tipo de productos, sino también el que pueden provocar los cigarrillos. Y aunque los niños usen esos productos pero no se conviertan en fumadores, no se trata de la única inquietud sanitaria relevante”.

En 2016, la FDA anunció su intención de comenzar a regular todos los productos con tabaco, entre ellos los cigarrillos electrónicos, el narguile y los cigarros, tal como lo hace con los cigarrillos. Los fabricantes de cigarrillos electrónicos y otros productos no combustibles tienen hasta 2022 para presentar pedidos de aprobación; los fabricantes de combustibles, como los cigarros y el narguile, tienen hasta 2021. Se les permitirá seguir vendiendo sus productos mientras la FDA evalúa sus pedidos.

Los cigarrillos electrónicos —también conocidos en inglés como “vapes” o “vape pens”— suministran nicotina y saborizantes mediante vapores inhalados por el usuario. Sus críticos, entre los cuales está la Campaign for Tobacco-Free Kids, quieren que la FDA comience a prohibir los saborizantes que atraen a los niños.

“No sorprende a nadie que productos como los cigarrillos electrónicos y los cigarros se hayan popularizado entre los niños si los venden con sabores como gomitas y cereza explosiva”, postuló Vince Willmore, vicepresidente de comunicaciones de Campaign for Tobacco-Free Kids, que no participó en el estudio.

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“Nuestro país avanzó muchísimo para reducir el número de fumantes jóvenes. No podemos permitir que una nueva generación de productos con tabaco socave ese progreso”, afirmó Willmore.

Los cigarrillos electrónicos suelen promocionarse como una alternativa más segura a los tradicionales, afirmación que no respaldan los estudios, según uno nuevo realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California. En ese estudio, los autores examinaron más de 2 millones de publicaciones en redes sociales sobre cigarrillos electrónicos y concluyeron que bots usaban cuentas falsas para difundir la idea de que los cigarrillos electrónicos ayudan a la gente a dejar de fumar.

Y en otro informe publicado, los investigadores afirmaron que casi 3 millones de adolescentes estadounidenses se habían expuesto al marketing online de tabaco, en tanto las tabacaleras cambiaron sus estrategias de marketing y pasaron de los medios tradicionales al internet.

“El marketing online podría volver a estos adolescentes más susceptibles de comenzar a consumir tabaco porque modifica las normas percibidas y las percepciones de riesgo al respecto”, escribieron.

El consumo de tabaco es la principal causa de enfermedades y muertes evitables entre los estadounidenses, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). De mantenerse las tasas actuales de tabaquismo, más de 5 millones de menores de 18 fallecerán prematuramente por problemas provocados por el cigarrillo, según los CDC.

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